Hay diferentes tipos de blanqueamiento de la xenofobia de Quim Torra, el nuevo president de la Generalitat de Cataluña. Está el clásico “y tú más”, de patio de colegio. ¿Qué pasa con la xenofobia de los otros? Lo difícil es encontrar ejemplos igual de repugnantes, claro, y de políticos contemporáneos con responsabilidad y poder como Torra.
El Trump presidente ha ya hablado, y ha dicho algo extraordinario y que nos lleva al pasado, a la España de 2014 del Podemismo insultante y exultante que se veía ya con la TVE, la Policía y el Ejército a su cargo. Trump ha dicho: “Lo que importa de verdad no es qué partido controla nuestro gobierno, sino el gobierno es controlado por parte de la gente”. Son palabras ambivalentes, que podrían significar que el pueblo tiene armas (también literalmente) para poner coto al poder exorbitante del gobierno. Pero no. No habla en futuro de la autodefensa de la sociedad, sino en pasado: “El 20 de enero será recordado como el día en que la gente se convirtió de nuevo en los gobernantes de esta nación”. Es decir, que no es el juego de las instituciones democráticas sino el auténtico líder quien representa de verdad a la gente. Es el corolario político del populismo, la encarnación auténtica del pueblo, fuera de los artificios manipulados de las instituciones, que están al servicio de sus enemigos.