
La España "in vitro"
¿Suárez, Suárez…? Mucho político joven tuvo que echar memoria wikipédica antes de hacer sus declaraciones, eso sí, con contundencia: «Siempre será un modelo» o «el mejor político desde Maura».
¿Suárez, Suárez…? Mucho político joven tuvo que echar memoria wikipédica antes de hacer sus declaraciones, eso sí, con contundencia: «Siempre será un modelo» o «el mejor político desde Maura».
Buscando qué se comentaba en las redes sociales sobre el fallecimiento de Adolfo Suárez, caí en la cuenta de Twitter del periodista especializado en fenómenos inexplicables Iker Jiménez.
Paradoja, que unos cuantos espabilados se beneficien de la memoria de un enfermo de Alzheimer. Pues en esas estamos. Otra vez el culto al fiambre provoca elogios entre quienes detestaron a Suárez.
Cuenta Pilar Urbano que la entrevista fue tan acalorada que el pastor alemán de don Juan Carlos atacó a Suárez, y que el Rey tuvo que sujetarlo. No sé si la periodista se confunde, y en realidad el expresidente lo que le estaba contando era una metáfora del 23-F.
Ha tenido que morir un ex-presidente para volver a ver imágenes tan poco habituales como necesarias. Adolfo Suárez ha conseguido lo que parecía imposible: que al menos durante unos días, hayamos vuelto a escuchar palabras como unidad, consenso y concordia.
La solemnidad ha hecho acto de presencia en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para despedir al amigo fiel; al hombre que ayudó a restablecer las libertades; al primer presidente de la democracia.
El lugar común es decir que Adolfo Suárez fue el equivalente de Antonio Cánovas para la Transición. Suárez fue un político puro en todos los sentidos de la palabra, incluso en el maquiavélico.
Desaparece hoy un político de los pocos que encarnó la virtú política para ser uno de los conductores de la transición que dio origen al régimen político español actual.
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