Los residentes próximos al Río Clarence, uno de los más largos de la Isla Sur fueron obligados a evacuar la zona y desplazarse a zonas altas ante el temor a un desbordamiento. Desde el primer terremoto se han producido cientos de réplicas. GeoNet, empresa pública encargada del control de terremotos, ha informado de que el primer seísmo estaba en realidad relacionado con dos réplicas, y que éstas continuarán durante los próximos meses. Ese primer terremoto, de magnitud 7,8, causó la muerte a dos personas, según las cifras oficiales, además de importantes daños en carreteras y edificios.
“Es totalmente devastador…no sé, esto va a requerir meses de trabajo”, se lamentó el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, en conversaciones con el ministro de Defensa Civil, Gerry Brownlee, tras sobrevolar la ciudad costera de Kaikoura, según ha comentado el propio ministro en su cuenta de Twitter. Los equipos de rescate sobrevolaron de forma inmediata en helicóptero la región más afectada, unos 91 kilómetros al noreste de Christchurch, en la Isla Sur, donde se situó el epicentro. Los dos terremotos han provocado el derrumbe de numerosos edificios y un número indeterminado de heridos, según los medios locales. El tendido eléctrico y las telecomunicaciones han quedado sin suministro, gran parte de las carreteras han quedado impracticables y los deslizamientos de tierra son múltiples, lo que está dificultando el acceso de los servicios de emergencia a las poblaciones más afectadas. Entre los habitantes de Christchurch, la mayor ciudad de la Isla Sur, aún se están recuperando del potente terremoto de 6,3 grados que provocó la muerte a 185 personas en 2011. Las autoridades de Nueva Zelanda han declarado el estado de emergencia en la región de Kaikoura, centro turístico situado a 150 kilómetros de Christchurch, justo después del segundo terremoto.