¿Cómo afectará el atentado de Barcelona en su turismo?
Barcelona sufrió el pasado jueves el peor atentado desde Hipercor: una furgoneta arrolló a toda velocidad y en La Rambla a cientos de personas y al menos 15 han muerto, según cifras oficiales. Los días pasan y el miedo permanece; ahora el sentimiento de seguridad se ha transformado en un anhelo y la conciencia de la vulnerabilidad se extiende en los barceloneses. Es un temor comprensible y muchos ciudadanos se preguntan si este podría afectar a la imagen de Barcelona en el mundo. Lo cual se puede trasladar en forma de pregunta: aquellos viajeros que habían pensado en volar a Barcelona, ¿mantienen el interés tras el ataque yihadista?
Barcelona sufrió el pasado jueves el peor atentado desde Hipercor: una furgoneta arrolló a toda velocidad y en La Rambla a decenas de personas y al menos 15 han muerto, según cifras oficiales. Los días pasan y el miedo permanece; ahora el sentimiento de seguridad se ha transformado en un anhelo y la conciencia de la vulnerabilidad se extiende en los barceloneses. Es un temor comprensible y muchos ciudadanos se preguntan si este podría afectar a la imagen de Barcelona en el mundo. Lo cual se puede trasladar en forma de pregunta: aquellos viajeros que habían pensado en volar a Barcelona, ¿mantienen el interés tras el ataque yihadista?
Una representante del Gremi d’Hotels de Barcelona interpreta que es “pronto” para valorarlo, una conclusión que comparten desde el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Lo cierto es que el gremio hotelero considera que se han producido anulaciones de reservas de manera “puntual”, en ningún caso significativas, y a falta de estimaciones más profundas, elaboradas y precisadas con el tiempo, Barcelona–como receptora de 30 millones de turistas cada año y como cuarta ciudad europea con más visitantes extranjeros, según los datos municipales– únicamente puede atender a la experiencia de otras capitales que sufrieron el horror del terrorismo para anticiparse a una posible fuga de turistas.
Un caso simbólico y representativo es París. La Ciudad de la Luz perdió un 4,7% de las reservas hoteleras en 2016 respecto al año anterior, lo cual encuentra explicación en los atentados de Bataclan, Charlie Hebdo y las constantes amenazas terroristas sobre la ciudad y el país. En cifras redondas, significa 1,5 millones de visitantes y 1.300 millones de euros perdidos de un año a otro. Los datos corresponden al Comité Regional de Turismo de París (CRT). Bélgica perdió 2.400 millones de euros –medio punto de PIB– en 2016 tras el ataque terrorista en el aeropuerto de Bruselas, con 32 víctimas mortales. El dato lo aporta la patronal Institute for Economics and Peace.
Con todo, el CRT revela que París ha batido records en los primeros seis meses de 2017 y que las visitas han aumentado un 10,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto significa que París recibió 16,4 millones de turistas de enero a junio, una cifra que no había alcanzado antes. En cualquier caso, nada apunta a que Barcelona vaya a sufrir el descenso repentino que conoció París. Al menos así lo interpreta la Asociación Europea de Turoperadores, que hace apenas cinco días dijo a través de su presidente, Tom Jenkins, que no anticipan «muchas cancelaciones inmediatas»: «Estos incidentes son cada vez menos infrecuentes y la gente comprende cada vez mejor que puede ocurrir en cualquier lugar”.
En Reino Unido, especialmente en Londres, los atentados no han echado atrás a los turistas y en este junio han sido un 7% más que en el junio anterior. En Alemania, las cifras son abrumadoras y, por ejemplo, los chinos que han visitado el país han aumentado un 15%. Las cifras proceden de los estudios realizados por la agencia Protourismus. Un representante de la compañía, Didier Arino, responde a preguntas de AFP que España no sufrirá grandes variaciones en los próximos meses: “El país experimenta tal dinámica de crecimiento que el efecto no se notará tanto”.
A menudo se escribe con acierto que España ha experimentado un aumento extraordinario en el número de turistas por la caída de destinos como Turquía, Egipto o Túnez, un aumento que la patronal turística Exceltur cuantifica en 12 millones de personas desde 2010. La seguridad es la base del turismo: la situación en estos países mediterráneos es crítica y en ningún caso equiparable a la española. Ningún experto emplea estos ejemplos como precedentes a tener en cuenta.
Con los datos sobre la mesa se puede comprobar que el impacto de los atentados, como hechos esporádicos, tienen un impacto en el turismo a muy corto plazo y las cifras se recuperan con rapidez. “El efecto se acorta con la banalización de los atentados”, explica el presidente del sindicato francés Entreprises du Voyage a la agencia AFP. Todo se reduce a si una ciudad es segura o peligrosa a ojos del turista.