Viejos juegos, nuevas galaxias
Todos tenemos un juego clásico al que nos gustaría dedicarle horas de nuevo. Seguro que lo encuentras en GOG.
Los viejos rockeros nunca mueren, y los viejos juegos tampoco. Y no tanto por la constante aparición de remakes en el mercado, siempre controvertidos, sino porque son ya muchos los clásicos que se resisten a abandonar la memoria de los aficionados. Por supuesto, la obsolescencia de las plataformas y los formatos juega en su contra, en algunos casos sumada a catastróficas desdichas como la del Blade Runner de Westwood Studios. Pero para eso tenemos a los anticuarios del mundo digital, cada vez más presentes y conscientes de la importancia de su labor. Grupos de aficionados que se encargan de preservar placas de ordenador, código arcaico o piezas de hardware que deben conservarse casi con el mismo cuidado que una pieza arqueológica de hace siglos.
No todo el peso de esta tarea recae en la labor desinteresada de los jugadores, por suerte. Una de las plataformas más conocidas que recupera clásicos del mundo del PC y los pone a nuestra disposición, en formato digital, es GOG. Unas siglas que encierran la declaración de intenciones original: cuando nació, allá por 2008, se la conocía como Good Old Games. Aunque no son demasiados los usuarios que recuerdan esto, más de una década después, tras un proceso de rebranding y crecimiento imparable, unido estrechamente a la trayectoria de su propietaria CD Projekt (estudio polaco responsable de la franquicia The Witcher, que no necesita presentación a estas alturas).
Hoy en día, GOG ha llegado más allá de la recuperación de lo clásico, aunque sigue siendo su piedra fundacional. En su tienda es posible encontrar la gran mayoría de los lanzamientos recientes para PC, con un añadido importante: están disponibles para descargar y jugar sin DRM, es decir, sin restricciones a la hora de gestionar nuestra copia privada. Esto ha generado tradicionalmente bastante simpatía, tanto entre desarrolladores como entre jugadores, convirtiéndola en una de esas plataformas alternativas para quienes no se sienten afines a los pesos pesados (léase Steam). Y como comentábamos, tampoco ha perdido su espíritu: sigue siendo un lugar de referencia para aquellos que suspiran por los juegos de su infancia o adolescencia.
Aunque muchos de estos títulos añejos han ido trasladándose a otras tiendas online con el paso del tiempo, es en GOG donde podemos encontrarlos antes que en ningún sitio. Si nos vamos a la sección de aventura de su página, por ejemplo, nos toparemos con clásicos como los Myst, los King’s Quest, los Tex Murphy, ediciones especiales de 7th Guest o Simon the Sorcerer, o un pack con los míticos Gobliiins; solo algunos nombres entre muchas viejas glorias. También podemos bucear por la sección de shooter para reencontrarnos con los Wing Commander. O pasarnos por la zona RPG y que se nos escape una lagrimita al descubrir los Baldur’s Gate, los Gothic o los Might and Magic.
Sin embargo, con el paso de los años, y pese a contar con un catálogo bastante nutrido, GOG se ha ido quedando atrás en una carrera muy específica: la de la conectividad social. Aunque nuestra biblioteca personal en la página funciona de una manera muy cómoda (basta con entrar y descargar el ejecutable del juego, así como posibles extras), cada vez son más los jugadores que buscan esos alicientes que ofrecen plataformas como Steam, PSN o la propia tienda de Epic, que ha llegado arrasando. El poder gestionar nuestra lista de amigos, cotillear su actividad, y por supuesto mostrar al mundo nuestros logros e hitos en los juegos; pequeños placeres generados por la necesidad de nutrir de significado nuestra identidad digital a través de nuestras aficiones.
Big sales & great discounts are understandably tempting, but it’s easy to buy the same title twice, just on a different platform… 😬
Have all your games in one place in #GOGALAXY 2.0 & make sure that doesn’t happen!💜
Worst case scenario, use our duplicate games stacking 😁 pic.twitter.com/t4yaEcjQyM
— GOG GALAXY 2.0 (@GOGGalaxy) January 23, 2020
GOG ya dio un paso adelante hace algún tiempo en su política de atraer nuevos jugadores al permitirnos enlazar nuestra biblioteca con la de Steam. Un añadido de lo más interesante, ya que permitía que muchos títulos que hubiésemos comprado en Steam aparecieran disponibles automáticamente sin DRM. El lanzamiento de la beta abierta de su cliente GOG Galaxy, que tuvo lugar en diciembre del pasado año, lleva esta voluntad de integración más allá, apuntando directamente hacia lo social.
Galaxy funciona como un launcher, un cliente de escritorio en la misma medida que el de Epic o Steam. Tan solo iniciando sesión en él, tenemos a nuestra disposición todos los juegos de nuestra biblioteca. También podemos comprar nuevos títulos directamente desde su interfaz. Dejando a un lado estas características básicas, no obstante, lo más interesante es la posibilidad de conectar con otras muchas plataformas, no solo exclusivas de PC; también PSN y Xbox Live están entre las opciones disponibles. Al integrar de este modo nuestros perfiles, podemos añadir como amigos a quienes tengamos en estas plataformas. Y lo más divertido para muchos: es posible visualizar gráficas que muestren nuestra actividad reciente, los juegos de los que disponemos o los logros que hemos conseguido en cada una de las plataformas.
Aunque se muestre muy simple de momento (posiblemente esté prevista la implementación de otras opciones en un futuro próximo), es positivo que GOG se haya animado a experimentar con clientes de este tipo y apueste por una perspectiva integradora, en lugar de restrictiva. Eliminar barreras forma parte de su génesis, al fin y al cabo. Pero, yendo un poco más allá, es positivo que surjan más y más opciones que amplíen nuestras posibilidades para comprar y jugar. No solo para los usuarios.
El aterrizaje arrollador de la tienda de Epic, que ya traía consigo una base fan considerable gracias a Fortnite, puso a Steam contra las cuerdas gracias a una política mucho más favorable para los creadores: estos se llevan el 88% de sus ganancias directamente al publicar en Epic, un porcentaje mucho más atractivo que el 70% que obtienen desde la plataforma de Valve (ese 30% que se lleva la tienda, a juzgar por las encuestas recientes del estado del sector, resulta cada vez más difícil de justificar). Una ventaja competitiva que se ve reforzada por la adquisición de exclusividades, quizás el recurso que más daño ha hecho, por el momento, a Steam (aunque muchos de sus incondicionales sigan renegando de esta estrategia).
GOG lleva mucho tiempo funcionando como alternativa, pero es ahora cuando ha decidido intentar ponerse al mismo nivel. Pese a sus carencias actuales, Galaxy puede convertirse en un adversario digno a no mucho tardar, si aprende de sus predecesores. En cuanto al mundo indie en exclusiva, tenemos plataformas clave que disponen de clientes de escritorio como itch.io o Kartridge; esta última acaba de lanzarse al terreno de la distribución. Ambas, con sus propias herramientas y recursos, se esfuerzan en democratizar el desarrollo de videojuegos y ofrecernos visiones distintas, fuera de lo normativo; creaciones intimistas y alternativas.
Como usuarios, está claro que esta pluralidad de opciones y esta descentralización en las plataformas nos permiten ampliar nuestras miras, pero no podemos quedarnos en la superficie: debemos aprovechar para cultivar nuestro ojo crítico, y apoyar las iniciativas que permitan crecer al medio. La libertad de los creadores será, por supuesto, un elemento imprescindible para seguir adelante.