Qué veremos en la cuarta temporada de ‘El Ministerio del Tiempo’ y qué nos gustaría ver
La cuarta temporada de la aclamada ficción comienza con un misterioso doble de Julián, una peligrosa máquina del tiempo y un nuevo fichaje: Carolina.
Los ministéricos han tenido que esperar dos años y medio para volver a ver a la patrulla en acción y este tiempo ha pasado tanto fuera como dentro de la ficción. En 2020, la cuarta temporada de la aclamada ficción comienza con un misterioso doble de Julián, una peligrosa máquina del tiempo y un nuevo fichaje: Carolina. ¿Por qué huye de su presente en los años 80? ¿Cómo puede alterar el presente e incluso el futuro esta máquina? ¿Qué personajes históricos veremos en los nuevos capítulos y cuáles se merecen aparecer?
Después de una larguísima ausencia El Ministerio del Tiempo regresa a La 1 el martes 5 de mayo a las 22.40 horas con una cuarta temporada cargada de novedades. Empezando por el regreso de Julián (Rodolfo Sancho) o un doble suyo llamado Eulogio que resulta ser un veterano de la División Azul y una estrella del cine en ciernes en la España de 1943. Para desentrañar el misterio, Lola (Macarena García), Pacino (Hugo Silva) y Alonso (Nacho Fresneda) vuelve al trabajo tras recibir la llamada de Salvador (Jaime Blanch), Irene (Cayetana Guillén Cuervo) y Ernesto (Juan Gea). Su misión en el momento más crudo de la posguerra: evitar un complot para asesinar al dictador Francisco Franco.
Partiendo de estas y otras novedades, y evitando en la medida de lo posible hacer spoilers, repasamos las claves de esta temporada y soñamos con otros pasados, presentes y futuros. Y recordamos: todos los capítulos, desde la primera temporada, pueden verse en la web de Televisión Española y HBO España.
Más diversidad delante y detrás de las cámaras
Después de dos años y medio de espera, Aura Garrido confesó en la presentación digital de la serie que apenas participará en los nuevos capítulos de El Ministerio del Tiempo porque ya tenía otros compromisos previos. De manera que, como ocurrió en entregas anteriores con el propio Julián y la entrada de Pacino, la salida de Amelia será compensada con la entrada de Carolina. Manuela Vellés interpretará a esta mujer de los años 80 que, en sus palabras: “viaja en el tiempo para huir de su marido maltratador, se topa con la patrulla y deciden llevarla con ellos”.
En el plano personal, Carolina podría formar un triángulo amoroso con Pacino y Lola, cuyas idas y venidas continuarán en los nuevos capítulos. Pero no sería más interesante que, puestos a convertirla en el interés romántico de algún personaje, ¿no fuera esta Irene? Al fin y al cabo, sabemos que ella es lesbiana y una conquistadora nata en todas las épocas. Y ya tenemos más que suficientes relaciones heterosexuales en la serie.
También es cierto que no hay por qué liar a Carolina con nadie. Pero Javier Olivares, creador, guionista y productor ejecutivo de la serie, confesó que “una historia de amor” estará en el centro de esta temporada. Así que, por pedir, que no quede. “Entre medias, creo que se han introducido las emociones como nunca. Siempre han estado, pero el tratamiento de todos los personajes está visto desde un punto de vista muy sentimental y creo que esto va a enganchar”, explicó.
Además, la incorporación de sangre nueva en el equipo de guionistas –dos mujeres, Isa Sánchez y Carolina González, y dos hombres, Daniel Corpas, Jordi Calafí, se suman a los habituales Pablo Lara, Marc Vigil y el mencionado Olivares– a buen seguro ampliará las historias posibles en este universo. Incluidos los personajes históricos que desfilan por él.
Los otros protagonistas de la Historia
Cayetana Guillén Cuervo dijo estar feliz con el desarrollo de su personaje, Irene, que en esta cuarta temporada “se potencia como agente de campo y va a más misiones”. También “creará un departamento de memoria histórica femenina para rescatar a los personajes históricos que no han estado en su lugar”, añadió sobre todas esas mujeres sepultadas por la historiografía. Pues muchas participaron activamente en la vida pública y fueron estrellas en su tiempo.
Para un puñado de capítulos darían, por ejemplo, las historias de las cuatro rebeldes decimonónicas rescatadas por Mar Abad en Antiguas pero modernas: Rosario de Acuña, librepensadora, aplaudida dramaturga y pionera del feminismo; Carmen de Burgos, defensora del derecho al divorcio y el sufragio femenino además de la primera mujer corresponsal de guerra; Aurora Bertrana, pionera del jazz, defensora del amor libre, escritora, viajera empedernida y política; Sofía Casanova, poeta y cronista de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Bolchevique y la Segunda Guerra Mundial. También podría aparecer la pintora Sofonisba Anguisola, autora del cuadro más célebre del rey Felipe II, atribuido posteriormente y hasta 1990 a Juan Pantoja de la Cruz. O todas esas Señoras que se empotraron hace mucho como cuenta Cristina Domenech en su libro homónimo.
De vuelta a la realidad, en esta cuarta temporada aparecerán la bailarina y cantante Josephine Baker (Astrid Jones), la artista y amante de Picasso Dora Maar (Stephanie Magin), la pensadora y política Clara Campoamor (María Morales) o las reinas María Tudor (Rachel Lascar) en Inglaterra o María Cristina (Camila Viyuela) en España. También se reivindicará a científicos como Emilio Herrera, un visionario que, en la primera mitad del siglo XX, diseñó la escafandra que daría origen a la utilizada por la NASA para llevar al hombre a la Luna. ¿Y por qué no hablar también de Margarita Salas, pionera del ADN que revolucionó los laboratorios de todo el mundo con su trabajo?
Os preguntaréis dónde quedan las personas racializadas en este relato. Pues un capítulo o una serie entera podría protagonizar Juan Latino. Hijo de sirvientes negros, Juan nació como esclavo en 1518 en Cabra. Convivió desde pequeño con Gonzalo Fernández de Córdoba, tercer duque de Sessa, y aprovechó la educación que su señor recibía. Cuando este comenzó a asistir a la Universidad de Granada, Juan le acompañaba, logrando también seguir las lecciones a pesar de no tener permitida la entrada. Terminó cursando estudios de letras y tras ser manumitido obtuvo la cátedra de Gramática, cargo que ostentó durante dos décadas. Para rematar, sus amores interralaciales también fueron célebres en la época, pues se casó con su alumna, la joven Ana Carleval, una dama distinguida –y blanca– con la que tuvo cuatro hijos.
Más ciencia ficción con el Anacronópete
En los nuevos capítulos la aparición de una máquina del tiempo, el Anacronópete, no solo rivalizará con las puertas del tiempo, sino que sumará un peligro más para la Historia, el Ministerio y la patrulla. Servirá, asimismo, para recordar “esa literatura fantástica española ignorada”, palabra de Olivares. “El Ministerio se lleva una sorpresa porque no sabe que esa máquina existe. Es un homenaje a la primera novela que habla de viajar en el tiempo, El Anacronópete, publicada en 1887 por Enrique Gaspar y Rimbau”, explicó el creador, destacando que esta historia es anterior a La máquina del tiempo de H.G. Wells, de 1895. “Hoy nadie conoce esa novela igual que nadie conocía Un soldado español de veinte siglos”, publicada en 1874 por Juan Gómez de Arteche y desempolvada en un capítulo de la tercera temporada.
Centrándonos en la máquina del tiempo, las posibilidades de viajar al pasado, y sobre todo al futuro, se multiplican, pero también podrían generarse interesantes paradojas o nuevas líneas temporales. Como cuando Felipe II se proclamó rey del mundo y del tiempo. Por pedir, un presente donde el coronavirus no se desate o ya tengamos vacuna contra él. Y si el Ministerio de hoy ha tenido que dejar su sede en el centro, quizá los patrulleros acaben siendo robots.
Volviendo al atentado contra Franco, y vista la tendencia global por reescribir el pasado, desde Once Upon a Time in… Hollywood a la reciente Hollywood y su Meca del Cine sin racismo, machismo, ni discriminación, ¿qué habría pasado si el dictador hubiera sido asesinado? ¿Y si todo fuera peor, como plantea Stephen King al salvar a Kennedy en 22/11/63, y se compensaran los cambios con más muertes en el presente? ¿Es el tiempo un demiurgo fan de Destino Final? Como diría Salvador: “El simple aleteo de una mariposa puede cambiarlo todo… Puta mariposa”.