Manolo Quijano: «La Lola era una presentadora de televisión de la que me enamoré»
Hablamos con el mayor de los Quijano que nos cuenta lo que hay detrás de las letras de sus canciones más conocidas, como ‘La Lola’ o ‘La taberna del Buda’: «Se esconden historias que nunca imaginarías»
Manolo Quijano, integrante junto a sus hermanos Óscar y Raúl del grupo Café Quijano, componía por las noches viendo un programa de televisión. Lo hacía con el volumen apagado. La tele le hacía compañía. Un paquete de tabaco, un cenicero y una grabadora, su kit nocturno de supervivencia. Sin embargo, la imagen de la presentadora que cada noche le acompañaba al otro lado de la pantalla terminó por encandilarle. Atrevido y quijotesco –no sólo por su apellido–, se atrevió a llamar a la redacción del programa de la chica de soberbia mirada y caminar descarado. El resto, historia de España. ‘La Lola’, un clásico de la historia del rock español, la canción más conocida de la banda leonesa.
«Me empecé a enamorar y me empezó a gustar muchísimo. La llamé por teléfono a la redacción de su programa, empezamos a quedar, nos llevábamos bien y empezó a surgir la historia de La Lola y, desde luego, poco tiene que ver con lo que la gente se imagina», nos cuenta Manolo Quijano, que acaba de sacar un libro ‘Detrás de la letra’, en cuyas páginas desvela lo que hay detrás de las canciones que ha ido componiendo durante casi el último cuarto de siglo hasta completar un exitoso repertorio.
«Ese es uno de los motivos por los que escribí el libro. Desde que compuse la canción cada uno le ha atribuido un personaje diferente o ha interpretado la letra de una manera diferente, y nada tiene que ver con lo que la mayoría ha interpretado», explica el mayor de los hermanos mientras nos tomamos un café con hielo en una cafetería cerca del Estadio Santiago Bernabéu.
–¿Sabe la Lola que es ‘La Lola’ de ‘Café Quijano’? –le pregunto–.
–Yo creo que no lo sabe, lo malo es si se entera ahora… –cuenta entre risas el artista, reconocido internacionalmente por su faceta de músico, compositor, productor y cantante–.
Los hermanos Quijano acaban de reeditar su último disco, ‘La vida no es la la la’, el décimo trabajo de estudio de la banda y su retorno al sonido pop-rock después de haber culminado en 2015 su trilogía ‘El Bolero’, con el que obtuvieron tres discos de platino y cinco nominaciones a los Latin Grammy Awards. Y es que, según Manolo, ahora se encuentran mejor que nunca: «Aunque parezca una locura decirlo nos está yendo casi como en nuestras mejores épocas, estamos tocando más que nunca, nos encontramos más a gusto en todos los sentidos, disfrutamos a tope de los conciertos».
Si algo saben los Quijano es conjugar el verbo disfrutar a la perfección. Con más de 20 años de carrera musical a sus espaldas –cuando comenzaron a cantar en el bar de su padre–, Manolo también acarrea con el sambenito de ser un mujeriego y un seductor. «A mí me encanta seducir», cuenta entre carcajadas. «Hemos sido gente que lo hemos pasado muy bien, hemos disfrutado mucho de todo y hemos sido muy pasionales en todos los sentidos. A mí las mujeres me han gustado muchísimo y me siguen gustando, y me parece maravilloso el cortejo, que en muchos casos es el germen del amor», se explica simpático y cercano. «Eso sí» –matiza– «siempre con la bandera del respeto en todos los sentidos».
Donde no había mucho respeto era en ese local familiar donde los Quijano se forjaron musicalmente. Ahí, cuenta Manolo, pasaba miedo cada noche. «Se juntaba gente muy rara que daba pie a que se dieran circunstancias muy comprometidas. Era la eclosión del mundo de la cocaína. Era un bar muy pintoresco».
Tan pintoresco que dio también para escribir otra de las canciones más conocidas y populares de Café Quijano, ‘La taberna del Buda’, también relatada en su libro.»Allí podía coincidir un tío que acababa de salir de la cárcel, el juez que lo había metido en prisión o el abogado que lo había defendido», relata recordando esos inicios. «La canción cuenta de una forma muy light lo que allí pasaba. ‘La taberna del Buda’ es la historia dulcificada de aquel ambiente», asegura. Y es que en ese local de mala muerte incluso le llegaron a apuñalar: «Me apuñalaron accidentalmente. Estaban agrediendo a mi padre, y en una confusión, alguien que iba a defenderlo, me pinchó a mí».
De esta forma, en ‘Detrás de la letra’, Manolo Quijano ha ido enseñando las entrañas de sus canciones, que no son más que las suyas propias. Y es que, como bien escribe el artista en su libro: «Detrás de la letra de cada canción, se esconden historias que nunca imaginarías».
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