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The Waylanders, estrategia con raíces gallegas

El nuevo juego de Gato Studio, ya está disponible en Steam y en tablero. Un paseo mitológico por la costa gallega

The Waylanders, estrategia con raíces gallegas

The Waylanders | Steam

Según el Libro Blanco del Videojuego Español publicado por DEV, en el que se ofrece un resumen del estado del sector, solo el 20% de las 520 empresas legalmente constituidas hoy en día puede presumir de tener una trayectoria de más de diez años. En este grupo por desgracia escaso se encuentra Gato Studio, antes conocido como Gato Salvaje. Fundado en 2010 y afincado en A Coruña, su ya consolidada existencia no es lo único de lo que puede presumir. También de ser un ejemplo de resiliencia, aprendizaje y superación de las limitaciones.

El debut de Gato Studio llegó en 2014, con la aventura gráfica AR-K. La formación como animadores de Sergio Prieto, director creativo de la empresa, y su socio Javier Vara quedaron de manifiesto en este primer trabajo, lanzado en tres entregas episódicas, que recordaba poderosamente a los clásicos de Péndulo Studios como Runaway o a los Broken Sword de Charles Cecil. No obstante, más allá de estas similitudes en espíritu, AR-K no consiguió dar la talla o convertirse en el referente ambicioso que probablemente pretendía. En un momento en que estudios como Wadjet Eye o Daedalic habían conseguido poner de nuevo a las aventuras gráficas en el punto de mira, había que ofrecer algo realmente distintivo. Nada resultaba especialmente destacable o memorable a lo largo de los tres episodios en los que se desarrolló la historia: ni la propia animación, el que debería haber sido el punto fuerte a nivel técnico, ni la trama o los puzles que nos ayudaban a desentrañar la trama.

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Imagen de ‘The Waylanders’ vía Steam.

Sin embargo, aunque AR-K no ofreciera el resultado esperado a nivel comercial o de crítica, sí que dejó un poso muy relevante, una experiencia que el estudio sabría aprovechar posteriormente: su exitosa campaña de Kickstarter. Más de 800 personas contribuyeron a la financiación de la aventura en mayo de 2013, convirtiéndose, por aquel entonces, en la primera campaña de un videojuego español en alcanzar los 100.000 euros de recaudación. Gato Studio siguió avanzando y aprendiendo; tras un pequeño juego “puente”, Bullshot, publicado en 2016, regresaron a primera línea con más fuerza que nunca en 2018 con un nuevo proyecto, The Waylanders. En esta ocasión, por partida doble: sendas campañas de Kickstarter para financiar un videojuego y un juego de tablero con el mismo nombre. Ambos se retroalimentaban, compartían filosofía de diseño, y lo más interesante, apostaban por un universo fantástico enraizado en la tradición celta y las leyendas propias del norte de España.

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Imagen del juego de tablero vía Editorial Eclipse.

Es una reivindicación que escuchamos muy a menudo: nuestros mundos ficticios suelen estar dominado claramente por el imaginario anglosajón. No es demasiado habitual ahondar en otra clase de folclore o mitologías más allá de la centroeuropea, o movernos por escenarios que podamos reconocer como propios. The Waylanders quiere resolver este problema y ofrecer su propia interpretación, mostrando con orgullo su herencia gallega. Gran parte de las localizaciones que podemos encontrar en el juego, disponible desde el pasado 16 de junio en Early Access a través de Steam, están inspirados en zonas reales de nuestro país. Compostela, la Torre de Hércules o Ézaro, por ejemplo, son algunos de los lugares que podremos reconocer en nuestro viaje.

En lo referente al contenido mitológico, The Waylanders ofrece una combinación cuanto menos peculiar. En un mundo en el que humanos y dioses coexisten, estos últimos encarnados en la figura de los Tuatha Dé Danann celtas, nos encontramos a personajes legendarios como Taliesin o Heracles luchando hombro con hombro; junto a ellos, tenemos criaturas como los inmortales mourians, los fomori (también muy presentes en el acervo cultural celta), los licántropos o los goblins. Un sincretismo que dota a la aventura de un toque pulp, reforzado además por el tono de los diálogos de los personajes. Lejos de contar con un estilo hierático, o quizás más fiel a lo que esperaríamos encontrar en una narración mítica, poseen un dinamismo que podríamos considerar “moderno”, excesivamente coloquial a veces. Más propio de una narración de nuestro siglo que de una leyenda de tiempos de antaño. Si entramos en The Waylanders atraídos por ese trasfondo mitológico, es posible que las conversaciones nos resulten chocantes desde un primer momento. Es un aspecto conflictivo que debemos superar si queremos disfrutar del juego, sin duda.

Dejando a un lado este posible problema narrativo, destaca el componente estratégico que The Waylanders despliega tanto en su versión de videojuego como en la de tablero. Inspirado en Dragon Age: Origins y en clásicos como Baldur’s Gate, nos ofrece bastante libertad a la hora de personalizar nuestra formación de combate, elegir los roles de nuestros personajes y cambiar de táctica a nuestro antojo para superar las adversidades.

En el juego de mesa, podremos utilizar tres tipos de formaciones estratégicas: el orbe, la punta de flecha y la falange. En el videojuego, el número se amplía hasta doce. Por el momento, la versión en Early Access que tenemos a nuestra disposición en Steam no incluye todas, y aún no se encuentra demasiado pulido en este aspecto, pero desde luego es un elemento prometedor para los aficionados al género.

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Imagen vía Eclipse Editorial.

 

En el juego de tablero, publicado por Eclipse Editorial, es más fácil advertir el cuidado aspecto artístico. Tanto las cartas como los hexágonos que empleamos para el tablero, y las miniaturas de nuestros personajes, son de lo más atrayente, un caramelito irresistible para jugadores y coleccionistas. Una propuesta competitiva que no solo pone el foco en el citado componente estratégico sino también en la rejugabilidad. Cada partida es diferente, nos dicen sus editores, tanto por las posibilidades que ofrece el terreno de juego como por los veinte personajes distintos.

El juego de mesa ya está a la venta. En lo referente al videojuego, aún queda un tiempo hasta que podamos disfrutar de la versión completa en Steam, con las más de cuarenta horas de juego prometidas. Quizás el precio actual de la versión en Early Access no motive especialmente a probarlo, pero no cabe duda de que merece la pena seguirle la pista. Gato Studio nos ha demostrado que sabe hacer honor a su nombre y seguir peleando con uñas y dientes para abrirse camino.

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