THE OBJECTIVE
Cultura

Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía

Metemos en apuros a unos cuantos redactores para que escojan y lean unos pocos versos –pero ¡qué versos!– para celebrar la fecha

Nadie nos pidió que lo hiciéramos. En absoluto. Exoneramos de cualquier responsabilidad a nuestros superiores. Pero nos hemos envalentonado. Hemos considerado una buena idea celebrar el Día de la Poesía leyendo un poema, uno cada uno, y subidos a la ola de la ilusión lo vamos a dejar para el recuerdo –o para el agravio– en el fondo videográfico de YouTube. Y de Twitter. Y de Instagram. Nuestro querido lector encontrará en estas líneas poemas en francés, inglés, galego, castellano y ¡árabe! Políglota es nuestro segundo nombre.

Que comience el espectáculo.


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 4

Rosalía de Castro 

Néstor Villamor. Este poema sin título es de Follas novas (Hojas nuevas/Hojas jóvenes), la considerada como obra cumbre de Rosalía de Castro, una poeta a la que yo recomiendo porque, a pesar de ser muy canónica y muy universal, es un ejemplo paradigmático de escritora archiconocida, pero poco leída. Se trata de alguien a quien el propio Azorín describió como «uno de los más delicados, de los más intensos, de los más originales poetas que ha producido España». Y, aunque mi favorita personal de Rosalía es Follas novas, también fue Azorín el que sobre su obra En las orillas del Sar, escrita en español, dijo lo siguiente: «No se ha publicado en lengua castellana, y durante nuestro siglo XIX, un volumen de más espirituales, delicados, ensoñadores versos».

Versión original:

A un batido, outro batido,
A un-ha dor outro delor,
Tras d’un olvido, outro olvido,
Tras d’un amor; outro amor.

Y ó fin de fatiga tanta
E de tan diversa sorte,
A vellés que nos espanta,
Ou ó repousar d’á morte.

 

Versión traducida:

A un latido, otro latido;
A un dolor, otro dolor;
Tras un olvido, otro olvido;
Tras un amor, otro amor.

Y al fin de fatiga tanta
Y de tan diversa suerte,
La vejez que nos espanta
O el reposo de la muerte.

(Traducción propia)


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 7

Charles Baudelaire

Cecilia de la Serna. Charles Baudelaire es la raíz de todo. Considerado el padre de la poesía moderna, Baudelaire fue –como cualquier artista rompedor en su tiempo– un incomprendido. Con la soledad del poeta maldito por bandera, dio al mundo uno de los poemarios más relevantes de la historia de la poesía: Les fleurs du mal (Las flores del mal, 1857), tildado de «inmoral» –él mismo dijo que era un «mísero diccionario de la melancolía y del crimen»–. El autor fue incluso condenado a una multa de 300 francos y a suprimir seis de los poemas que exaltaban la desnudez femenina y las relaciones lésbicas. Entre los tantos poemas que contiene, destaco La beauté (La belleza), donde este bien último del arte –al menos en el siglo XIX– no es tierno, sino duro como «un sueño de piedra»; la belleza esclaviza al poeta –los «dóciles amantes»–. La última estrofa presenta a la figura del poeta, que es un mero esclavo de la belleza divinizada. Si bien la relación entre el poeta y la belleza en este soneto se representa como una relación amorosa, no es una relación de iguales, sino de maestro a discípulo, de monarca a súbdito, de dios a fiel; donde la belleza es quien manda y el poeta es un simple –como decía– esclavo.

Versión original:

Je suis belle, ô mortels! comme un rêve de pierre,
Et mon sein, où chacun s’est meurtri tour à tour,
Est fait pour inspirer au poète un amour
Eternel et muet ainsi que la matière.

Je trône dans l’azur comme un sphinx incompris;
J’unis un coeur de neige à la blancheur des cygnes;
Je hais le mouvement qui déplace les lignes,
Et jamais je ne pleure et jamais je ne ris.

Les poètes, devant mes grandes attitudes,
Que j’ai l’air d’emprunter aux plus fiers monuments,
Consumeront leurs jours en d’austères études;

Car j’ai, pour fasciner ces dociles amants,
De purs miroirs qui font toutes choses plus belles:
Mes yeux, mes larges yeux aux clartés éternelles!

 

Versión traducida:

Bella soy, ¡oh mortales!, como un sueño de piedra,
y mi seno, que a todos siempre ha martirizado,
para inspirar amor a los poetas medra
a la materia igual, inmortal y callado.

En el azul impero, incomprendida esfinge;
al blancor de los cisnes uno un corazón frío;
detesto el movimiento que a las líneas refringe,
y nunca lloro como jamás tampoco río.

Los poetas, al ver mis grandes ademanes,
que parecen prestados de altivos edificios,
consumirán sus días en austeros afanes;

Pues, para fascinar a amantes tan propicios,
tengo puros espejos que hacen las cosas bellas:
¡mis ojos, tan profundos, como eternas centellas!

(Traducción de Ignacio Caparrós)


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía

Mahmud Darwish

Rodrigo Isasi. No hay un solo palestino que no sepa quién es Mahmud Darwish: sus poemas hablan de su historia, de una vida de lucha y represión, de ocupación y exilio, de amor a la tierra y a la patria. Hoy, la poesía de Darwish está más viva que nunca, recuerda a los más de cinco millones de palestinos que han tenido que abandonar a la fuerza su hogar –su estatus de refugiado es hereditario–, a las familias rotas, a la pérdida de identidad y de derechos. Como él mismo explicó muchas veces, los temas del exilio, de la melancolía que destilan sus obras no resultan ajenos a los europeos, a los americanos y tampoco a los israelíes. «El exilio es más que un concepto geográfico. Puedes ser un exiliado en tu patria, en tu casa, en una habitación. No es sólo una cuestión palestina». Hoy, la poesía de Darwish se convierte en un mecanismo de denuncia que toma voz de la mano de cantantes como el gran Marcel Khalife, que no duda en tañer su laúd y transportar los textos del gran bardo palestino por medio mundo. Hoy, elijo el poema A mi madre.

Versión original:

إلى أمي
أحنُّ إلى خبز أُمي
وقهوة أُمي
ولمسة أُمي..
وتكبرُ فيَّ الطفولةُ
يومًا على صدر يومِ
وأعشَقُ عمرِي لأني
إذا مُتُّ،
أخجل من دمع أُمي!
خذيني، إذا عدتُ يومًا
وشاحًا لهُدْبِكْ
وغطّي عظامي بعشب
تعمَّد من طهر كعبك
وشُدّي وثاقي ..
بخصلة شَعر ..
بخيطٍ يلوِّح في ذيل ثوبك ..
عساني أصيرُ إلهًا
إلهًا أصير ..
إذا ما لمستُ قرارة قلبك !
ضعيني، إذا ما رجعتُ
وقودًا بتنور ناركْ ..
وحبل غسيل على سطح دارك
لأني فقدتُ الوقوفَ
بدون صلاة نهارك
هَرِمْتُ، فردّي نجوم الطفولة
حتى أُشارك
صغار العصافير
درب الرجوع ..
لعُش انتظارِك !

 

Versión traducida:

Añoro el pan de mi madre,
el café de mi madre,
las caricias de mi madre…
Día a día,
la infancia crece en mí
y deseo vivir porque
si muero, sentiré
vergüenza de las lágrimas de mi madre.

Si algún día regreso, tórname en
adorno de tus pestañas,
cubre mis huesos con hierba
purificada con el agua bendita de tus tobillos
y átame con un mechón de tu cabello
o con un hilo del borde de tu vestido…
Tal vez me convierta en un dios,
sí, en un dios,
si logro tocar el fondo de tu corazón.

Si regreso. Tórname en
leña de tu fuego encendido
o en cuerda de tender en la azotea de tu casa
porque no puedo sostenerme
sin tu oración cotidiana.
He envejecido. Devuélveme las estrellas de la infancia
para que pueda emprender
con los pájaros pequeños
el camino de regreso
al nido donde tú aguardas.

(Traducción de María Luisa Prieto)


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 6

T.S. Eliot

Jorge Raya Pons. Podría decir que hay razones imbatibles para escoger este poema y no otro, y que T.S. Eliot es una figura fundamental e insustituible en la poesía angloamericana y en la poesía del mundo. Podría decir que sus Cuatro Cuartetos justifican el Nobel y toda una vida, y amontonar las palabras en la página en blanco hasta darles un sentido y una forma o lo que sea. Pero la única razón para escoger este poema y no otro es personal, muy mía, de modo que poco más se puede añadir. Me quedo con un detalle de Burnt Norton, en la traducción al castellano de Esteban Pujals para Cátedra.

Versión original:

Words move, music moves
Only in time; but that which is only living
Can only die. Words, after speech, reach
Into the silence. Only by the form, the pattern,
Can words or music reach
The stillness, as a Chinese jar still
Moves perpetually in its stillness.
Not the stillness of the violin, while the note lasts,
Not that only, but the co-existence;
Or say that the end precedes the beginning,
And the end and the beginning were always there
Before the beginning and after the end.
And all is always now. […]

 

Versión traducida:

Se mueven las palabras, la música
se mueve sólo en el tiempo; mas
lo que sólo vive no puede
sino morir. Tras el discurso
las palabras aspiran al silencio.
Sólo en la forma, en el trazo,
alcanzan las palabras,
la música, la paz, como se mueve
perpetuamente el jarrón chino
en su quietud. Pero no es la quietud
del violín mientras dura la nota,
no eso sólo, sino la coexistencia;
o digamos que precede al comienzo
el fin y que ahí estaban el principio
y el fin desde antes del principio
y después del final. Y es todo
siempre ahora. […]

(Traducción de Esteban Pujals)


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 1

Idea Vilariño

Carolina Freire. En la poesía de Idea Vilariño (Montevideo, 1920-2009) –como en su vida– no hay pompa ni circunstancia ni pretensiones. «Mi poesía soy yo», dijo en una de sus escasas entrevistas. Y es cierto: es ella. Su soledad, su desgarro, su amor, sus entrañas. Los de todo aquel que acuda a ella en el momento adecuado. ‘Tal vez no era pensar’ habla del raciocinio como condena, como opuesto al dejarse llevar y caminar ligero, a «darse y tomar perdida, ingenuamente». El precio de la reflexión. El pensamiento como barrera. La angustia que produce saber que, a pesar del atractivo de una vida ingenua, la lucidez no es algo a lo que se pueda renunciar. Son versos directos, como balas –porque Vilariño no escribe, ella dispara– que no dejan indiferente, que siembran la duda: ¿el pensamiento anula la pureza del sentimiento? En fin, si queréis un motivo para leer a Idea Vilariño, leed a Idea Vilariño.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.

Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.

Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.

Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.

Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente…


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 10

Gil de Biedma

Teresa Bazarra. La palabra honesta es uno de los adjetivos de moda para definir una pieza artística o cultural; un reflejo de esa búsqueda desesperada por algo que sea auténtico, que nos muestre al artista en carne viva. Pero si alguien supo abrirse en canal hasta el punto de resultar incómodo ese fue, sin duda, el poeta catalán. Nació en 1929 y vivió la Guerra Civil con ojos de niño. Durante toda su vida sintió que había un profundo desajuste entre su posición social y sus reivindicaciones políticas, y este conflicto consigo mismo lo resolvió mediante una profunda ironía poética. Una ironía dolida, una culpabilidad constante por estar donde estaba a pesar de lo que pensaba, por «los palos» que no le daban, por ser uno de esos «señoritos de nacimiento, por mala conciencia, escritores de poesía social». Aquí, En el nombre de hoy.

En el nombre de hoy, veintiséis
de abril y mil novecientos
cincuenta y nueve, domingo
de nubes con sol, a las tres
—según sentencia del tiempo—
de la tarde en que doy principio
a este ejercicio en pronombre primero
del singular, indicativo,

y asimismo en el nombre del pájaro
y de la espuma del almendro,
del mundo, en fin, que habitamos,
voy a deciros lo que entiendo.
Pero antes de ir adelante
desde esta página quiero
enviar un saludo a mis padres,
que no me estarán leyendo.

Para ti, que no te nombro,
amor mío —y ahora hablo en serio—,
para ti, sol de los días
y noches, maravilloso
gran premio de mi vida,
de toda la vida, qué puedo
decir, ni qué quieres que escriba
a la puerta de estos versos?

Finalmente a los amigos,
compañeros de viaje,
y sobre todos ellos
a vosotros, Carlos, Ángel,
Alfonso y Pepe, Gabriel
y Gabriel, Pepe (Caballero)
y a mi sobrino Miguel,
Joseagustín y Blas de Otero,

a vosotros pecadores
como yo, que me avergüenzo
de los palos que no me han dado,
señoritos de nacimiento
por mala conciencia escritores
de poesía social,
dedico también un recuerdo,
y a la afición en general.


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 9

Miguel Hernández 

Maixa Rote. Antes del odio forma parte del poemario Cancionero y romancero de ausencias, de Miguel Hernández, que está incompleto debido a su prematura muerte a los 31 años. El poeta escribió esta pieza en su periodo carcelario una vez concluida la Guerra Civil española y no sólo representa un momento histórico de relevancia nacional, sino que también ahonda en las emociones, la libertad intrínseca del alma y en el propio camino del ser humano. Incluso en las horas más oscuras, Hernández, enfermo y moribundo por tuberculosis, es capaz de encontrar una luz que le guía y que serían su mujer y sus dos hijos, a quienes dedica este poema.

Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
donde me lo bebo yo
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y no abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor,
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Esperanza, mar, desierto,
sangre, monte rodador:
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante, y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 2

Gloria Fuertes

Inés Bertrán. Al borde está incluido en Antología y poemas de suburbio. Gloria Fuertes nació en una familia pobre. Con 14 años acompañó a su madre por la noche a limpiar la redacción de una revista y dejó un poema suyo en la mesa del director. Se llamaba Niñez, juventud, vejez y una semana después se lo publicaron. Gloria Fuertes fue una precursora del actual movimiento feminista. En el año 1951 fundó el grupo Versos con faldas, en el que organizaban lecturas de poesía y colaboran en varias revistas. «Estábamos hartas de tantos pesaos que no sabían ni escribir y de que no nos dejasen leer a nosotras en los recitales. Si en vez de Gloria me hubiese llamado Glorio, otro gallo habría cantado», comentó. Y defendió y dio voz a los que necesitaban defensa y querían ser oídos, y compartía la idea de que la poesía es un arma cargada de futuro.

Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.

He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.


Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 3

Wilfred Owen

Javier Rivas. La poesía por la que Wilfred Owen es reconocido la escribe a raíz de sus experiencias en Francia en la primera guerra mundial. A Dulce et Decorum Est se le atribuye ser un vehículo para el amor y para la pasión, pero su obra también demuestra la importancia que tiene la poesía a la hora de transmitir el dolor. En este caso, el terror, el pánico; en definitiva, los horrores de la guerra. Leerle para entender lo que vivió no deja de ser importante para las generaciones que han tenido la suerte de evitar este tipo de sacrificios, y para que no se vuelvan a producir.

Versión original:

Bent double, like old beggars under sacks,
Knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
Till on the haunting flares we turned our backs,
And towards our distant rest began to trudge.
Men marched asleep. Many had lost their boots,
But limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
Drunk with fatigue; deaf even to the hoots
Of gas-shells dropping softly behind.

Gas! GAS! Quick, boys!—An ecstasy of fumbling
Fitting the clumsy helmets just in time,
But someone still was yelling out and stumbling
And flound’ring like a man in fire or lime.—
Dim through the misty panes and thick green light,
As under a green sea, I saw him drowning.

In all my dreams before my helpless sight,
He plunges at me, guttering, choking, drowning.

If in some smothering dreams, you too could pace
Behind the wagon that we flung him in,
And watch the white eyes writhing in his face,
His hanging face, like a devil’s sick of sin;
If you could hear, at every jolt, the blood
Come gargling from the froth-corrupted lungs,
Obscene as cancer, bitter as the cud
Of vile, incurable sores on innocent tongues,—
My friend, you would not tell with such high zest
To children ardent for some desperate glory,
The old Lie: Dulce et decorum est
Pro patria mori.

Versión traducida:
Torcidos como viejos mendigos bajo sus hatos,
renqueando, tosiendo como brujas, maldecíamos a través del lodo,
hasta que donde alumbraban las luces de las bengalas nos dimos la vuelta
y hacia nuestra lejana posición empezamos a caminar afanosamente.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos habían perdido sus botas
pero abrumados avanzaban sobre zapatos de sangre. Todos cojos, todos ciegos;
borrachos de fatiga, sordos incluso al silbido de las balas
que los cansados cañones de calibre 5.9 disparaban detrás de nosotros.
«¡Gas, gas! ¡Rápido, muchachos!»; un éxtasis de desconcierto,
poniéndonos los toscos cascos justo a tiempo;
pero alguien aún estaba gritando y tropezando
y ardía retorciéndose, como ahogándose en cal viva…
Borroso, a través de los empañados cristales de la máscara y de la tenue luz verde,
como en un mar verde le vi ahogarse.
En todas mis pesadillas, ante mi impotente mirada,
se desploma boqueando, agonizando, asfixiándose.
Si en algún sofocante sueño tú también puedes caminar
tras la carreta en la que lo pusimos,
y mirar sus blancos ojos moviéndose
en su desmayada cara, como un endemoniado.
Si pudieses escuchar a cada traqueteo
el gorgoteo de la sangre saliendo de sus destrozados pulmones,
repugnante como el cáncer, nauseabundo como el vómito
de horrorosas, incurables llagas en lenguas inocentes,
amigo mío, no volverías a decir con ese alto idealismo
a los ardientes jóvenes sedientos de gloria
la vieja mentira: “Dulce et decorum est pro patria mori”.
(Traducción de Carmen Cócera Hernández)

Podríamos leer los versos más bellos esta noche: una selección muy nuestra por el Día de la Poesía 5

Jorge Luis Borges

Lidia Ramírez. De la diversa Andalucía es una mordaz oda incluida en Los conjurados, el último libro del argentino Jorge Luis Borges, publicado un año antes de su muerte. La figura de Borges no reúne simplemente a un espléndido escritor y lector sino que además es un verdadero humanista. Con este poema Borges homenajea a Andalucía y nos aventura a entrar en un laberinto donde el instante es eterno.

Cuántas cosas. Lucano que amoneda
el verso y aquel otro la sentencia.
La mezquita y el arco. La cadencia
del agua del Islam en la alameda.
Los toros de la tarde. La bravía
música que también es delicada.
La buena tradición de no hacer nada.
Los cabalistas de la judería.
Rafael de la noche y de las largas
mesas de la amistad. Góngora de oro.
De las Indias el ávido tesoro.
Las naves, los aceros, las adargas.
Cuántas voces y cuánta bizarría
y una sola palabra. Andalucía.

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