Leonor Watling sobre 'La templanza': «Es precioso ver el crecimiento de Soledad, de la sumisión a tomar las riendas de su vida»

Este viernes 26 Amazon Prime Video estrena en todo el mundo La templanza, una superproducción de época basada en la novela homónima de María Dueñas. Leonor Watling protagoniza esta serie ambientada en el siglo XIX entre España, Reino Unido, México y Cuba en un año de particular efervescencia laboral para la actriz y cantante. Con ella hablamos del empoderamiento de su personaje, Soledad, de este romance intercontinental, de sus otros proyectos en las series Vivir sin permiso, Nasdrovia o Besos al aire, de los audiolibros de Harry Potter y de su grupo Marlango.

La próxima serie española de Amazon Prime Video parece reunir todos los ingredientes para convertirse en un éxito. Este viernes 26 de marzo llega a la plataforma La templanza, adaptación del superventas homónimo de María Dueñas, autora a su vez de El tiempo entre costuras, otra novela llevada con fortuna a la televisión, en ambos casos por Atresmedia y Boomerang TV. Protagonizada por la española Leonor Watling y el colombiano Rafael Novoa, este drama repite la fórmula del romance de época con una superproducción que viaja por 215 localizaciones de Tenerife, Dublín, Madrid, Toledo, Cádiz y Jerez de la Frontera. Y coloca en el centro a una mujer que, de manera inesperada, debe dirigir tanto el negocio familiar como su propia existencia. 

«Soledad es una mujer que yo creo que encaja lo que le toque. Porque ella, por sí misma, no sería una emprendedora de manera natural por cómo está educada y por lo que ella cree que es el mundo. Pero por las circunstancias se tiene que empoderar y tiene la suerte de tener al lado a un compañero que no solo necesita que ocupe ese espacio, sino que la ayuda a hacerlo», explica Watling sobre su personaje. «Es precioso ver ese crecimiento, de la sumisión y el tomarse la vida como lo que venga o lo que quieran para mí, a tomar las riendas y tener el control de su vida», añade.

En pocas palabras, la historia de superación y segundas oportunidades de La Templanza transcurre entre 1850 y 1870 en cuatro culturas distintas. Desde Europa, el Jerez de la Frontera de las grandes familias de bodegueros y el Londres victoriano, donde Soledad crece, madura y forma una familia. Y en América, entre las minas de México y la Cuba de la trata de esclavos, donde Mauro, el personaje interpretado por Novoa, hace y pierde su fortuna hasta que los destinos de los dos protagonistas se cruzan. A su alrededor, un reparto de intérpretes internacionales que supera los 130 actores y entre los que destacan Emilio Gutiérrez Caba, Juana Acosta, Esmeralda Pimentel, Nathaniel Parker, Alejandro de la Madrid o Raúl Briones. 

Ciertamente, La templanza comparte rasgos con otras producciones locales de Amazon, ya sean originales o adquisiciones. Entre el drama de época, la adaptación literaria y las mujeres empoderadas navegan Inés del Alma mía, Hernán o El Cid. Y excepto esta última, también son producciones con un pie en España y otro en América. «Buscamos historias locales y, sobre todo, nos importa que enganchen emocionalmente al público español», cuenta María José Rodríguez, directora de producciones originales de Amazon Prime Video en nuestro país, sobre su estrategia. 

«Estrenamos a nivel mundial, por lo tanto, si funcionan fuera, maravilla, pero para nosotros lo realmente importante es que nuestro público disfrute con las historias que les contamos, y encontrar voces diversas y personajes únicos. En ese sentido, La templanza es una serie que nos ayuda a soñar y a viajar, porque no solo habla de amor y de esperanza, sino que recorre diferentes continentes, te lleva a escenarios de aventuras, pasiones, caídas y remontadas», remata para desgranar el titánico esfuerzo de esta producción itinerante. 

«Es una serie cocinada a fuego lento porque adaptar una novela de María Dueñas es un reto bastante alto. En primer lugar, requería contar las historias de Soledad y Mauro de manera paralela, algo que en la novela no se narra así, y presentar a la vez a los dos personajes», explica Rodríguez. «Luego el trabajo de preproducción, diseño, vestuario y fotografía ha sido muy intenso. Hicieron una labor espectacular basándose en fotografías, cuadros y el testimonio de expertos. Y la ambientación está muy cuidada incluso en el sonido: pensaron cómo podrían sonar, por ejemplo, esos coches de caballos», o los diferentes acentos en la época. «Y es verdad que nos pilló la pandemia en el momento de montaje y postproducción, así que hubo que construir en remoto todos los procesos», añade sobre un proyecto que comenzó a gestarse en 2018. 

A pesar de estar ambientada en el siglo XIX, Watling cree que la historia de La templanza convencerá a los espectadores de Amazon porque cuenta un conflicto atemporal. En sus palabras: «Cuando tú pensabas que todo tu mundo ya estaba ordenado y ya estás donde crees que vas a estar, se te va todo a la mierda y tienes que volver a empezar. Eso nunca va a dejar de pasar». Y como actriz, alaba y agradece la caracterización para meterse en la piel de Soledad. «El vestuario que diseñó Pepo Ruiz ya te coloca en un sitio que te pone muy fácil creerte que eres una señora de buena familia porque el vestido es de una tela increíble, te lo han hecho a medida, los peinados… Yo llegaba allí y pensaba, no te tropieces porque ya está», comentó divertida. 

Un año de series, audiolibros de Harry Potter y Marlango

En los últimos 12 meses Leonor Watling ha estado más que presente en la televisión, concatenando la despedida del drama familiar de Telecinco Vivir sin permiso y la comedia negra de Movistar+ Nasdrovia con La templanza y Besos al aire, otro drama romántico, en este caso actual y situado en un hospital en plena pandemia, que también llega este viernes a Disney+. Además, ha rodado la película Desde la sombra, basada en la novela de Juan José Millás y donde repite junto a Paco León y Félix Viscarret, coprotagonista y director de Besos al aire. «Yo creo que tengo muchísima suerte. Es una locura que en un año así, de repente, tengas tanto trabajo. Y yo creo que la producción en España sí que ha aumentado un montón con las plataformas. Hay mucho sitio y es maravilloso para los creadores», explica la actriz, que incluso ha debutado en el mundo de los audiolibros de la mano de Audible. 

«Mientras grababa La Templanza me ofrecieron Harry Potter, que es como el Santo Grial de los audiolibros con siete libros. Yo con toda la soberbia, me acuerdo que estábamos rodando de noche y con el corsé, me contaron que serían como seis meses, cuatro días a la semana, cuatro horas al día. Y yo dije, sujétame el cubata», cuenta Watling entre risas. «No podía estar más equivocada, como siempre. Es durísimo hacer un audiolibro, yo hubiera sido incapaz sin Gloria Tarridas y Adrián Velasco, que fueron la directora y el técnico con los que trabajamos. Además entre la pandemia, la cuarentena, que si te pones enfermo no puedes grabar y el verano, estuvimos desde enero hasta diciembre. Fue el año de Harry Potter», cuenta.

En lo que respecta a Marlango, dúo que comparte con Alejandro Pelayo, Watling ha podido seguir actuando. Pero reconoce que la escena musical es de los sectores artísticos más golpeados por la pandemia. «Estamos viviéndolo con mucha incertidumbre. Nosotros seguimos tocando porque tenemos un formato y una propuesta desde hace unos dos años que es muy fácil de mover con piano y voz. En verano tocamos en un montón de sitios pequeños al aire libre, ahora estamos tocando en teatros a medio aforo. Pero la música está viviendo un momento terrible, la verdad. Y no sé qué se puede hacer», cuenta la cantante.

«El teatro, por ejemplo, está viviendo momentos duros, pero se puede ir, es una experiencia agradable y están funcionando las compañías y el trabajo. Para los músicos es muy difícil porque los locales pequeños están cerrados, a lugares como el Café Central no les compensa ni siquiera abrir, y formatos de banda más grandes como Vetusta Morla no pueden hacer un Wizink Center a mitad de aforo porque no cubres», continúa diciendo. «La gente tampoco quiere ir a un concierto si no puede cantar. Parte de lo bonito que tiene la música es la sincronía con el público y es estar bailando a la vez que alguien que no conoces. Yo creo que vamos a tener que cuidarlo mucho si queremos que, cuando podamos volver, esté todo lo que estaba. Porque no estoy hablando solo de músicos, son todos los técnicos, los ingenieros, los promotores y los dueños de salas», concluye.