Killer Queen: «Mi abuela me enseñó que la ropa no tiene género y que los colores no eran ni de chicos ni de chicas»
Iván Solar tiene 32 años y trabaja como médico de Urgencias en dos centros hospitalarios de Madrid. Pero, además de eso, hace ya más de un lustro creó un alter ego artístico, Killer Queen, después de empezar a actuar en un grupo de teatro (formado por colegas) que se dedicaba a ofrecer obras musicales con fines benéficos. Al intentar cuadrar agendas para cerrar esta entrevista, es fácil percibir que vive estos días con algo de ajetreo. Por un lado, anda promocionando su última canción (Drag Power) y, por el otro, disfruta de la buena acogida que está teniendo la versión patria de RuPaul’s Drag Race —el popular programa de telerrealidad donde varias aspirantes al título de Superestrella Drag de América compiten entre sí, superando distintos retos propuestos por el director y presentador del concurso (RuPaul)— disponible en ATRESplayer Premium—.
«Esto era un sueño para mí desde que empecé a hacer drag», explica a The Objective. «Es verdad que, luego, te metes en una competición en la que hay mucho estrés, y donde hay veces que lo haces bien, otras en que lo haces mal, veces en las que estás a punto de irte, etc. Y claro, al ser una competición, creo que no lo disfrutas como deberías. Al final, estás compitiendo por ser la mejor, o bien por dar lo mejor de ti, ya no solo por ti sino también por toda la gente que te apoya fuera».
Tu abuela solía repetirte que no existen cosas de chicos o de chicas. ¿Qué aprendiste de ella?
Creo que he aprendido muchísimo de mi abuela. Ella me enseñó que todo lo que hiciera debía hacerlo para ser feliz, sin que importase lo que pensara el resto. Me enseñó que la ropa no tiene género, que los colores no eran ni de chicos ni de chicas, y que yo podía jugar a las cocinitas y pasármelo fenomenal, dijeran los demás lo que dijeran. Siempre ha sido un gran referente y una persona que me ha ayudado a abrir mucho la mente, porque ella era una mujer con la mente muy abierta.
¿En qué momento decidiste que, en lugar de granjero, querías ser médico?
Todo eso ha sido un proceso. De pequeño tenía una granja de Playmobil que me encantaba, luego quise ser ingeniero forestal, y luego biólogo genético. Pero después ya hubo un momento en que pensé: «Si a mí me gusta cuidar de la gente, ¿por qué no hago Medicina, que es una carrera supervocacional donde puedo ayudar a la gente, no solo cuidándola sino también acompañándola en los procesos de enfermedad?». Fue con dieciséis años o así cuando me dije: «Voy a estudiar Medicina, porque creo que esto me va a hacer muy feliz».
Dices que tu alter ego te ayuda a evadirte de la vida diaria. ¿Te aburres en tu trabajo cotidiano?
¡No! Mi trabajo no es aburrido, para nada. De hecho, no paro. Pero sí que es verdad que mi trabajo implica mucha carga emocional y mucha carga física y psíquica, y que hacer drag me ayuda a romper, a evadirme de todo el cúmulo de estrés que llevo en la cabeza, a pensar en otro mundo de fantasía donde me divierto y a no llevar tanta quemadura en el trabajo.
Un paciente te comentó hace poco que andaba preocupado porque se le pegaban los cubiertos en el brazo tras haber recibido la vacuna contra el COVID-19. ¿Te preocupa la forma en que muchos bulos sobre el coronavirus y otras cuestiones están calando en la gente?
Vivimos en un mundo donde hay mucha información, pero también mucha desinformación. Lo importante cuando tenemos información es contrastarla y ver cuánto tiene de verdad o de mentira; para eso está nuestro pensamiento crítico. Con el tema de la pandemia ha habido muchos bulos y noticias falsas que se han hecho muy virales, simplemente, porque no se contrastan. En vez de llevar a la televisión a un médico, llevan a un tertuliano o a un periodista que igual ni sabe del tema. En España hemos tenido hasta toreros opinando sobre la pandemia. Todo esto tiene un impacto muy negativo sobre lo que queremos hacer en el sector sanitario, que es cuidar de la gente, protegerla y hacer prevención de la salud. Con el tema de las vacunaciones, hubo una época, al principio, en que había tantas noticias sobre los efectos secundarios que parecía que nos estuviéramos muriendo todos por las vacunas en vez de por el coronavirus. Llegó un momento en que la gente casi que no quería vacunarse, y eso es terrible, porque la ciencia funciona y garantiza que, tal y como estamos viendo ahora en los hospitales, gracias a las vacunas, la gente ingresa mucho menos por Covid y las personas mejoran.
¿Torcieron el morro tus jefes cuando les pediste permiso para poder participar en Drag Race España?
No les dije a mis jefes que me iba a Drag Race. Yo les dije que tenía un proyecto personal, que tenía que ausentarme durante un mes y que, para no causar ningún problema, me lo cogería de mis vacaciones. Y así lo hice. Ellos aceptaron completamente, y ni preguntaron ni nada. Me quedé sin vacaciones, pero lo hice por cumplir un sueño.
¿Crees que a Isabel Díaz Ayuso le habrá hecho gracia la imitación que hiciste de ella en el Snatch Game del concurso?
Probablemente no le haya gustado, ni le haya hecho gracia, porque, al final, es una parodia donde estoy reflejando que ella va de superguay pero realmente es una pseudofascista. A mucha gente le ha escocido que yo saque en televisión lo que hay detrás del discurso de una señora como la presidenta de la Comunidad de Madrid. Un discurso que yo he tenido que vivir, primero, por ser LGTBI, y luego por ser médico, ya que la sanidad está muy castigada en Madrid. Tenía muy pensado que ese sería uno de mis personajes, y sabía lo que iba a venir después, que era odio. El odio ha llegado porque la gente nunca es capaz de afrontar la realidad. [Mi imitación de Díaz Ayuso] Puede haber resultado más o menos graciosa, pero lo que estoy recibiendo es odio de gente de derechas a la que le ha jodido que me meta con su musa.
¿Entiendes las críticas de aquellos que dicen que el drag y la política no deberían mezclarse?
La vida es un acto político. El drag ha estado siempre en primera línea de la lucha por los derechos LGTBI y es un escaparate para poder reivindicar. El drag, ya solo por el hecho de ser drag, está reivindicando muchas cosas. Yo entiendo que tú vayas a un show drag solamente a divertirte, pero tienes que aceptar que el drag tenga ese punto de reivindicación. Hay gente que piensa que está ya todo conseguido, y que dicen que a ellos nunca les han pegado por ser LGTBI, pero las agresiones y la discriminación siguen existiendo. Por eso el drag, como cualquier acción en la vida, tiene que ser política.
No todo está conseguido por poderse casar, queda mucho que luchar, queda mucho que avanzar. Y tal y como se viene el panorama y nos movilizamos o se acercan curvas x eso el orgullo es mas que Love is Love, habla de derechos. Juntes somos mas fuertes ❤️🧡💛💚💙💜🤎🖤💙🤍💖 pic.twitter.com/Xfhd7Y7zFT
— KillerQueen (@iamthekillerq) June 28, 2021
Algunas drag queens españolas se quejan del nivel de precariedad imperante en este mundo. ¿Te has topado tú con muchos empresarios de ocio nocturno caraduras?
Hay de todo, como en la viña del Señor. Me he encontrado desde con empresarios amables que te tratan superbien, hasta con otros que quieren explotarte. Al final, en Madrid, la tendencia es a que te exploten y te ofrezcan muy poco dinero por tu trabajo. Parece que tú nazcas ya maquillada y con un vestuario, sin que eso implique dinero y preparación. El mayor problema que tenemos con el mundo drag es que está muy mal pagado. Yo espero que el boom de RuPaul’s Drag Race sirva para que se pague dignamente a mis compañeras. Yo he tenido que decir no a trabajos porque el dinero que me ofrecían era de risa.
¿Entrenas de alguna forma para lidiar a diario con la toxicidad y los haters que pululan por las redes sociales?
Es verdad que, con el boom de Drag Race y con mi más claro posicionamiento político, estoy recibiendo más odio. Al final, lo más difícil es obviarlo. Son personas que se aburren en su casa y a las que no les importa tu salud mental. Ellas van a intentar hacer un comentario destructivo, asegurándose de que tú lo lees y que te afecta. La gente a la que le divierte hacer eso no merece ni un segundo de nuestras vida. De verdad, ¿hay algo en tu vida que te hace sentirte bien mandando amenazas de muerte a una persona? Pues tienes el corazón podrido, cariño. Y con gente con el corazón podrido, mejor ni lidiar.
Tienes cara de angelito y gozas de buena reputación entre tus compañeras de programa. ¿Me prometes que no escondes cadáveres en un congelador en el sótano?
A eso no te puedo responder, porque eso forma parte de mi vida privada, y yo de mi vida privada no hablo, y menos de los crímenes que cometo [risas]. Pero no, no tengo cadáveres en un congelador. Yo solo soy Killer Queen cuando estoy en un escenario haciendo un lip sync; luego ya soy anti-Killer Queen.