El Pastafarianismo, la religión que adora a un espagueti volador con albóndigas
Oh Tallarines que están en los cielos gourmet. Santificada sea tu harina. Vengan a nosotros tus nutrientes. Hágase su voluntad en la Tierra como en los platos. Danos hoy nuestras albóndigas de cada día y perdona nuestras gulas así como nosotros perdonamos a los que no te comen. No nos dejes caer en la tentación (de no alimentarnos de ti) y líbranos del hambre… Ramén.
Oh Tallarines que están en los cielos gourmet. Santificada sea tu harina. Vengan a nosotros tus nutrientes. Hágase su voluntad en la Tierra como en los platos. Danos hoy nuestras albóndigas de cada día y perdona nuestras gulas así como nosotros perdonamos a los que no te comen. No nos dejes caer en la tentación (de no alimentarnos de ti) y líbranos del hambre… Ramén.
Así es la oración que los pastafaris dedican a su dios, el Monstruo del Espagueti Volador (Monesvol). Ya, suena a broma, pero no lo es. La Iglesia Pastafari, también conocida como la Iglesia del Monstruo del Espagueti Volador, existe y se está intentado constituir como una religión legal en España.
¿Quiénes son los pastafaris?
Adoran a un dios formado por espaguetis y albóndigas, creen que los piratas fueron los primeros pastafaris y que el cielo tiene un volcán de cerveza y una fábrica de strippers. Su infierno es parecido, pero con cerveza pasada y strippers con enfermedades de transmisión sexual. Los miembros de esta religión también tienen un elemento, como la cruz en el Cristianismo o el velo de las mujeres en el Islam, que los identifica y los diferencia del resto: un colador. Sí, un colador en la cabeza, suponemos que limpio, es el símbolo de quienes siguen al Monesvol.
Definen a su dios como “un ente supranatural benevolente que creó el mundo hace unos 5.000 años, cuando iba un poco borracho, aunque el mundo se ha construido para que los humanos crean que es mucho más antiguo de lo que es”.
“Creemos que la religión – digamos el Cristianismo, el Islam, el Pastafarianismo – no necesita una creencia literal para proveer una iluminación espiritual”, explican en su página web. Son conscientes de que no todo aquel que se declara pastafari cree ciegamente en su monstruo, su cielo de cerveza y en sus orígenes piratas, por lo que aceptan que haya muchos niveles de creencia y que ninguno sea más legítimo que otro. “No tienes que creer para ser parte de nuestra Iglesia, aunque esperamos que con el tiempo veas la verdad. Pero los escépticos, así como miembros de otras religiones, son siempre bienvenidos”, añaden.
Los orígenes del Pastafarianismo
¿A quién se le ocurrió esta extraña y cómica religión? Fue Bobby Henderson, que en 2005 era un joven estudiante de 24 años, quien creó el Pastafarianismo. Envió una carta al Consejo de Educación de Kansas, Estados Unidos, al darse cuenta de que planeaban enseñar en las escuelas la teoría alternativa del Diseño Inteligente, una postura seudocientífica que defiende que ciertas características del universo y de los seres vivos se explican mejor a través de una causa inteligente. Henderson utilizó la carta para satirizar el Creacionismo y pedir que se incluyera también en las escuelas la enseñanza sobre el Pastafarianismo, alegando que sus creencias eran tan válidas como las del Diseño Inteligente.
“No tengo ningún problema con la religión. Con lo que tengo un problema es con la religión planteada como ciencia»
“Tenemos evidencias de que un Monstruo Espagueti volador creó el universo. Ninguno de nosotros, por supuesto, estaba allí para verlo, pero tenemos informes escritos de ello. Tenemos varios grandes volúmenes explicando todos los detalles de Su poder. Además, os sorprenderá oír que somos más de 10 millones, y creciendo. Tendemos a ser muy reservados, ya que mucha gente dice que nuestras creencias no están corroboradas por evidencias observables”, decía la carta de Henderson. Al final, el estudiante incluyó un dibujo bastante simple y sarcástico del Monesvol creando el universo.
Con esta sátira, que ya se ha convertido en una religión oficial en varios países, Henderson pretendía denunciar que las religiones se enseñasen como ciencias. “No tengo ningún problema con la religión. Con lo que tengo un problema es con la religión planteada como ciencia. Si hay un dios y es inteligente, entonces supongo que tiene sentido del humor”.
¿Está reconocido el Pastafarianismo?
La carta de Henderson se hizo viral en internet, y poco después los grandes medios de comunicación se hicieron eco de su original propuesta. Poco a poco, sus apoyos fueron creciendo y este movimiento se convirtió en una religión con millones de seguidores en todo el mundo. Tanto se popularizó, que su creador decidió crear el Evangelio Pastafari, que ahora marca las guías de esta singular religión.
Adoran a un dios formado por espaguetis y albóndigas, creen que los piratas fueron los primeros pastafaris y que el cielo tiene un volcán de cerveza y una fábrica de strippers.
Sin embargo, no todos los países están de acuerdo en el que el Pastafarianismo sea una religión igual de válida que las que están reconocidas oficial o socialmente. Este debate se considera en algunos lugares de gran importancia para la libertad religiosa, y los pastafaris luchan para que se les reconozca el derecho a legalizar su particular iglesia en diferentes países del mundo.
Ya lo han conseguido en algunos países. En Holanda, por ejemplo, son reconocidos oficialmente como religión desde 2016, y en Nueva Zelanda está permitido casarse bajo los ritos pastafaris. En Austria incluso hay pastafaris que han conseguido mostrar su devoción por el Monesvol en su documento de identidad, apareciendo en la foto que los representará en cualquier documento oficial con su colador en la cabeza.
En España, sin embargo, la Iglesia Pastafari no ha tenido tanto éxito. Ha intentado constituirse como una religión legal, pero ya se lo han denegado cuatro veces. Ellos no desisten y siguen intentando que los incluyan en el Registro de Entidades Religiosas. Tras la última negativa que recibieron, el pasado mes de enero, los pastafaris han decidido recurrir la decisión del Ministerio de Justicia a la Sala de lo Contencioso- Administrativo de la Audiencia Nacional.
Cómo ser pastafari
Los pastafaris aceptan a cualquiera, incluso a personas de otras religiones. No emiten juicios sobre temas controvertidos como el matrimonio homosexual, por lo que afirman que nadie debe sentirse discriminado y que todos son bienvenidos.
Unirse a la Iglesia del Pastafarianismo es muy sencillo, simplemente hay que tener la voluntad de hacerlo. Y, para el que quiera dar un paso más, en su página web ofrecen la posibilidad de comprar, por 25 dólares, un certificado de pastafari y, por 15 dólares más, una tarjeta similar a un documento de identidad.
En definitiva, los pastafaris dan la bienvenida a cualquiera que quiera pasar la eternidad en un cielo de cerveza y strippers.