De fondo de armario a marca de moda: así ha sido el resurgir de Champion
En una tienda de París con stands ocupados por marcas de lujo hay un pequeño apartado dedicado a Champion, entre otras como Nike y Adidas. La que hasta hace poco era una marca que había quedado como fondo de armario ahora ha dado el salto a la primera línea del mercado de la moda.
En una tienda de París con stands ocupados por marcas de lujo hay un pequeño apartado dedicado a Champion, entre otras, como Nike y Adidas. La que hasta hace poco era una marca que había quedado como fondo de armario ahora ha dado el salto a la primera línea del mercado de la moda.
Las sudaderas, camisetas, zapatillas e incluso las gorras de Champion están de nuevo de moda, integradas en el estilo de los jóvenes de la generación Z, entre los que el streetwear están teniendo su momento.
Las redes sociales, un elemento clave en su crecimiento
HanesBrands Inc., el grupo propietario de Champion, ha visto crecer sus beneficios en los últimos diez años principalmente debido al crecimiento de su segunda marca más grande. En 2018 la marca llegó a los 1.400 millones de dólares en ventas y espera que esta cifra llegue a los 2.000 millones en el año 2022.
En el último trimestre de 2018, Champion obtuvo los mejores resultados de los últimos cuatro años, lo que dejó claro que su vuelta a la fama lleva de la mano un gran crecimiento económico, en el que, según los directivos, han tenido mucho que ver las redes sociales.
Desde el año 2016, los seguidores de Instagram de Champion han pasado de los 200.000 a casi cinco millones en 2019.
Susan Hennike, la presidenta de la división de Norteamérica de la empresa, relaciona el crecimiento de Champion a la inversión en las redes sociales, los diseños renovados, las nuevas localizaciones de sus puntos de venta y las colaboraciones con otras grandes marcas. “No creo que hayamos cambiado”, explica Hennike, citada por Bloomberg.
Tras casi un siglo sin abrir ni una sola tienda en Estados Unidos, Champion inauguró su primera tienda en Los Ángeles en 2018, a la que siguieron otras en Nueva York, Boston y Chicago. Además, la marca planea abrir otra tienda urbana en el año 2019.
Además de los beneficios económicos, estas tiendas permiten a la compañía recabar datos sobre qué productos se venden mejor y, de esta manera, obtener información sobre qué deben promocionar más.
¿Quién compra ropa de Champion?
A pesar de que Champion tuvo su gran momento en los años 90, no son sus antiguos clientes los que están reviviendo su popularidad en la actualidad. De hecho, son los adolescentes y jóvenes adultos quienes han dado un empujón a la mítica marca de ropa deportiva. Un 9% de los chicos y un 5% de las chicas con altos ingresos en Estados Unidos están empezando a comprar prendas de Champion, según una encuesta del banco de inversión Piper Jaffray. Además, los chicos adolescentes la sitúan entre sus 15 marcas favoritas, junto a otros nombres como Gucci y Tommy Hilfiger.
Casi tres cuartos de la Generación Z llevan ropa de estilo urbano “parte del tiempo o todo el tiempo”, según un informe publicado en 2018 por la consultora PwC.
Lo retro está de moda
En los últimos años, marcas con una larga historia y logos que se han convertido en clásicos han vuelto a ganar popularidad entre los consumidores. Un ejemplo de este fenómeno es la marca italiana de ropa deportiva Fila, así como la estadounidense Russell Athletic, que también han vivido su resurgimiento recientemente.
Este fenómeno ha creado un nuevo mercado de ropa de streetwear, principalmente dominado por los consumidores jóvenes, con un valor de 100.000 millones de dólares, según el informe de PwC.
Además, ahora hace colaboraciones con otras marcas y diseñadores, como Supreme, Timberland y el diseñador estadounidense Todd Snyder, entre otras, lo que le ha permitido elevar el precio de sus productos y hacerse un hueco entre marcas muy valoradas por los consumidores.
Los precios habituales de Champion, que están entre los 30 y los 50 euros para las sudaderas y camisetas, llegan incluso a triplicarse cuando se trata de una colaboración con otra marca. Por ejemplo, las sudaderas de Champion y Supreme rondan los 170 euros, y los zapatos de la colección hecha con Timberland cuestan alrededor de 130 euros.
Esto ha permitido a Champion abrirse a un nuevo mercado y a un segmento de consumidores con el que antes no contaba.