El coronavirus pone en jaque el auge del 'coworking'
La pandemia hizo que la demanda de estos espacios cayera hasta un 37%. Ahora, el sector intenta remontar el vuelo
Trabajar en espacios compartidos con otras empresas sin necesidad de tener una oficina propia. La apuesta del modelo de coworking es un mercado al alza en los últimos 10 años en España, pero, como tantos otros, ha sufrido un revés con la pandemia del coronavirus, especialmente al tratarse de negocios intrínsecamente vinculados al contacto social. Ahora, intenta recuperarse y apuntalar el éxito logrado en los años anteriores.
Antes del confinamiento, «vivíamos un momento bastante dulce, con una ocupación del 80%, 90% y los espacios, sobre todo los operadores grandes, estaban en plena expansión de crecimiento», explica a The Objective Manuel Zea, fundador de CoworkingSpain, una plataforma surgida en 2010 para «impulsar la cultura del coworking y dar a conocer los espacios de coworking en España».
Es una cifra que concuerda con la ocupación que registraba CoKrea, uno de los espacios de coworking más emblemáticos de Madrid. «Estábamos como a un 80%», cuenta a este diario su cofundador Guillermo García-Muchacho.
Sin embargo, el cierre casi total de la economía ha tenido un efecto negativo sobre el sector. «Cuando viene la pandemia, todo esto se para, se paraliza, y a los espacios —aunque la mayoría, sobre todos los grandes, están abiertos con unos servicios mínimos— no va nadie o va muy poquita gente», lamenta Zea. Según un informe recién publicado por la propia plataforma, en enero y febrero de 2020, la demanda interanual de espacios de coworking aumentó un 20% y un 60%, respectivamente. Pero los dos meses siguientes, cayó un 30% y un 37%.
«Durante el estado de alarma y el confinamiento, estábamos prácticamente cerrados», recuerda García-Muchacho. «El coworking como tal estaba operativo, pero no había nadie». A pesar de este revés, en CoKrea no solo han vuelto a los niveles anteriores de ocupación, sino que los han aumentado. «Ahora estamos a un 90% de ocupación», celebra. Sin embargo, la crisis aún no ha pasado para el conjunto del sector. A pesar de que la demanda de espacios ha ido en aumento en los últimos meses, «todavía no se ha notado la desescalada total», cuenta Zea. La asistencia a los espacios se ha reducido, mucha gente ha dejado los espacios de coworking. De un 80-90%, ha bajado un 30% la ocupación».
Con todo, la crisis ha traído una oportunidad para esta industria. El teletrabajo —prácticamente anecdótico en España hasta la pandemia y ahora casi ubicuo— ha hecho florecer un nuevo perfil de cliente de espacios de coworking. «Hay muchas empresas que han cerrado su oficina particular y han enviado a la gente a teletrabajar y, de la gente que ha estado teletrabajando, hay algunos que se han dado cuenta de que pueden teletrabajar en casa y otros se han dado cuenta de que no», ilustra Zea. El motivo es que «no es lo mismo teletrabajar cuando eres soltero que teletrabajar cuando tienes niños, que es un infierno», explica. «Mucha gente dice: «Yo necesito un espacio para trabajar». Entonces, ahora lo que hay es mucha gente preguntando o solicitando información a los espacios de coworking y de flex office para ver cómo pueden adaptar su realidad a este tipo de oficinas o cómo pueden salir de casa», ahonda.
Es un nuevo tipo de cliente que en CoKrea también conocen. «Es, de hecho, yo creo que el mayor nicho que hay en este momento», celebra García-Muchacho. «Yo lo veo como algo que ha llegado para quedarse, no creo en absoluto que sea una tendencia momentánea, sino que será longeva», explica.
Un sector en auge
Antes del coronavirus, el sector venía de un crecimiento ininterrumpido durante cerca de una década. Según el informe de CoworkingSpain, la industria ha pasado de ocupar 100.000 metros cuadrados de oficinas en 2012 a 980.000 este año, lo que supone multiplicarse casi por 10 en menos de una década. Además, el sector contó con 41.000 puestos de trabajos el año pasado (28.000 de ellos fijos y 13.000 flexibles), frente a los 13.000 con que contaba en 2013, cuando el coworking no estaba tan extendido en España.
Y durante ese tiempo no solo aumentaron la superficie y el número de empleados vinculados al coworking, sino el propio valor de la industria. En 2013, este era de 28 millones de euros, una cifra que alcanzó los 88 millones el año pasado.
Sin embargo, el paso al futuro, a la nueva normalidad, requiere adaptaciones por parte de este tipo de empresas. Por ejemplo, adaptarse a las distintos marcos jurídicos que puedan derivarse de la pandemia y establecer nuevas medidas de seguridad anti-COVID. «Nosotros tenemos desinfecciones diarias con un equipo de desinfección y tenemos un protocolo de sanidad siguiendo las normas del ministerio: tenemos geles antibacterianos, mascarillas y termómetros en casi todos lados. También tenemos un protocolo de síntomas, por así decirlo: en caso de que una persona tenga síntomas, debe hacerse la prueba y, en caso de dar positivo, quedarían todas las personas que han estado en contacto con esta persona automáticamente en cuarentena», explica el fundador de CoKrea. Y añade: «Sin embargo, gracias a Dios, todavía no hemos tenido ningún caso».