El descubrimiento de 38 españoles que reescribe la historia del verdadero padre de Tutankamón
Los hallazgos encontrados dan a pensar que Amen-Hotep III, y no Ajenatón, es el padre de Tutankamón
La historia nos dice que Ajenatón fue el padre de Tutankamón, sin embargo, los hallazgos sobre el terreno de 38 españoles pone en tela de juicio esta teoría y da una nueva interpretación: Visir-Amen Hotep, gobernador del Alto y Bajo Egipto en la dinastía del XVIII (Imperio Nuevo), podría realmente ser su padre. Los 38 arqueológicos e historiadores llevan desde el 1 de octubre trabajando y excavando el Asasif, una superficie aproximada de unos 900 metros cuadrados, situada en una de las principales áreas de la necrópolis de la antigua ciudad de Tebas, localizada en la orilla occidental del río Nilo, en Luxor. Es la décima campaña realizada por este grupo de españoles que durará hasta el mes de diciembre.
Los numerosos descubrimientos en campañas anteriores han obligado a que los historiadores reescriban la historia del Antigüo Egipto, y que medios tanto nacionales como internacionales se hagan eco de estos hallazgos. Ahora, de nuevo, estos arqueólogos españoles podrían cambiar la Historia de esta civilización y del faraón más conocido.
La tumba pertenece al Imperio Nuevo, uno de los periodos más importantes de la historia de Egipto. Su propietario, Amen-Hotep, fue cortesano del Rey Amen-Hotep III y ejerció el cargo de Visir del Bajo Egipto, asumiendo también después el Visirato del Sur, en Tebas.
De esta teoría nace el ‘Proyecto Visir Amen-Hotep’ una iniciativa del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto (Madrid), que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Universidad de Málaga y varios voluntarios de Luxor que a través de este Instituto prestan su apoyo a este proyecto. Un trabajo cuyo objetivo «es colaborar con las autoridades egipcias responsables de las antigüedades, para excavar, investigar, proteger y restaurar la Tumba nº28 de Asasif», según ha contado a The Objective la codirectora de la entidad, Teresa Bedman.
La operación se encuentra en plena campaña. Según Teresa Bedman, «la vida y muerte del Visir se enclavan en uno de los periodos más interesantes de toda la historia del Antiguo Egipto, durante la transición entre Amen-Hotep III y Amen-Hotep IV, también llamado Ajenatón».
La entidad que lleva trabajando desde 2009 ha logrado una serie de hallazgos durante toda su trayectoria, como por ejemplo, cuando descubrieron inscripciones jeroglíficas pertenecientes a las columnas derruidas del propio templo, y que según el director del Proyecto, Francisco Martín Valentín, «supusieron una prueba irrefutable de que hubo una corregencia ¿entre ambos?, zanjando así una vieja y enconada polémica entre los egiptólogos acerca del asunto y obligando a recortar la cronología de la Dinastía XVIII en once años». A lo que ha destacado que «esto supone, muy seguramente, que Amen-Hotep III, y no Ajenatón, fuera el padre de Tutankamón. Dando así un vuelco de 180 grados y cambiando todo lo que se sabía hasta ahora sobre este tema».
Hallazgos como este ha hecho que tuviera una enorme repercusión mediática a nivel tanto nacional como internacional. Bedman ha destacado que «estos descubrimientos han obligado a reesribir la historia de uno de los gobernantes más famosos de todos los tiempos».
El director del proyecto ha contado a The Objective que «podemos afirmar que se demuestra la hipótesis de que padre e hijo no solo reinaron juntos, sino que concibieron entre los dos la revolución monoteísta que le quitaría el poder al sacerdocio para concentrarlo en el dios solar Atón», a lo que ha añadido: «Creando probablemente así el primer monoteísmo fehacientemente registrado de la historia y dando paso a uno de los períodos más turbulentos de la historia del antiguo Egipto, una revolución política, religiosa e intelectual de primer orden».
Los descubrimientos no han quedado ahí, sino que año tras año las campañas han sorprendido con nuevos e inesperados hallazgos. En las excavaciones de 2014 se produjo el descubrimiento del sarcófago intacto con su momia dentro de una ‘Cantora de Amón’ fechado en el primer milenio antes de Cristo. En 2015, la Tumba de Amen-Hotep se halló con un sepulcro intacto, con sarcófago, momia y ajuar funerario esta vez de un alto Sacerdote del dios Amón: Anj-ef-en-Jonsu.
Teresa Bedman ha contado a The Objective que «ambos hechos muestran la relevancia de la Tumba AT-28- dada la extrema dificultad de encontrar tumbas intactas hoy en día. Estas inesperadas sorpresas que año a año nos devela la Tumba del Visir del Imperio Nuevo, han sido foco de innumerables artículos y reportajes de los que medios de todo el mundo se han hecho eco». A lo que ha resaltado que todavía queda mucho trabajo por hacer y que «entre los muchos descubrimientos de estos pasados años se encuentran los de numerosas tumbas secundarias que se excavaron dentro del propio Patio del Visir Amen-Hotep y que pertenecen a la misma concesión».
El número de estas tumbas es aún indeterminado, pero hasta el momento parecen pertenecer a períodos posteriores al siglo XIV a.C, muchas de las cuales es muy probable que pudieran estar invioladas. Por tanto, según Bedman, «el Instituto deberá proseguir con las excavaciones dentro de estas tumbas aún sin abrir y cuyo futuro es muy prometedor en cuanto a información y piezas».
En total, suman más de 9.000 objetos en la tumba, en los cuales, Martín Valentín ha destacado que «entre ellos encontramos momias, relieves, cerámicas, estatuillas e incluso sarcófagos».
En pleno ecuador de la campaña 2019, los últimos descubrimientos han conseguido integrar documentos que demuestran la vinculación de algún personaje que fue encerrado en la tumba hacia el año 950 a.c. con un importante faraón de la dinastía XXI, llamado Osorcón, célebre por haber sido el primer rey egipcio de origen libio.
Se estima que la ejecución del proyecto exigirá para su conclusión al menos otras cuatro o cinco campañas (2019-2023) con trabajos de excavación, documentación científica restauración y puesta en valor del monumento. Muchas de las cuales es muy probable que pudieran estar invioladas.
Una aventura detectivesca en la que 38 españoles y medio centenar de egipcios, entre obreros, arqueólogos, restauradores e inspectores seguirán realizando trabajos de excavación, documentación científica, restauración y puesta en valor del monumento.