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España

Seis comentarios racistas que hacemos casi sin darnos cuenta

Hay cosas que aún hacemos y decimos, muchas veces sin darnos cuenta e incluso con buena intención, que generan momentos incómodos

Reuters

El racismo es un problema que aún hoy, en pleno siglo XXI, sigue vigente en nuestra sociedad. A pesar del esfuerzo de las organizaciones anti racismo y de numerosos activistas por cambiar esta situación, aún hay personas que, por su color de piel, tienen que vivir día a día situaciones realmente difíciles.

Aunque hay mucha gente que ha dejado atrás estas actitudes y comportamientos racistas, hay cosas que aún hacemos y decimos, muchas veces sin darnos cuenta e incluso con buena intención, que generan momentos incómodos y desagradables para las personas que los reciben.

Y tú, ¿de dónde eres de verdad?

– Y tú, ¿de dónde eres?

– Soy de Murcia.

– Ya pero, ¿de dónde eres de verdad?

Nkiru, una bióloga de Murcia y de padre nigeriano, nos explica que esta conversación es más común de lo que parece y que, a veces, la gente no parece comprender que el origen de su padre no condiciona el suyo, y que ella es española. “Lo que me sorprende es que la gente vea una incompatibilidad entre ser negro y ser español”, nos cuenta.

Lo incómodo no es el hecho de que te pregunten de dónde eres, sino que solo se lo pregunten a una persona, explica Nkiru. “Cuando ves a otra persona, lo primero que le preguntas no es de dónde es, te suele dar un poco igual. Pero cuando a mí me preguntan ¿tú de dónde eres?, es como decir ‘algo te pasa a ti, eres diferente’”, explica. Su hermana Ada coincide en esta sensación, y asegura que cuando dice que es española, muchas veces la gente insiste en conocer su ‘verdadero’ origen.

Moha Gerehou, periodista y presidente de SOS Racismo en Madrid, coincide con ellas al afirmar que estas repetitivas preguntas pueden llegar a resultar incómodas. A veces te repiten “venga, ahora en serio, y parece que tengamos que sacar nuestro árbol genealógico” para explicar de dónde son o de dónde es su familia, nos explica Moha.

Derivado de ese “¿de dónde eres de verdad?”, viene el “¡qué bien hablas español, ¿no?”, que vuelve a la incompatibilidad de ser negro y ser español, a la incredulidad de algunos cuando entienden que la persona con la que están hablando no viene de otro país.

A esto se suman preguntas como “¿has estado alguna vez en tu país?” o, “¿hablas africano?”, adjudicando a todo un continente las mismas características lingüísticas y culturales sin tener en cuenta que cada persona es diferente, independientemente de dónde proceda.

Personas “de color”

Decir que alguien es “de color” en lugar de decir que es negro es algo que se ha convertido en políticamente correcto, pero hay movimientos anti racismo que buscan eliminar esta negatividad de la palabra negro y volverla a incluir en el lenguaje con normalidad.

“La palabra negro está tan asociada a la negatividad que nos resulta hasta chocante utilizarla para describir a una persona”, dice Moha. Por esta razón, a veces se “intenta quitarle dureza a la palabra y utilizar otras como morenito, de color…”, añade.

Sin embargo, la expresión “de color” solo se utiliza para las personas negras, y no para gente de otra procedencia, como los asiáticos, por ejemplo.

“La gente intenta ser políticamente correcta y al final lo que hace es totalmente lo contrario, es como señalarte más todavía”, opina Nkiru. “Uno es negro, otro es rubio… son características físicas, lo puedes decir tranquilamente”, añade.

Por esta razón hay movimientos que reivindican la normalización del uso de esta palabra. “Se está reivindicando la palabra negro, para quitarle toda esa capa de negatividad que ha adquirido durante todos estos años para decir bueno, llámame negro, ni negrito, ni de color, porque es lo que soy”, nos explica Mohamed.

El color carne

Similar a llamar a una persona negra “de color” es llamar “color carne” a ese tono rosado que se asemeja con el color de piel de una persona blanca.

Aunque dicho sin mala intención, esta denominación puede causar confusión, sobre todo entre los niños, que no entienden por qué se llama “color carne” a algo que no se parece en nada a su tono de piel.

“En el colegio te dicen: coge el color carne. Y claro, el color carne es el color de todos los niños menos el tuyo, y te preguntas, ¿y lo mío no es carne?”, cuenta Nkiru, recordando momentos que, aunque quizá en el colegio no la marcaron, sí que la han hecho reflexionar posteriormente.

En algunos colegios se han llegado a vivir situaciones en las que el profesor se “ha enfadado, preguntándole al niño que por qué se pinta de color marrón en lugar de color carne”, afirma Moha. Son momentos desagradables que se podrían evitar simplemente asumiendo que no hay un solo “color carne”.

“Si yo tengo un amigo negro”

“Oye, si yo tengo un amigo negro”, o su variación, “si a mí los negros me caen muy bien”, es otra frase que, aunque dicha con buena intención, esconde una actitud racista.

“Normalmente lo dicen tras decir algo contra los musulmanes, los sudamericanos u otro colectivo extranjero delante de mí”, nos cuenta Obi, un español de padre nigeriano. Lo dicen como si fueran una única persona, una única mente como si se tuvieran que excusar por lo que han dicho simplemente por estar él delante, añade.

Decir que tienes un amigo negro, o un amigo gay, como un argumento en tu defensa, hace que diferencies a ese amigo del resto y que, de alguna manera, sea distinto o especial por sus rasgos físicos o personales. Y, sobre todo, hace que ese amigo se pueda sentir incómodo.

“Pues para ser negro, eres guapo”

Sol, gallega de padre mozambiqueño, afirma que en más de una ocasión le han dicho “pues para ser negra, eres guapa”. Una frase que, aunque dicha como cumplido, no es más que una generalización y una muestra de racismo. “A mí me han dicho que soy la segunda negra más guapa que conocen”, nos cuenta Ada, que se sorprende de que se sigan diciendo este tipo de comentarios sin que nos demos cuenta de su verdadero significado.

“A mí me han dicho que soy la segunda negra más guapa que conocen”

“Partiendo de la base de que todos los negros son feos, es como decirte que tú has conseguido salir de esa ciénaga de fealdad”, dice Moha con humor.

Pero aunque algunos hayan decidido no tomárselo de una manera hasta divertida, este supuesto cumplido puede ser muy desagradable para quien lo recibe.

Ser mulato

La palabra mulato está completamente integrada en nuestro idioma y se considera, incluso, políticamente correcta. Sin embargo, su significado no es otro que la cría estéril que nace del cruce entre una yegua y burro, un mulo. Fue de este símil del que sacó la palabra ‘mulato’ para definir al hijo de una persona negra y otra blanca, nos explica Moha.

“¿Durante cuánto tiempo han soportado los mestizos que les comparen con un mulo?”, se pregunta en uno de sus vídeos sobre el racismo. Moha considera que esta palabra debería dejar de ser utilizada y, en su lugar, se debería hablar de personas mestizas.

“Lo que reivindicamos es que se hable de personas mestizas, como se habla en cualquier otro idioma”, explica.

3 comentarios
  1. ToniPino

    En general, a los blancos nos parecen más guapos los blancos y a los negros les parecen más atractivas las personas de su mismo color de piel, aunque no siempre. Este tipo de comentarios sobre la belleza o fealdad de personas diferentes se da en todas los pueblos. Los negros también se ríen de la palidez de los blancos, y a mí me hace gracia. “Rostro pálido” de los indios es un clásico.

    Si tenemos que referirnos a una persona negra en cuanto negra, no veo problema en llamarla “negra”. Así, podemos decir que “gracias al movimiento de derechos civiles, los negros fueron menos discriminados legalmente en los años 60 en Estados Unidos”. Otra cosa es llamar a alguien “negro” cuando es irrelevante el color de su piel y más si es con un tono despectivo. No es necesario decir, por ejemplo, “qué maleducada es la negra ésa”, pues está claro que estamos utilizando su color de piel para recriminarla.

  2. Klaus

    El racismo no consiste en darse cuenta de que alguien es de un color diferente, tal vez inusual en nuestro entorno; consiste en considerar a ese alguien como peor o inferior por ello. Evidentemente, en muchos lugares de España (especialmente pueblos, que también existen) es muy raro ver a cualquiera que no sea blanco, y suscita la más natural curiosidad. Es como cuando alguien habla con una acento extraño o llamativo: «¿de dónde eres?» es la pregunta más normal del mundo, y hasta puede considerarse como un acercamiento amistoso. Vamos, a mí en los países con mayoría negra o asiática que he visitado la pregunta que más me han hecho es «Where are you from». Ah, horror, por mi piel blanca me están calificando de foráneo! Pues buen heurístico, amigo, casi siempre aciertas.

    Este artículo no hace más que repetir por enésima vez las cantinelas woke. Y mención especial al corte de cabellos en el aire: decir a alguien «negro» o «de color»… ¿Qué es lo correcto? Algunos cretinos woke dicen que lo que hay que hacer es preguntar. «Oye, prefieres que te llame negro o de color?»

    Por favor, ya esta bien de estas estupideces. SOS racismo y similares ya han chupado bastante de este bote. Port lo menos cambien el disco.
    Pesados.

  3. Skipper

    No me ha gustado el artículo. Me parece una chorrada dentro del buenis o cada vez más imperante

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