Un año después del #MeToo, es más común pensar que las protestas contra el acoso sexual son un problema
Desde que nació el movimiento #MeToo hace un año, el hashtag ha sido tuiteado alrededor de 18 millones de veces, un gran número de mujeres ha roto su silencio respecto a casos de acoso y abuso sexual que no fueron denunciados y han sido convocadas protestas en ciudades de todo el mundo.
Desde que nació el movimiento #MeToo hace un año, el hashtag ha sido tuiteado alrededor de 18 millones de veces, un gran número de mujeres ha roto su silencio respecto a casos de acoso y abuso sexual que no fueron denunciados, y han sido convocadas protestas en ciudades de todo el mundo. En el marco de este movimiento, varios personajes famosos, como Harvey Weinstein y Donald Trump, han sido acusados de acoso sexual, y la repercusión mediática ha sido enorme. Sin embargo, parece que no ha cambiado la mentalidad de la sociedad como se esperaba.
En este último año, la mentalidad de mucha gente sí ha cambiado, pero no para bien, pues ha aumentado el número de personas que considera que las mujeres que se quejan sobre el acoso sexual generan más problemas de los que solucionan, según una encuesta realizada por YouGov y encargada por The Economist.
La encuesta, que ha contado con alrededor de 1.500 participantes que han contestado a las mismas preguntas en 2017 y en 2018, divide las respuestas en las de mujeres, hombres, votantes de Trump y votantes de Clinton.
Las acusaciones falsas
Una de las preguntas que planteaba el sondeo era sobre las acusaciones falsas de acoso y abuso sexual. Las acusaciones falsas de acoso sexual se situaban entre el 2% y el 10%, mientras que un 63% de los casos de abuso sexual no son reportados a la policía, según los últimos datos del Centro Nacional de Recursos contra la Violencia Sexual.
Un mes después del estallido del movimiento #MeToo, el 13% de los encuestados pensaba que las acusaciones falsas eran un problema mayor que los abusos no denunciados, una cifra que ha aumentado hasta el 18% en 2018.
Esta cifra llega al 20% si solo se tienen en cuenta las respuestas de los hombres y a más del 30% si solo se cuentan las de los votantes de Trump, que son los que más opiniones negativas tienen hacia las víctimas en lugar de hacia los agresores.
En el caso de las mujeres, la cifra se reduce significativamente y se sitúa en torno al 15%, pero también ha aumentado desde la última encuesta.
Los votantes de Clinton parecen ser los más sensatos en este aspecto, pues no llega al 10% el número de los que consideran que las acusaciones falsas son un problema mayor que los abusos que no se denuncian.
Las protestas contra el abuso sexual
Otra de las preguntas de la encuesta se centraba en las mujeres que se quejan sobre el acoso sexual. Sorprendentemente, ha crecido en el último año el número de mujeres, hasta el 30%, que piensa que quienes protestan contra el acoso sexual causan más problemas de los que solucionan.
Esta cifra es aún más alarmante si nos centramos en las respuestas de los votantes de Trump, pues ha pasado del 40% al 50% en tan solo un año, un dato que se reduce a menos del 20% entre los votantes de Clinton.
Esto demuestra que la diferencia de opiniones en relación a este tema está mucho más relacionada con la ideología política que con el género, pues hay mucha más distancia entre los votantes demócratas y los republicanos que entre los hombres y las mujeres.
¿Deben perder su trabajo los acosadores sexuales?
Una de las cuestiones en las que más diferencias muestra la encuesta es la pregunta sobre si los hombres que acosaron sexualmente a mujeres hace 20 años deberían perder sus trabajos ahora.
Los votantes de Trump, como en las otras preguntas, son los que más destacan, pues más del 60% considera que estos hombres no deberían perder su trabajo ahora, una cifra que ha crecido notablemente desde la primera vez que se llevó a cabo la encuesta, en noviembre de 2017.
Si tenemos en cuenta el género, ha aumentado notablemente el número de mujeres que piensa que estas personas no deberían perder su trabajo ahora por un hecho que ocurrió hace 20 años, pero siguen siendo más los hombres, un 40%, que están de acuerdo con esta afirmación.
En general, son los hombres y los votantes de Trump los que más escépticos son respecto a las denuncias de delitos sexuales y los que más dudas tienen sobre las víctimas y sus maneras de protestar, pero las mujeres y los demócratas tampoco se quedan atrás y también tienen que reflexionar sobre un problema que afecta, por desgracia, a un gran número de mujeres.