Kase. O: "Comencé rapeando poemas de Bécquer, él y Zorrilla me inspiraban"
Cercano y amable, Javier Ibarra nos recibe mientras Kase O. se prepara para tumbar el Wizink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona los próximos 21 y 29 de diciembre.
Comenzó rapeando poemas de Gustavo Adolfo Bécquer. El poeta romántico y José Zorilla inspiraron a Javier Ibarra, más conocido como Kase. O, en sus inicios. Tenía 11 años cuando compuso su primera canción, hablaba del racismo y era el año 91. Por entonces sonaba con fuerza Apocalypse 91… The Enemy Strikes Black, del grupo de rap Public Enemic, para quienes el rap es «la CNN de los negros».
De su hermano, Sergio Ibarra, mamó este arte a través del cual, por entonces, mostraba ser un tipo duro y perfecto, «una flipada de juventud», según el propio artista. Porque hay una ley no escrita que dice que todo rapero, sobre todo en sus inicios, debe ser chulo. Y con esa chulería propia solo de quien ya intuye que va a ser un referente del rap, en su Zaragoza natal, en la Casa de la Juventud, ‘comenzó a flipárselo’ mientras escuchaba ensayar al grupo de hip hop de su hermano, Gangsta Squad.
Casi 30 años hace ya de esto. Desde que un Kase. O más interesado en la rima que en el fondo, en la estética que en el contenido, comenzaba a forjarse en un mundo de «hombres, tipos duros y gánsters». Ahora, después de siete álbumes de estudio en Violadores del Verso y considerado el mejor rapero español por la comunidad y los medios, está a punto de concluir una etapa histórica, la de su primer disco en solitario, El Círculo, con el que ha ido de sold out en sold out por diez países conquistando a más de 500.000 jóvenes, viejóvenes, cuarentones, abogados, banqueros o camareros haciendo que el rap penetre en todos los estratos de la sociedad.
«Esto no para porque nadie lo para», se lee en la camiseta negra firmada con su nombre que luce para recibirnos. Nos cita en el Hotel Vincci Capitol, en plena Gran Vía de Madrid. Red Bull y cigarrillo en mano nos abre la puerta de su suite. Sobre una barra una botella de champagne y varias copas con culillos. Nada de chulería ni prepotencia. Cercano y amable, Javier Ibarra nos recibe mientras Kase. O se prepara para tumbar el Wizink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona los próximos 21 y 29 de diciembre.
¿Qué querías conseguir con El Círculo?
Estoy contento porque he sido yo mismo. No compuse el disco pensando en cumplir con mis fans, porque llegó un punto en el que me aterrorizaba hacer música para los demás, es imposible gustar a todo el mundo y yo no era feliz, lo hacia por deber u obligación. Con El Círculo buscaba purgarme, ser yo mismo, mostrarme con mis debilidades, liberarme de mis traumas a los que he descrito en canciones como Guapo Tarde y Basureta. Lo que buscaba y acabé encontrando fue la expresión máxima de mi alma, de mi espíritu y sentimientos y sin importarme si iba a tener éxito o no. Al final fue un acierto ser yo mismo, tanto en la estética musical como en las letras. En este disco he hecho cosas que no hice en los anteriores, me he confesado, y eso me hace sentir satisfecho.
¿Qué ha cambiado del Kase. O de Violadores del Verso y de este nuevo Kase. O en solitario?
Han cambiado muchas cosas. Antes, por ejemplo, me interesaba mucho la estética, la rima bonita, aunque no tuviera mucho contenido, si conseguía hacer el puzzle y buenos flows rimando muchas palabras, no me importaba si estaba expresando el fondo de mi espíritu y mi alma. Ahora no me importa tanto la rima sino el mensaje que estoy dando, y eso fue una decisión que tomé por el camino, porque ya no me funcionan las viajas fórmulas de rimar por rimar. De hecho, El Círculo no tiene mucho de free style, sino que cuento cosas de mi vida. No digo que con Violadores del Verso no lo hiciera, dejaba ver partes de mi personalidad, pero antes me pintaba como si fuera perfecto, intentaba proyectar una imagen más distante, como subido en un pedestal, una flipada de juventud. Ahora no me da vergüenza mostrarme como soy.
¿Dónde buscas la inspiración?
En muchas cosas. Me inspira la propia música, los ambientes… En este disco me inspiran también recuerdos y ciertos traumas de la adolescencia. También he dado rienda suelta al amor romántico, no muy usual en canciones de rap. Pero en esta ocasión he abierto mi corazón, mi chica me inspira y ¿cómo no iba a estar representado en el disco?
¿Eres romántico?
Sí, soy muy romántico. Aunque lo era mucho mas al principio de la relación, pero es que ya se me acaban las ideas (risas). Pero hay que cuidar al amor. A mí me gustar tener citas, salir con mi chica a cenar…
Te he contabilizado hasta ocho alias: Javat, Versátil, Javato Jones… y Jodeculos Ibarra. ¿Explícame este último, por favor?
(Risas) Es el que menos me gusta, no me representa mucho. Es un alias viejo, cuando hacia rap más agresivo, de competición, más macarra, una vacilada y un aviso a los quisieran joderme.
¿Han intentado joderte mucho?
No tanto, a la cara al menos no tanto, y a los que lo han intentado les he respondido y les he dado su merecido en los casos que haya tenido que hacerlo.
¿Hay más competición en el mundo del rap que en otro estilos musicales?
No creo. Los rockeros se llevan a matar, los heavys y los indies se tienen envidia… A la espalda todos critican los discos de los demás, es una manera de protegerte, decir que no te gusta un disco aunque te guste. La competición en el rap es una competición sana que mal entendida te puede llevar a la locura y a la envidia y a ser un infeliz. Es intentar llevar el arte al máximo nivel.
Y volviendo a los alias, ¿por qué finalmente te quedaste con Kase. O?
Cuando tenía unos 10 años todos los amigos y raperos vivientes tenían una firma y en ese momento estaba muy de moda firmar en las paredes. Me tiré toda una tarde buscándome un nombre de rapero, buscaba un nombre estético, y la ‘k’, la ‘a’, la ‘s’ y la ‘e’ son muy bonitas para hacer firmas. Me puse el punto y la ‘o’ pero tampoco tiene mucho sentido. Kase. O no quiere decir nada para mí, pero ahora todo el mundo me conoce así y me gusta como suena y me he perdonado esa falta de contenido. Es una firma de grafitero, básicamente.
¿Cómo te llaman en casa?
Javi
En una entrevista reciente para The Objective, Arkano decía que el rap en su esencia tiene machismo y homofobia, y Nach aseguraba que esto está cambiando, ¿cuál es tu opinión?
Afortunadamente está cambiando. Los raperos que somos influyentes empezamos a ser más concientes del mensaje y que hay que cuidar las palabras. Pero sí es cierto que es un mundo de hombres, tipos duros, gánster y no hay muchas canciones que alaben a la mujer. Pero para eso estamos nosotros aquí, para romper prejuicios, cánones, mostrar a personas sensibles…
¿Alguna vez te has arrepentido de decir algo o revisando tus letras te has avergonzado de haber cantado algo?
No arrepentirme, pero era joven y decía mas groserías y mas guarrerías, he hecho apología del alcohol y de los porros… Ahora en El Círculo no escuchas eso, lo cuido más porque sé que me oyen muchos niños y no es necesario. Tengo más temáticas. Cuando tenía 18 años lo que hacía era beber y fumar, ahora tengo otra vida y otra manera de pensar. Así que no me arrepiento, pero no puedo cometer los mismo errores.
¿Después de la condena a Valtonyc, te da miedo ahora decir según qué cosas?
Es lo que quieren con ese tipo de sentencias, acojonar a los que lanzamos mensajes a la multitud, que no critiquemos ciertas cosas. Pero a mí no me dan miedo, porque podemos hacer una crítica de manera inteligente y que sea igual de fuerte y sarcástica sin llegar a la violencia verbal o a la apología al terrorismo. Yo lo que creo es que no es tan importante que un tío diga brutalidades porque es una canción, aunque se esté expresando con más o menos acierto, con más o menos rabia, pero es arte, y es preferible que eso se produzca en una canción que llevar la violencia a la realidad y al mundo físico. Me parece fatal la condena de Valtonyc, como también me parece fatal llevar a un payaso delante de un juez por reírse o por hacer una broma (hace referencia a la imputación de Dani Mateo por un presunto delito de «ultraje» a la bandera española). El humor es una delgada línea pero es humor, no es política, ya puede ser más gamberro o menos, pero es ridículo todo esto que está pasando. Intentan acojonarnos, pero podemos esquivar la ley y seguir expresando nuestras ideas de manera contundente y con crítica ácida.
¿Se puede hacer rap sin hablar de política?
Sí, a la vista está que podemos hablar de muchos temas. Yo siempre voy a hacer canciones de análisis social, pero tampoco me gusta un disco que sea un telediario, para eso está el telediario, y hay muchos temas que tocar más cotidianos que la política, que es el arte de tener engañada a la gente con utopías. Mi política es cuidar de las cinco personas que tengo a mi alrededor, que estén bien… Yo siempre digo que no puedes quejarte del Gobierno si no visitas a tu abuela una vez al mes. Es muy fácil criticarlo todo sin aplicar el cuento.
La mayoría de los raperos lanzáis un menaje político contrario a la derecha de este país. ¿Se puede ser de derechas y escuchar rap?
Sí, claro. Mucha gente de derechas escucha rap. La música es música, el arte es arte. Imagínate que no pudieras disfrutar de un cuadro de Goya porque apoyó a no sé que rey, o tenía «x» pensamientos, o de una obra de Dalí que era muy monárquico… Yo cuando veo un cuadro de Dalí no pienso en esas mierdas, me la flipo y ya está. ¿Por qué no le va a gustar a un tío de derechas Basuretas o Mazas y catapultas si no hay ningún tipo de mensaje político? Son canciones que hablan del corazón y de los sentimientos.
¿Está Franco más vivo que nunca?
Qué duda cabe. Es bochornoso y ridículo que se pueda hacer apología del fascismo libremente y luego juzguen a un rapero o a un payaso. Es ridículo que la gente pueda salir a la calle con símbolos fascistas y adoren a un fascista como si eso fuera guay, porque ahora parece que ser fascista es guay. Las cosas se hicieron mal en la Transición, no se pidió perdón a las víctimas de la Guerra Civil, muchas personas no se saben ni dónde están enterradas… y todo esto se tenía que haber resuelto a finales de los 70, principios de los 80. Pero no se hizo y 40 años después el país sigue dividido y poralizado. Los poderes fácticos no dejan de ser nietos e hijos de franco y de gente fascista. El fascismo se consiente mucho más que el anarquismo. El radical de izquierdas está mucho peor visto que el de derechas.
¿Que te parece la irrupción de VOX? En las elecciones andaluzas de este fin de semana todo apunta a que sacarán entre uno y cinco escaños… [Entrevista realizada el 28 de noviembre, cuatro días antes de las elecciones de Andalucía]
No estoy seguro de que vayan a conseguir tantos escaños. Todo lo mueven los medios. Si Vox no saliera en la tele nadie sabría nada de ellos. Y su irrupción es una consecuencia de la polarización y radicalización que hay ahora en la política. Si metes miedo a la gente, la gente va a votar a quien le promete que le va a proteger de esos miedos, de esos temores que amenazan la sociedad. Hay mucho ignorante suelto que necesita pertenecer a un grupo y sentirse protegido. Pero en este caso no le auguro yo tanto escaños como intentan hacer ver.