Inés Arrimadas: del ruedo catalán a la barrera del Congreso
Inés Arrimadas, la presidenta de Ciutadans que en 2017 rozó la Presidencia de la Generalitat catalana después de conseguir todo un hito en las urnas – que el partido naranja fuera el más votado en las elecciones autonómicas del 21D bajo el mandato del 155 – abandona el ruedo enfangado del debate político en una Cataluña dividida entre independentistas y constitucionalistas, para pasarse a ver los toros del soberanismo desde la barrera de un escaño en el Congreso de los Diputados.
Inés Arrimadas, la presidenta de Ciutadans que en 2017 rozó la Presidencia de la Generalitat catalana después de conseguir todo un hito en las urnas – que el partido naranja fuera el más votado en las elecciones autonómicas del 21D bajo el mandato del 155 – abandona el ruedo enfangado del debate político en una Cataluña dividida entre independentistas y constitucionalistas, para pasarse a ver los toros del soberanismo desde la barrera de un escaño en el Congreso de los Diputados.
¿Por qué Arrimadas, que no hace mucho aseguraba que su objetivo era ser presidenta de la Generalitat catalana, anuncia poco después su candidatura como número 1 en la lista de Cs por Barcelona al Congreso de los Diputados?
“Vamos a por todas”, es la explicación que da cuando se le pregunta por los motivos que le han llevado a dejar la política en Cataluña desde el terreno, sin dar muchos más detalles. “Necesitamos las herramientas para defender a los catalanes desde el Gobierno de España”, y la herramienta es, según ella, que “Albert Rivera sea el próximo presidente de España”.
No parece que eso sea un gran argumento. Su respuesta ha hecho que se disparen todo tipo de conjeturas, especulaciones sin confirmar.
Cualquiera que sea el motivo real, como estrategia de imagen, a Albert Rivera puede venirle bien tener a Arrimadas cerca en los mítines para recuperar la imagen ante los electores. Ella es una de las políticas mejor valoradas. Por ejemplo, en el CIS de abril de 2018, Inés Arrimadas era la candidata mejor valorada entre los electores del PP en Cataluña,con 7,88 puntos, una nota casi tan alta como la que le daban los votantes de Ciudadanos.
Albert Rivera, que pese a ser el líder mejor valorado de los líderes nacionales se queda muy por debajo del 4, no pasa por su mejor momento mediático porque PSOE y Podemos se encargan de recordar su connivencia con la extrema derecha, no sólo por gobernar con el PP en Andalucía gracias a los votos imprescindibles de Vox, sino también por la famosa foto de Colón – con los líderes de Vox y PP, el «trifálico», que diría la ministra de Justicia, Dolores Delgado – que Rivera intentó evitar tras la manifestación contra Pedro Sánchez el 10 de febrero.
Por lo demás, Arrimadas es una buena baza en las elecciones si la campaña se centra, como todo apunta, en la batalla entre quienes están a favor del diálogo como solución al conflicto catalán y los que defienden la unidad de España y un 155 en Cataluña más duro que el de 2018.
La hasta ahora líder de la oposición en el Parlament ha llegado a acusar al Gobierno de España de «abandonar» a los catalanes, “nos ha humillado”, y a Pedro Sánchez de “actuar como un separatista”, de “negociar con un preso como Oriol Junqueras, que está en la cárcel”.
La dirigente política nacida en Andalucía y cuya carrera política la ha hecho íntegramente en Cataluña, es una de las más conocidas del panorama político español. Adorada y denostada a partes iguales, como es habitual en un país tan polarizado como este.
Su experiencia en política le llegó antes de que imaginara que acabaría convirtiéndose en azote del independentismo. Ya su padre, Rufino, abogado de profesión, fue concejal de UCD entre 1979 y 1983 en Jerez de la Frontera, donde nació Inés.
Acosada por el independentismo hasta límites inaceptables, quizá también haya pesado esto en su decisión de dejar el Parlament, de descansar un poco de la política catalana, donde llegó en noviembre de 2012, y dar el salto a la política nacional desde un escaño en la Carrera de San Jerónimo. Acosada e insultada como pocas políticas, no es fácil mantener el tipo cuando te llaman “prostituta” y te desean desde el odio más intenso que te violen.
El odio del nacionalismo no tiene límites. Este colaborador estrella de TV3, que se lleva un pastizal pagado por todos los catalanes, vuelve a atacarme por mis ideas, esta vez con un insulto machista y repugnante.#NoNosCallarán y les ganaremos en las urnas pic.twitter.com/hzLi94GDk5
— Inés Arrimadas (@InesArrimadas) February 24, 2019
En su perfil de Twitter, Arrimadas tiene casi 480.000 seguidores. En él se presenta como consultora, líder de la oposición y presidenta de Ciutadans en el Parlament de Cataluña; es, además, portavoz del Consejo Ejecutivo de Ciudadanos.
Sus intervenciones muestran a una Arrimadas segura, convencida de lo que dice, si bien sus detractores consideran que su discurso es repetitivo y vacío, centrado sólo en la condena a los independentistas.
La escenificación es una parte esencial para Ciudadanos. Fue Rivera quien hace ya más de una década se mostró desnudo en un cartel electoral como reclamo para captar el voto. Desde entonces, a los políticos del partido naranja se les ve cómodos en ese ámbito entre la política y el histrionismo.
Inés ha sido la última en protagonizar uno de estos actos que no se entienden bien más allá de ofrecer una imagen, sin más. La foto en la que un reducido grupo de personas con una pancarta posan delante de la casa de Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat huído de la Justicia española. Apenas 10 minutos y fuera. De vuelta a España. La explicación de Inés es que “hemos ido a Waterloo porque no hay un sitio de Europa donde el separatismo nos diga que no podemos ir”. Inés hizo sus pinitos en teatro durante su etapa de estudiante en Jerez, ciudad en la que nació en 1981.
Enamorada de Barcelona
Una de las críticas más repetidas por los nacionalistas catalanes contra Arrimadas es precisamente no haber nacido en Cataluña. A la menor de cinco hermanos – cuyos padres, Rufino e Inés García son de la localidad salmantina de Salmoral que emigraron a Barcelona en los años 70 antes de instalarse en Jerez – se le coinsidera “charnega”, y aún resuenan los ecos de la desafortunada frase de la expresidenta del Parlament Nùria de Gispert a Arrimadas: “¡Por qué no te vuelves a Cádiz!”.
Que naciera en Jerez no le ha impedido ser más culé que muchos catalanes. Ya era fan del Barça antes de irse a vivir a Barcelona; aprendió catalán antes de vivir en Barcelona. “Estaba enamorada de Barcelona y del catalán”, contaba hace unos años Rufino sobre su hija en una de las escasas entrevistas que ha concedido, antes de que Inés se convirtiera en líder de la oposición en Cataluña.
Arrimadas tiene un pasado laboral no relacionado con la política, algo que no es muy frecuente entre algunos políticos de su generación, sobre todo en el PP y el PSOE. Durante un tiempo fue responsable del departamento de calidad y administración de la empresa MAT de servicios industriales en el sector petroquímico, y después consultora de operaciones y estrategia en la firma D’Aleph, con sede en Barcelona.
Ese fue el motivo de irse a la Ciudad Condal, que ya conocía a través de lo que le contaban sus padres, y a la que llegó en 2006.
A la política llegó en 2011 de la mano de Ciudadanos. El año anterior una amiga le animó a acudir a un acto del Partido de la Ciudadanía-Ciudadanos en el Teatro Romea. Le gustó lo que escuchó y acabó afiliándose. Su primera responsabilidad en el partido naranja fue como portavoz de Juventud. “Ese día me gustó lo que oí y lo que vi: ideas sensatas y personas profesionales de distintos ámbitos que seguían confiando en la política para cambiar las cosas”, dijo en 2015 al portal Debate 21.
“Di el paso de implicarme de verdad y presentarme a las elecciones porque estaba harta de estar harta…la situación política y social era tan grave que sentí la necesidad de dejar de quejarme desde el sofá y pasar a proponer y debatir desde el Parlamento”, añadió entonces.
Antes de la victoria del 21D de 2017, en 2012 esta abogada – se licenció en Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla – que cuenta con un posgrado en Gestión Empresarial y Negocios Internacionales en el Instituto de Preparación para la Administración y la Gestión (IPAG) obtenido en Niza, fue de número 4 en la lista de Ciudadanos en Barcelona.
Logró así un escaño en el Parlament donde conoció al que hoy es su marido, Xavier Cima, entonces diputado de Convergencia i Unió (CiU). Las intervenciones de Arrimadas en las distintas comisiones del Parlament catalán y su presencia en tertulias la catapultaron a un primer plano dentro de Cs, y en junio de 2015 fue designada portavoz del grupo parlamentario.
Se presentó por primera como cabeza de lista y candidata a presidenta de la Generalitat en 2015 cuando Cs obtuvo 25 diputados. Dos años después, en 2017, se volvió a presentar como cabeza de lista y Cs obtuvo 36 escaños.
Celosa de su vida personal, se casó con Xavier Cima en julio de 2016. Una boda celebrada en Jerez a la que no asistió Albert Rivera, que alegó problemas de agenda. La boda llamó la atención por ser ambos políticos de ideologías tan dispares. Consultor como ella, fue Xavier quien renunció a su carrera política en favor de su mujer. Algo que no ocurre con frecuencia. Y eso que su llegada a la política es anterior a la de Arrimadas.
Cima había sido concejal del Ayuntamiento de Ripoll, localidad donde le gusta desconectar, desde el año 2007 y en las municipales de 2011 fue nombrado teniente de alcalde y jefe del área de Servicios del territorio y Sostenibilidad. En 2013 sustituyó a Montserrat Roura como diputado de CiU en el Parlament.
De nuevo volvió a la política municipal en 2015, al salir elegido concejal de Ripoll en la lista de CiU. En el Ayuntamiento gestionó el área de Territorio, Sostenibilidad y Empresa, cargo que ejerció hasta que junio de 2016 anunció su decisión de dejar la política activa y dedicarse a la empresa.
“Estoy muy comprometido con ella”, dijo en un programa de televisión emitido antes de los comicios catalanes, sobre su mujer, a quien, sin embargo, no suele acompañar en los mítines. “Le voy a echar una mano para que llegue los más lejos posible”.
No tienen hijos y su familia se completa, por el momento, con Suiti, una perrita que les acompaña cuando la pareja practica deporte de montaña en bici o a pie, según aseguran varios medios.
El Parlament no será los mismo sin Inés Arrimadas pero igual este adiós a la política catalana es sólo un hasta luego.