Gaza: del bloqueo israelí al coronavirus, una vida cercada
El contagio podría fácilmente extenderse en una zona con un sistema sanitario privado de recursos, personal y materiales como este enclave palestino
Hay lugares donde lavarse las manos con jabón es un lujo. Tal es el caso para los casi dos millones de personas en Gaza, donde el 97% del agua está contaminada, según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
El 22 de marzo fueron confirmados los dos primeros casos de coronavirus en la Franja de Gaza. De acuerdo con el ministerio de Salud en ese territorio palestino, «dos ciudadanos dieron resultado positivo al Covid-19 después de volver de Pakistán», pero los dos hombres no llegaron a tener contacto con la población a su vuelta. El ministro palestino Ashraf al Qudra añadió que los dos hombres tienen entre 30 y 40 años, y que se encuentran en situación estable.
Después se supo que, en realidad, tienen 79 y 63 años y que habían participado en una concentración de 250.000 fieles musulmanes en Pakistán, que se celebró pese a que las autoridades pidieron que se anulara, según indicaron el pasado lunes responsables palestinos y familiares.
La situación de Gaza ya es de por sí complicada, tanto por las tensiones políticas como por el bloqueo impuesto por Israel desde 2007, cuando el grupo islamista Hamas llegó al poder el territorio. Ahora, y ante esta pandemia mundial que para el 24 de marzo se había cobrado la vida de 16.587 personas, este enclave palestino parece verse aun más confinado de lo que suele estar y la propagación de la epidemia podría llevar a una catástrofe, ha advertido la Organización de Naciones Unidas. «Es de ilusos pensar que se puede gestionar una situación así en un espacio cerrado como este», afirmó un responsable de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Gaza, Matthias Schmale.
2020, un año catastrófico
Según el Institut Internacional per l’Acció Noviolenta (Novact), 2020 es el año en el que, tanto la ONU como otras agencias internacionales predijeron que el territorio que alberga la Franja de Gaza sería “inhabitable si no se detenía los ya más de 13 años de bloqueo, aislamiento, ataques y restricciones por tierra, mar y aire, por parte de Israel. Advirtieron, además, que los servicios más básicos y su capacidad para sostenerse, colapsarían”.
Lo vemos a diario en las noticias. Los sistemas de salud ya se están viendo desbordados en ciudades de países con los mejores servicios sanitarios, como es el caso de España, donde, por ejemplo, en Madrid se ha creado un hospital de emergencia en el recinto ferial de Ifema que alberga 4.500 camas. En la Franja de Gaza las consecuencias pueden ser mucho más catastróficas.
Ese territorio de 365 km² tiene una de las densidades de población más altas del mundo –2 millones de habitantes– por lo que resulta especialmente preocupante para los 1.4 millones de gazatíes hacinados en sus ocho campos de refugiados.
A la alta densidad se le suma “el agravante de la falta de libertad de movimiento y las dificultades de acceso a servicios básicos”, ha sostenido M.S. de Novact, quien se encuentra en una ciudad palestina situada en Cisjordania, pero en contacto con voluntarios en Gaza.
M.S. considera que las severas restricciones de movimiento que sufre la población gazatí debido al bloqueo por parte de Israel podrían haber retrasado la aparición de casos de coronavirus, pero asegura que el contagio podría fácilmente extenderse en una zona donde el 97% del agua no es apta para el consumo, con un sistema sanitario privado de recursos, personal y materiales y un sistema hospitalario en colapso sistemático, además de escasez de energía.
Actualmente se está dando una respuesta coordinada por parte de organizaciones como UNRWA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) o Media Luna Roja Palestina que está dando apoyo al Ministerio de Salud palestino. Según ha confirmado UNRWA tienen “voluntarios en el terreno y la ayuda está llegando”, pero la población gazatí no cuenta con un sistema de salud equipado y capaz de hacer frente a un potencial brote de casos de Covid-19 que se ve agravado por la situación de crisis económica, que ha provocado la emigración de muchos profesionales de la salud palestinos. “Más de 35.000 palestinos han abandonado la Franja solo desde 2018, entre ellos docenas de médicos y enfermeras, mientras fuentes del Ministerio de salud han declarado que necesitarían al menos 300 a 400 médicos más solo para cerrar la brecha y satisfacer las necesidades mínimas de la población durante la pandemia», informa Novact.