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Jeremy Meeks: el preso más atractivo al desnudo

Intensos ojos azules. Facciones marcadas. Pelo rapado y barba de dos días. Tras este rostro se esconde Jeremy Meeks, el preso cuya ficha policial ha revolucionado las redes sociales. Poco importan los delitos que en ella aparecen. Su foto se ha convertido en un fenómeno viral que ha desatado la lujuria entre las féminas de ambos lados del Océano Atlántico.

Jeremy Meeks, el preso más atractivo que ha conocido la historia (Stockton/Police Department)

La operación policial finalizó con cuatro detenidos. Se procedió según lo establecido. El Departamento de Stockton informaba en su perfil de Facebook de la misión. Acompañaban el informe las fotografías del material incautado –cuatro armas de fuego– y la fotografía de los arrestados: Jeremy Meeks, Terry Bailey, Juzri Coleman y Joelin Coleman. Nadie prevía entonces que ese gesto pasaría a la historia. Los cuatro reos están acusados de haber participado en varios robos y tiroteos. Pero las redes sociales se encargaron de que uno de los historiales delictivos pasase a un segundo plano.

Tres cifras han sido claves en la internacionalización de la operación “Ceasefire”: 95.749 Me gusta, 25.675 comentarios y un post compartido 12.459 veces en Facebook. El éxito tiene nombre propio: Jeremy Meeks. La foto de su ficha policial le otorga el título del preso más atractivo de la historia penitenciaria de Estados Unidos. Un fenómeno viral que ha silenciado los verdaderos motivos por los que fue tomada la fotografía que le encumbró.

Su otra ficha

No era la primera vez que Jeremy Meeks posaba ante las cámaras para este tipo de fotografías. Su relación con ellas arrancaba hace más de diez años. Desde 2002 ha sido detenido en varias ocasiones. En esa fecha, según la Policía de  Stockton, fue condenado a dos años de prisión por un delito de robo menor. Era tan sólo el inicio.

En 2005, tras abandonar la cárcel, Jeremy Meeks volvía a meterse en problemas con la justicia. En esta ocasión, el reo más atractivo de la historia utilizaba su físico para robar la identidad. Se hizo pasar por Emery Meeks, nacido el 27 de enero de 1981, según las actas publicadas en “The Smoking Gun”, para hacerse con un botín que ascendía a 1.500 dólares.

Su lado humano

No obstante, detrás de cada uno de los reos existe una historia personal. En el caso de Jeremy Meeks su vida más íntima tampoco ha logrado escapar al interés mediático. Amigos y familiares han utilizado la red para mostrar su perfil más humano.

Entre las acciones llevadas a cabo destaca el blog que lleva su nombre. Esta plataforma es una ventana abierta donde las personas que mejor conocen a Jeremy Meeks. Una de las entradas más recientes está firmada por su amigo, Ricky Mann, que no duda en compartir una serie de fotografías con las que retratar a “una de las personas más generosas” que dice haber conocido.

Según Ricky Mann, su amigo Jeremy es una persona con una vida normal, trabajador y muy familiar. Entre sus aficiones, quien se define como la personas que mejor le conoce, destaca: “llevar a su hijo al parque, ir a pescar y jugar al baloncesto”. Según afirma su amigo en esta carta abierta a los internautas, su pasión por este deporte le había animado a crear su propio equipo para competir en una liga profesional.

La familia, al rescate

Quien no ha dudado en defender la inocencia de Jeremy Meeks es su madre, Katherine Angier. “Él tiene un trabajo… Iba de camino al trabajo. No estaba afiliado con pandillas. Tiene tatuajes viejos .. que lo estereotipan. Es mi hijo y yo sólo estoy tratando de recaudar fondos para ayudarlo a tener un juicio justo”. Así explica su progenitora lo que ha sucedido con su hijo en la plataforma de crowdfounding, gofundme.com.  Pretende reunir 25.000 dólares. Al cierre de esta edición y habiendo transcurrido apenas tres días desde su puesta en marcha, había conseguido cerca de 4.000$ en más de 200 donaciones cuyo importe va desde los 5 hasta los 100 dólares.

Pero la fama cuesta. La persona que peor lleva el revuelo que se ha generado con la fotografía de Jeremy Meeks sea su esposa. Quizás sea el motivo por el que la mujer que manda en el corazón del ladrón más sexy de Estados Unidos aún no se haya manifestado en ningún medio de comunicación. “Está furiosa. Su marido está preso y la gente se lo está tomado a broma, piensan que es divertido hablar de su aspecto, diciendo todo tipo de locuras”, confiesa Simone Johnson, un amigo de la pareja, en una entrevista a CBS.

El propio Jeremy Meeks no da crédito a lo que acontece tras los muros del centro penitenciario. Fue su mujer quien le comentó que la misma instantánea que figura en su informe policial era un reclamo para las mujeres del planeta. “Aprecio la atención pero sólo quiero que sepan que yo no soy realmente esto. Hice cosas en el pasado de las que no me siento orgulloso. Pero no soy un capo”, argumenta en una entrevista concedida a KXTV.

Objeto de deseo

Mientras la justicia resuelve su situación penal, la popularidad de Jeremy Meeks no deja de crecer en las redes sociales. Los más de 25.000 comentarios engrandecen la leyenda de un hombre de treinta años que desató la lujuria en las redes sociales con la misma foto que le llevó a la cárcel. Las féminas le dedican todo tipo de piropos.

Así es posible encontrar en Facebook comentarios que van desde “la foto policial más atractiva” que había visto hasta ahora; hasta algunas proposiciones como “¿Podemos estar esposados juntos?” o “puede secuestrarme cuando quiera. Retenme en contra de mi voluntad”; pasando por “Esto demuestra que hay algunas personas que nunca se dedican a su potencial verdadero. Y la mayoría de nosotras nos dejamos engañar por una sonrisa y unos ojos bonitos” o “Nacido para ser modelo”. Tampoco faltan voces críticas que hacen énfasis en su expediente delictivo, más allá de su atractivo. También existen quienes defienden su presunción de inocencia, al menos, hasta que haya una sentencia firme.

En cualquier caso, Jeremy Meeks ha logrado pasar a la historia como el hombre más atractivo que haya pisado jamás una cárcel. Sus cargos parecen ser harina de otra costal. Su innegable capacidad de seducción y el enorme poder de las redes sociales ya han dado su veredicto. Ahora, será la justicia quien se pronuncie y lo hará, según parece, a la sombra de un título de belleza.

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