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La sensación de volar a 4.000 metros de altura

¿Quién no ha soñado con volar? ¿Quién, de pequeño o adulto, no ha cerrado los ojos muy fuerte deseando flotar? Esta fantasía, que es símbolo de libertad y buenos presagios, ya está al alcance de todos sin necesidad de avión, paracaídas ni, por supuesto, alas.

La sensación de volar a 4.000 metros de altura

¿Quién no ha soñado con volar? ¿Quién, de pequeño o adulto, no ha cerrado los ojos muy fuerte deseando flotar? Esta fantasía, que es símbolo de libertad y buenos presagios, ya está al alcance de todos sin necesidad de avión, paracaídas ni, por supuesto, alas. 5027 personas ya han experimentado la adrenalina más pura en WINDOBONA, el primer túnel del viento de Madrid, situado frente al centro comercial Islazul.

4,3 metros de ancho por 15 de alto que permiten a ciudadanos de a pie, como a profesionales, disfrutar de una sensación de caída libre similar al salto desde un avión a 4.000 metros de altura, sin sensación de vértigo ni peligro.

 

 

El paracaidismo de interior, considerado ya una nueva disciplina deportiva, es un simulador perfecto para los paracaidistas profesionales y militares, sin riesgos, y con un ahorro importante de tiempo y dinero. «Un paracaidista profesional puede volar en el túnel el equivalente a más de 60 saltos en una hora, lo que en paracaidismo real le supondría más de una semana con un desembolso de dinero superior», nos apunta Paloma Granero, directora general de WINDOBONA y  primera mujer instructora del paracaidismo de interior en España, quien además nos cuenta que el túnel puede acoger hasta ocho voladores al mismo tiempo y sus ventiladores son capaces de mover hasta 1,5 toneladas de aire por segundo, generando un flujo de aire que puede alcanzar los 280 km/h.

Una experiencia para todos los públicos

Camuflados en el interior de un mono, unas gafas para proteger a los ojos del viento y un casco, desde niños con cuatro años hasta personas mayores pueden vivir esta experiencia previo ‘cusillo’ por parte de uno de los instructores para aprovechar de la mejor forma el tiempo en el interior del túnel horizontal. «Para probarlo no necesitas ningún tipo de preparación física, sólo traer muchas ganas de pasar un buen rato y vivir una experiencia inolvidable», apunta Granero, quien tiene a sus espaldas más de 800 saltos, unas 500 horas de vuelo y ha enseñado a alumnos en túneles de viento en diferentes países europeos.

 

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Las personas no profesionales deberán entrar al túnel de uno en uno y siempre acompañados de un instructor. | Foto: WINDOBONA

 

En el interior del túnel, adrenalina y diversión se fusionan mientras el cuerpo vuela sobre un colchón de aire, siendo una actividad excepcional para compartir con amigos, familia o con los compañeros de trabajo. Además, se trata de un ejercicio muy beneficioso para la salud ya que la postura corporal adoptada en cada vuelo hace trabajar todos los músculos y tiene beneficios terapéuticos. Por ello es que WINDOBONA apuesta cada vez más por hacer llegar este deporte a personas con discapacidad. «Permitir que gente que tiene ciertas limitaciones de movimiento aquí se sientan igual de libres, para ellos es magnifico, y para nosotros muy gratificante», señala orgullosa Paloma.

Con motivo del Día de la Madre y San Isidro, la empresa pionera en paracaidismo de interior en Madrid ya ha puesto a disposición del público diferentes experiencias a un precio especial.

El sueño de volar ya es una realidad al alcance de todos, y ¿hay algo mejor que acercar al público uno de los mayores sueños de la humanidad?

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