Belleza en medio del caos: varios fotógrafos nos muestran otra cara de Siria
Hablamos con cuatro fotógrafos que han decidido, a pesar de las circunstancias, retratar la esperanza y la hermosura de un país que todavía, a pesar de la destrucción y la devastación, sigue siendo bello.
¿Se puede encontrar la belleza entre tanta destrucción, escombros, polvo y desolación? Eso es lo que intentan varios fotógrafos sirios, porque para aquellos que se quedan -desde el inicio de la guerra en 2011, más de un millón de personas han muerto, y cinco millones han huido a otros países- la vida tiene que continuar. Esto significa, entre otras cosas, publicar actualizaciones en las redes sociales, intentar hacer una vida ‘normal’. Hablamos con cuatro fotógrafos que han decidido, a pesar de las circunstancias, retratar la esperanza y la hermosura de un país que todavía, pese a la destrucción y la devastación, sigue siendo bello.
Iman Tijmieh en Tartus
Esta joven siria de 25 años vive en la ciudad costera de Tartus. En 2015, decidió hacerse una cuenta de Instragram con el claro objetivo de «demostrar que Siria es un país hermoso». «En los últimos seis años la televisión sólo transmite imágenes de una Siria arruinada, pero todavía hay imágenes bellas, a pesar de la guerra y la destrucción», nos cuenta, y señala que Instagram le ayuda a aliviar la presión de la vida cotidiana. Para Iman, su fotografía preferida es una imagen tomada el pasado 27 de mayo en Damasco. «En ella se pude ver un vendedor de agua de regaliz una mañana tranquila por las calles de la capital».
Yaman Sadiq en Damasco
De 25 años y artista, Yaman cuenta con más de 35.000 seguidores en esta red social. «Publico mis fotografías y mis obras de arte para decir a todo el mundo que sigo vivo, además de intentar transmitir esperanza a otras personas que también viven en zonas de guerra y tienen problemas», nos cuenta. Yaman, reside en Damasco y asegura vivir con la esperanza de que «algún día termine la guerra y todos podamos respaldar a Siria y volver a construir lo destruido«. «No puedo vivir con desesperación y aceptar la idea de que vivimos en una Guerra Civil en pleno siglo XXI, amo a mi gente y quiero transmitir la belleza de mi país«, concluye.
Además, Yaman suele retratar paisajes de la ciudad de Damasco en vasos de plástico que son verdaderas obras de arte.
Dunia Shabib en Damasco
Dania, que vive en Damasco desde los nueve años, fue uno de los primeros usuarios de Instagram de Siria, allá por 2012, algo más de un año después del inicio de la guerra. La joven, que cuenta con más de 2.600 seguidores en esta red social, asegura que «aferrarse a la belleza y buscarla es la única clave» para resistir ante tanta destrucción. Su imagen favorita es una escena que, cuenta, ve todas las mañanas desde su balcón: pájaros posados en un cable eléctrico. «Para mí una imagen vale más que mil palabras».
Yehia Alrejjo anteriormente en Alepo
Yehya se vio obligado a abandonar Alepo cuando éste fue asediado por las fuerzas del régimen sirio. Ahora vive en un pequeño pueblo rural a las afueras de la ciudad. «A pesar de todo el conflicto, hay una pequeña parte de la vida en la ciudad que debe ser destacada de forma bella por todos esos niños y familias que prefieren vivir junto a la gente simple y pobre». Entre todas sus fotografías, destaca la imagen de un combatiente del ejército libre sirio con su arma y tocando el piano antes de irse a luchar.