Qué visitar en el país menos visitado de Europa
Que un país sea el menos visitado de un continente puede deberse a diversas razones. A veces esas razones son totalmente aleatorias. Es el caso de San Marino, la diminuta república parlamentaria rodeada de territorio italiano, que recientemente se ha revelado como el país menos visitado de Europa en 2016 según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT).
Que un país sea el menos visitado de un continente puede deberse a diversas razones. A veces esas razones son totalmente aleatorias. Es el caso de San Marino, la diminuta república parlamentaria rodeada de territorio italiano, que recientemente se ha revelado como el país menos visitado de Europa en 2016 según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT).
En San Marino, uno de los países más pequeños del mundo, destacan sus impresionantes vistas a montañas y sus tres fortalezas medievales. Es tan injusto que San Marino quede relegado al último puesto de visitantes del Viejo Continente que desde The Objective queremos subrayar sus mayores atractivos turísticos:
1. La Fortaleza de Guaita
La Fortaleza de Guaita -llamada así por situarse en el pico de mismo nombre- es la más antigua de las tres torres construidas en el Monte Titano, y también la más famosa. Fue construida en el siglo XI. También conocida como la Rocca, la Fortaleza de Guaita alternó durante muchos años su función militar, como la defensa de la ciudad, con su función como prisión, hasta que en el siglo XX se restauró y se convirtió en una atracción turística.
2. Torre De La Fratta
De La Fratta es uno de los tres picos que dominan la Ciudad de San Marino, y su torre es la que se encuentra a mayor altura de las tres fortalezas. Se erigió a principios del siglo XIII. Actualmente alberga el Museo Estatal de las Armas, con piezas bélicas de los siglos XIII al XIX.
3. Montale
Construida durante el siglo XIII, la torre de Montale es la menos célebre de las tres fortalezas sanmarinenses. No obstante, los lugareños aseguran que desde ella se obtienen las mejores vistas (y, por ende, las mejores fotos).
4. El Monte Titano
Situado en los Apeninos, el Monte Titano es la gran seña de identidad de San Marino. Se eleva 739 metros sobre el nivel del mar y se encuentra inmediatamente al este de la capital, Ciudad de San Marino. Según la leyenda, San Marino fundó un pueblo en la montaña caliza. Más allá de sus fortalezas, que ya hemos mencionado, el Monte Titano es una joya natural por sí sola. Desde el año 2008, este está inscrito por la Unesco entre los lugares Patrimonio de la Humanidad.
5. Piazza della Libertà
En el corazón del centro histórico de San Marino se encuentra la animada Piazza della Libertà. En ella se pueden admirar algunos de los principales monumentos de la ciudad y sentarse en uno de los bares panorámicos. La plaza fue construida sobre una serie de antiguas cisternas, que una vez abastecieron de agua a toda la ciudad. Hoy, la Plaza de la Libertad -su nombre en castellano- es el símbolo de la lucha nacional por la independencia. En el centro de la plaza se encuentra la Estatua de la Libertad, una escultura hecha de mármol por el artista italiano Stefano Galletti y que representa a un guerrero avanzando con una mano hacia adelante y la otra sosteniendo una bandera. Las tres torres en la corona del guerrero representan las tres fortalezas de San Marino.
6. La iglesia y el convento de San Francisco
Al lado de la Puerta de San Francisco, una de la más monumentales entradas a la ciudad amurallada, se encuentran la iglesia y el convento de San Francisco. La iglesia data de 1376 y el convento alberga actualmente la sede del Museo de arte sacro regional.
7. Centro histórico de San Marino
El centro histórico de la Ciudad de San Marino, del que ya hemos mencionado algunos de los grandes monumentos, todavía está habitado y preserva todas sus funciones institucionales. Ha sido declarado, al igual que el Monte Titano, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde el Palazzo Pubblico a la Basílica del Santo, los monumentos que pueblan el centro histórico de San Marino componen el principal atractivo turístico de una de las repúblicas más antiguas a la par que pequeñas del mundo.
En un continente como el europeo, donde cada rincón esconde mucha historia (y piedra), la competencia aflora. Por ello, para el viajero no es desdeñable elegir un lugar más bien poco visitado y así escapar de las aglomeraciones. No obstante, aunque San Marino haya sido el lugar menos visitado de Europa en 2016, es sin duda un destino muy turístico. Para rendirle justicia, y sacarlo de ese último puesto, debemos viajar hasta allí y descubrir de primera mano sus montes, torres y gentes. Además, la gastronomía -muy propia de la zona, a pesar de su férrea independencia de Italia- no deja de ser un aliciente.