Los 10 pasos para crear una marca personal infalible
Ya no es una opción mantenernos en el anonimato sin que nadie nos moleste. Estos son los 10 pasos que hay que tener en cuenta para crear una marca personal.
En 1997, el escritor especializado en negocios Tom Peters hablaba de algo llamado marca personal. Era el primero en hacerlo. Ahora, dos décadas después, inmersos en una cuarta revolución industrial potenciada por la tecnología e Internet, sujetos a una transformación constante de nuestro día a día, de nuestro trabajo y nuestro negocio, toca hacerle caso de una vez.
En medio de esta tormenta de datos e innovación, ya no es una opción mantenernos en el anonimato sin que nadie nos moleste. Google es un buscador de muchas cosas… y también de talento, así que mejor estar preparados y que nos encuentren ‘guapos’ cuando tecleen nuestro nombre.
Estos son los 10 pasos que tienes que tener en cuenta:
1. Dotarse de unos conocimientos técnicos mínimos en el ámbito digital con el fin de lograr la soltura inicial para movernos con seguridad por este medio, para muchos por desgracia, desconocido. Algo, que además, os agradecerán vuestras organizaciones debido al importante gap tecnológico existente en un importante número de directivos.
2. Tener claro el objetivo es fundamental para no dar palos de ciego ni despistar a nuestros posibles seguidores. ¿Qué queréis? ¿Afianzar vuestra actual posición? ¿Demostrar vuestras aptitudes y conocimientos en un área determinada? ¿Tener un perfil atractivo de cara a un cambio de posición o reinvención profesional?
3. Un DAFO nunca viene mal. Esa matriz en la que plasmar vuestras Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Os dará una visión real y actual de vuestra situación y os ayudará a detectar puntos que os diferencian del resto y a definir qué profesional queréis ser. Es una parte que considero imprescindible y tiene un nombre lapidario: autoconocimiento. «Para ser irreemplazable, uno debe buscar ser diferente’» dijo Coco Chanel.
4. ¿A quién queréis llegar? ¿Cuál es vuestro público objetivo? Tenéis que investigar y ver cuáles son sus perfiles, en qué redes están, qué cosas les interesan. Esa información os será de gran utilidad para luego aportarles valor en función de sus necesidades y preferencias.
5. Estrategia. Nada de improvisación. Debéis tener claro qué comunicar, dónde, cuándo, y cómo. Aquí incluiría la selección de medios. Tampoco os agobiéis. No hay que estar en mil redes sociales. Elegid en las que está vuestra audiencia. Ni más, ni menos.
6. Imagen. Por favor, cuidadla mucho. Es fundamental. Aquí sí que no hay segundas oportunidades. Elegid cuidadosamente vuestras fotos de perfil y de portada. La presentación, los colores… Que se vea bien desde cualquier dispositivo, que no pixele… siempre digo que un tuit, además de aportar valor debe, y puede, ser bonito.
7. Escapad del yo, yo, yo… y potenciad el nosotros en vuestra comunicación. Escapad del autobombo, interactuad, conversad, participad en grupos de LinkedIn acordes a vuestros intereses, convertiros en referentes.
8. Humildad y sencillez. Ir de sofisticado y sabelotodo espantará a vuestra comunidad. Nada de pedantería. Cercanía. Ya dijo Exupery: «La perfección se logra no cuando ya no se tiene nada que agregar, sino cuando no se tiene nada que quitar».
9. On, on… pero el off es fundamental. Eventos, congresos. Hay que dejarse ver, interactuar, presentarse…
10. Y siempre, como decía al principio, con sentido común. No perdáis la coherencia. No queráis ir de lo que no sois porque es una carrera demasiado corta. Hacedle caso a Wilde: «Sé tú mismo. Los demás puestos están ya ocupados».
El entorno digital favorece el contacto entre personas y es una oportunidad que debemos aprovechar. Es una oportunidad excelente. Cualquier organización de éxito que se precie y con presencia en medios, tiene un CEO con una marca personal potente que representa y ‘viraliza’ los valores de la compañía allá donde va… también en el mundo digital.
A muchos, el rápido cambio tecnológico les ha pillado con el pie cambiado y se ha creado una brecha que puede ser difícil de cerrar. No entender lo que está ocurriendo puede herir de muerte a un directivo… y a su organización. No caigamos en ese error estratégico. Ya no es una opción. Se ha convertido en un requisito imprescindible en un momento en el que la transparencia es un valor. Esperar hará que nos quedemos atrás. El que dé el paso, llevará la delantera con respecto a su competencia.
¡Cuántas cosas! Con lo ocupados que estamos… Tranquilos, no es para tanto, y la tecnología ayuda. Pero eso es tema de otro artículo. Ya os contaré. Y recordad las palabras de Margaret Thatcher: «Si nuestra única oportunidad es la de ser iguales, no es una oportunidad«.
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Artículo publicado originalmente en el World Economic Forum en español.