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Ciencia

¿Por qué la ciencia aún no ha logrado acabar con el acné?

El acné afecta a millones de personas de todo el mundo. Y la ciencia todavía no ha dado con un remedio definitivo. En internet existen multitud de supuestos remedios caseros que prometen eliminar los granos. Las pretendidas soluciones al problema pasan por cambiarse a una dieta baja en grasa, hacer ejercicio para sudar o incluso rociarse la piel con orina…

¿Por qué la ciencia aún no ha logrado acabar con el acné?

El acné afecta a millones de personas de todo el mundo. Y la ciencia todavía no ha dado con un remedio definitivo. En internet existen multitud de supuestos remedios caseros que prometen eliminar los granos. Las pretendidas soluciones al problema pasan por cambiarse a una dieta baja en grasa, hacer ejercicio para sudar o incluso rociarse la piel con orina…

Pero desde una perspectiva más pragmática, la medicina no ha logrado dar con la verdadera solución. El motivo es el carácter multicausal del acné. Los factores que contribuyen a la aparición del acné son muy variados y van desde las hormonas a la dieta y del uso de determinados cosméticos a los efectos secundarios de distintos medicamentos.

Ahora, una nueva vacuna promete ayudar a poner punto final al asunto. Los investigadores aseguran haber demostrado por primera vez que determinados anticuerpos pueden reducir la inflamación en el acné humano.

Los expertos se muestran optimistas con su vacuna. «Una vez validada por una prueba clínica a larga escala, el impacto potencial de nuestros hallazgos es enorme para los cientos de millones de personas que sufren de acne vulgaris», explica el principal investigador del proyecto, Chung-Ming Huang, del Departamento de Dermatología de la Universidad de California. «Las opciones de tratamiento actuales generalmente no son efectivas o tolerables para buena parte del 85% de los adolescentes y más de 40 millones de adultos en Estados Unidos que sufren de esta condición cutánea inflamatoria y multifactorial», ahonda.

 

Multitud de tratamientos

Debido a los múltiples factores que provocan acné, existen diversos tratamientos para hacerle frente: medicamentos tópicos, antibióticos e isotretinoína son solo tres ejemplos. Este último fármaco, que en España se comercializa con el nombre de Roacutan o Dercutane, es el más popular para tratar el acné, pero viene acompañado de muchos efectos secundarios, algunos crónicos, que hacen que los dermatólogos sean cautos a la hora de recetarlo. Depresión, alopecia, sequedad de la piel y malformaciones del feto si se toma durante el embarazo son solo algunos de los problemas que puede causar. Además, durante el tratamiento es imprescindible evitar la exposición al sol (no se puede tomar en verano) y no se pueden realizar determinados tratamientos en la piel, como la depilación láser.

 

 

«Por eso [en Estados Unidos] este medicamento está altamente regulado por la Food and Drug Administration», indican los autores del estudio de la vacuna, publicado en la revista Journal of Ivestigative Dermatology. «A pesar del éxito de la isotretinoína en el tratamiento del acne vulgaris, sigue sin haber una modalidad efectiva que pueda prevenir la aparición del acne vulgaris«.

Si bien el acné no representa una amenaza seria para la vida o la integridad física de la persona que lo padece, sí que puede conllevar una serie de consecuencias psicológicas que hacen que los dermatólogos se preocupen por hacer desaparecer los granos. La depresión, la falta de autoestima, el aislamiento social e incluso la ideación suicida son algunas de las consecuencias que puede tener el acné. Siendo, además, la adolescencia la época en la que suele presentarse, estos efectos cobran mayor relevancia, ya que se trata de un momento clave para el desarrollo psicológico y social de todas las personas.

De momento, la vacuna ha sido testada con ratones. «Los tratamientos actuales para el acné son generalmente inadecuados o difíciles de tolerar, pero muchas terapias fijan su objetivo en el organismo P. acnes, que ha estado implicado en la génesis de la inflamación en el acné», escriben los autores del estudio. «Aquí, nosotros hemos usado un enfoque de vacuna para probar si el factor P. acnes Christie-Atkins-Munch-Petersen (CAMP), un factor virulento secretorio, es una fuente principal de inflamación en el acne vulgaris«.

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