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Las 'insatisfyers' existen: "Vi hasta un tutorial porque no conseguía llegar al orgasmo"

«Mi chichi funciona de otra manera, lo uso como último recurso, prefiero los vibradores»

Las ‘insatisfyers’ existen: «Vi hasta un tutorial porque no conseguía llegar al orgasmo»

Es el producto del momento, todo un fenómeno millennial y sexual que ha construido su altar como símbolo de reivindicación femenina. Con él, se ha hablado de la masturbación femenina más que nunca, rompiendo el tabú para una generación de mujeres que quieren más orgasmos.

Ha sido número uno en ventas tanto en tiendas como en webs eróticas, fue la compra estrella en Amazon durante el Black Friday y el Cyber Monday y España ha sido el país europeo donde más aparatos de estos se han vendido en 2019.

Sí, hablo del famoso succionador de clítoris, también conocido como Satisfyer, la marca alemana que lo creó. El aparato que ha hecho que el 83% de las mujeres que han acudido a él hayan llegado al orgasmo, muchas incluso antes de los dos minutos, muchas incluso orgasmando una y otra vez. De forma intensa, sin interrupciones. ¡Y además funciona bajo el agua!

 

Sin embargo, hay un 17% de mujeres cuyo succionador ha pasado por ellas sin pena ni gloria. Bueno, con algo de pena diría yo que sí, porque al ir a probarlo llevadas por el entusiasmo colectivo se han llevado un chasco, y encima su cuenta corriente dispone ahora de 50 euros menos.

¿Me pasará esto solo a mí?, ¿será mi cuerpo?, ¿lo estaré usando mal?, ¿será mi clítoris diferente?, ¿seré demasiado sensible? Son las preguntas que a algunas de ellas se les han pasado por la cabeza cuando al ir dispuestas a tener un orgasmo celestial, el cielo se les ha caído encima.

 

«Es una pérdida de tiempo»

Así nos lo cuenta Lucía, una ciudadrealeña de 20 años que se lo compró en septiembre de 2019. «Había probado otros estimuladores y me había ido muy bien, así que me lo compré». La sorpresa vino cuando fue a probarlo. «No me gustaba nada, pensaba que lo estaba usando mal, me puse un tutorial, pero ni por esas. No conseguía llegar al orgasmo», nos cuenta la joven, quien incluso recurrió a sus amigas para que les señalaran más explicitamente cómo usarlo. «Me explicaron cómo lo usaban, hice lo mismo y nada». Lucía le dio tres oportunidades, luego desistió. «Es una pérdida de tiempo, me di cuenta que no funciona en mí», nos explica.

Sus conclusiones son parecidas a las de Paula, una joven de 26 años que recibió el Satisfyer como regalo de cumpleaños el pasado octubre. «Me lo regalaron mis amigas. Me parecía brutal que hubiera una aparato que gustase a todas las mujeres», nos cuenta durante un descanso en el trabajo. Y en efecto, no a todas gusta, de hecho a Paula le produce dolor en todos los niveles. «Mi chichi funciona de otra manera, lo uso como último recurso, prefiero los vibradores». Porque esta joven nos explica que sí que ha podido llegar al orgasmo con el succionador después de un mes de prueba, pero según nos relata «tras más de 20 minutos usándolo y por la vibración, no por la succión». Y concluye: «Esto es como la Rosalía, que todo el mundo dice que le gusta, pero en realidad no a todo el mundo puede gustar».

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Imagen vía Satisfyer

«Probé todos los niveles, incluso varias posturas, pero nunca llegué al orgasmo»

Y por último, tenemos el relato de Daniela, por quien llegué a hacer este artículo. Una conocida quien sobre septiembre junto a varias compañeras de trabajo y aprovechando una oferta en Amazon, se dejó llevar por el marketing y la publicidad orquestada y decidió invertir 30 euros de su cuenta corriente para experimentar esta lluvia de fuegos artificiales. Porque, como se pregunta la periodista Fatima Elidrissi en un artículo en The Objective: ¿para qué invertir en una falible persona cuando un aparato de tu mesilla de noche puede hacerlo todo por ti?

«Un par de semanas antes, había asistido a un tupper sex. El Satisfyer fue el producto estrella de la reunión. Incluso la chica que lo organizaba traía uno de prueba y nos dijo que lo podíamos probar en el momento si a alguna nos apetecía, sin estimulación, sin excitación. Dos minutos en el cuarto de baño y ya. Orgasmo celestial», nos cuenta. «Así que unas semanas después me lo compré». Y claro, la decepción también cayó sobre Daniela cuando al probarlo, el orgasmo no llegaba ni a los dos, ni a los 10, ni a los 15 minutos. «Probé todos los niveles, incluso varias posturas, incluso en la ducha, y al final lo único conseguí fue cansancio», explica esta joven de 30 años, que ha desistido después de intentarlo «unas cinco veces», haberse visto varios tutoriales –»pensé que no me lo estaba colocando bien»– y consultar con varias amigas que lo utilizaban.

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Noemí Casquet: «Hay que quitarse el sentimiento de anormalidad, en el sexo cada persona es única»

Lo cierto es que algunas de las chicas que no consiguen llegar al orgasmo mediante el Satisfyer al final lo que experimentan es un sentimiento de frustración y de culpabilidad. Así lo asegura, sobre todo, Daniela: «Pensé que algo iba mal en mí porque no podía ser que a todo el mundo le gustase y a mí no».

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los succionadores funcionan estimulando el clítoris. A diferencia de los vibradores convencionales, el placer se da a través de unas ondas que hacen presión por el aire. Es una válvula que deja entrar y salir el aire y crea una especie de succión, por lo que, según nos cuenta la periodista especializada en sexualidad y colaboradora de The Objective, Noemí Casquet, «si la piel que rodea tu clítoris es muy fina o inexistente tu clítoris será más sensible y puede que el Satifyer no funcione en esa persona porque te puede resultar demasiado intenso o violento».

Las 'insatisfyers' existen: "Vi hasta un tutorial porque no conseguía llegar al orgasmo"
Foto: Carola Melguizo | The Objective

En este sentido hay que tener en cuenta que el clítoris no solo es la parte externa que vemos. En cifras: si el clítoris mide entre 9 y 11 centímetros de media, el glande, que es la parte exterior situada en la zona superior de la vulva (lo que solemos ver), mide solo un centímetro.

Así, según Casquet, lo primero que debemos hacer es quitarnos el sentimiento de culpabilidad o anormalidad, porque como bien explica la periodista «en el sexo cada persona es única y no a todos nos gusta lo mismo ni nos funcionan las mismas cosas».

Así que, ni eres rara, ni el resto del mundo es raro. Todas las chicas somos únicas y a cada una nos gusta una cosa diferente en el sexo. Y, lo cierto es que, te guste o no el Satisfyer, llegues o no al orgasmo con él, este aparato parece haber roto el tabú de la masturbación femenina y los recelos a la hora de hablar públicamente de los placeres sexuales.

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