Whitney Wolfe, la empresaria que demandó a Tinder, creó Bumble y tiene un imperio de 1.500 millones de dólares
Wolfe creó en 2014 con el multimillonario ruso Andrey Andreev una aplicación que competiría contra Tinder y que, más tarde, le llevaría a ser una de las mujeres más ricas del mundo
Mil quinientos millones de dólares. Esa es la fortuna que posee Whitney Wolfe Herd, la mujer multimillonaria más joven del mundo hecha a sí misma, según la revista Forbes. El pasado mes de febrero firmaba con su hijo en brazos la salida a bolsa de Bumble, una aplicación de citas en la que solo las mujeres pueden abrir el chat.
La historia de Whitney no es una cualquiera, antes de crear Bumble fue cofundadora de otra de las aplicaciones de citas más populares del mundo: Tinder. Fue su vicepresidenta de marketing durante dos años. Pero su experiencia con esta compañía tuvo un final amargo ya que en junio de 2014 les demandó por acoso sexual.
Wolfe nació en Salt Lake City, la capital de Utah en Estados Unidos. Con 11 años se mudó junto a su familia a París y más tarde volvió a Estados Unidos para terminar secundaria e ir a la universidad para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad Metodista del Sur.
Desde muy joven fue emprendedora. Mientras estaba en la universidad se produjo el derrame de petróleo de BP en el Golfo de México y fundó una organización sin ánimo de lucro que vendía bolsas de bambú orgánico para apoyar a la Ocean Futures Society. Sus bolsas llamaron la atención de celebridades como la estilista Rachel Zoe o las actrices Kate Bosworth y Denise Richards, según recogió entonces el diario The Daily Campus de la Universidad Metodista del Sur.
Unos meses más tarde, la joven puso en marcha una línea de ropa llamada Tender Heart. Las prendas se hacían en Nepal y su intención era crear conciencia sobre la trata de personas y el comercio justo hasta que en 2012 comenzó a trabajar en Tinder.
En junio de 2014, demandó a Tinder por acoso sexual, alegó que su exjefe y expareja, Justin Mateen, utilizaba descalificativos hacia ella y la bombardeaba con mensajes de texto amenazantes y despectivos, que adjuntó a su denuncia, según Forbes. La empresa negó haber actuado mal aunque la demanda se saldó con el pago de una indemnización de un millón de dólares y Mateen fue suspendido y más tarde renunció.
En lugar de abandonar el sector, Wolfe creó en 2014 con el multimillonario ruso Andrey Andreev una aplicación que competiría contra Tinder y que, más tarde, le llevaría a ser una de las mujeres más ricas del mundo. Como muchos emprendedores del mercado se dio cuenta de que había una falta en el mercado y decidió crear Bumble para enmendarlo. Hay muchas mujeres inteligentes que todavía esperan a que los hombres les invitaran a salir, les pidieran sus números de teléfono o iniciaran la conversación en una app de citas. «A pesar de todos los avances que las mujeres habían conseguido en los lugares de trabajo y las esferas del poder, la dinámica de género de las citas y el romance todavía parecía demasiado desactualizada», afirma Wolfe en una carta publicada en la web de Bumble.
Y tras lo vivido en Tinder decidió darle la vuelta a la situación y crear Bumble. «¿Y si las mujeres dieran el primer paso y enviaran el primer mensaje?», afirma uno de los eslóganes en la página web. Si por algo se caracteriza la aplicación, es porque solo las chicas pueden comenzar a hablar. Una vez creado el chat tienen 24 horas para dar el primer paso. Si no lo hacen, el chat caduca y solo es posible volver a hablar a esa persona si se paga una suscripción.
Actualmente, Bumble asegura tener 81 millones de usuarios en 150 países y es la segunda aplicación de citas más popular en Estados Unidos después de Tinder. Además, la aplicación tiene un espacio para encontrar nuevos amigos y otro para generar contactos profesionales.
En los nueve primeros meses de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus, Bumble tuvo unos ingresos de 417 millones de dólares, un aumento significativo de los 363 millones de dólares que es lo que consiguió en el mismo periodo del año pasado.