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Sara Rojas: «Mujeres en órganos directivos, eso ayudaría al deporte femenino»

Sara Rojas es la fundadora de WOT (Women On Top), la agencia que está consiguiendo que el deporte femenino en España sea parte de la conversación

Claudia Zornoza es capitana del Levante UD  y una de las contadas deportistas españolas que ha logrado vivir de su pasión. No tenía nada claro que el fútbol llegase a ser más que un hobby, y lo cierto es que no llegó fácil ni pronto. Sara Rojas, su mejor amiga, creció con ella jugando en el mismo equipo, pero lo dejó al acabar el colegio porque, simplemente, «no era una opción». Fue testigo de las trabas a las que se enfrentan las mujeres deportistas en primera persona y a través de su amiga: para ella, nunca fue más que un pasatiempo; para Claudia, que lo fuese costó años y llegar a un equipo de primera división. 

Para cualquier deportista que no se haya colado en el Olimpo, la base de su salario no es tanto el contrato laboral con su equipo como las acciones de marketing. Ese sobresueldo es determinante –especialmente en deportes minoritarios– para poder vivir de ello y profesionalizarse. Sara Rojas vio aquí un vacío: «Para que una mujer deportista tenga sponsors, tiene que ser prácticamente la número uno en su disciplina; un hombre, sin embargo, empieza a tenerlos desde que despunta mínimamente». Identificado el problema, puso en marcha su solución y fundó WOT (Women On Top), la primera agencia de comunicación y marketing en España enfocada únicamente hacia el deporte femenino.

La visibilidad y la normalización son las piedras angulares para que las condiciones de las deportistas femeninas mejoren, «que las marcas valoren la posibilidad de trabajar con una mujer deportista con la misma naturalidad que con un hombre», en palabras de Rojas. Para ello, hay que arrancar primero la mala hierba más extendida: el paternalismo. «Hay muchas marcas que se toman el tener a una embajadora de deporte femenino como una ayuda, como una acción de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). A veces, lo meten incluso en ese departamento, cuando con los hombres no lo hacen, lo meten en comunicación. Es una diferencia para mí indignante. No es una ayuda, es una acción de marketing como cualquier otra», explica. 

Y no son sólo las marcas. También la prensa cojea de esa misma pata. En WOT hacen cada semana una escucha digital para saber cómo se habla de deporte femenino, y la mayoría de titulares asociados «llevan siempre palabras al lado como ‘ayudar’, ‘proteger’, ‘solidaridad’, términos que nunca irían unidos al deporte masculino y que van calando en la sociedad», cuenta Rojas. «Un éxito de una deportista femenina es igual que el de un deportista masculino. Si el del hombre va a portada, el de una mujer también debería». A pequeños pasos, en esto hemos ido avanzando, como pudimos ver con el triunfo del FC Barcelona femenino en la UEFA Champions League. 

La falta de referentes es el otro gran problema, que en realidad deriva de la escasa visibilidad. Sin nadie a quien mirar –además de esa decena que ha llegado a lo más alto–, es difícil plantearse el deporte como una vía profesional. Claudia Zornoza, mismamente, nos cuenta que «mentiría si digo que mi referente fue una deportista femenina» y que «justo eso es el problema». Tampoco el cine o las series han ayudado demasiado. «No recuerdo ninguna aparte de Quiero ser como Beckham. Igual es algo notorio», comenta Sara. 

Por eso, además de contactar con las marcas y conseguir sponsors para sus deportistas, en WOT les ayudan a trabajar sus perfiles de redes sociales para acercarlas tanto a la prensa como –especialmente– al público general. «Al final es un medio de difusión enorme, tienen comunidades grandes y pueden inspirar. Si los medios de comunicación y las marcas sacan mujeres en el mundo del deporte, habrá niñas que crean que pueden llegar a serlo, que puede ser su sueño, que lo pueden materializar. Y no sólo a las niñas, también a los niños. Yo jugaba al fútbol y mi referente era Ronaldo; pues, igual, a un chico puede inspirarle una chica», explica Rojas. 

La visibilidad es el comienzo, pero, para que una nueva realidad respecto al deporte femenino se consolide, hacen falta leyes que la dibujen. En España, según explica Rojas, se está llegando a un acuerdo para profesionalizar el fútbol femenino que pretende «obligar a que haya partidas económicas para publicidad, a que no haya guerras televisivas y se puedan televisar todos los partidos –desde 1992, el deporte femenino representa un 2% del total de las emisiones deportivas– y a que las condiciones de los estadios sean las necesarias para evitar lesiones». 

Aún así, «es sólo un pequeño paso» si nos comparamos con otros países como Inglaterra o los países del norte de Europa. Un ejemplo: «Hay muchas federaciones de fútbol en Europa que han hecho leyes para equiparar sueldos de los equipos masculinos y femeninos. Son países donde la sociedad ya tiene conciencia de que, simplemente, es un deporte igual que otro», afirma Rojas. En España es en el fútbol, el deporte por excelencia, donde más se palpa la brecha. Y todo empieza, como contábamos, con la visibilidad y la conversación. «En un año entero, en todo el entorno digital, se mencionaba ‘fútbol femenino’ 30.000 veces y sólo Sergio Ramos tiene esas menciones en apenas unos días».

Ya después, por eso de lanzar la vista lo más hacia delante que podamos, llegaría el turno de los órganos directivos, donde se decide todo lo que concierne a un deporte en un país. «En los órganos decisores de todos los deportes hay una gran presencia de hombres. Y yo no digo que no estén, pero igual que queremos que las niñas tengan ídolos que les hagan pensar ‘puedo ser profesional de baloncesto igual que ella’, también tendrían que fomentar que las chicas quisieran llegar a ser directivas de ese tipo de empresas. Es importante que haya las dos visiones, y eso seguro que va a ayudar al deporte femenino también».

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