Vuelve la vida de hotel a Madrid: el Hyatt Regency Hesperia reabre sus puertas
El Hyatt Regency Hesperia Madrid tiene un mensaje para los madrileños: la vida de hotel es posible en la propia ciudad
A los madrileños todavía nos cuesta cruzar el hall de nuestros hoteles para disfrutar de su restaurante o tomarnos una copa en el bar. Es algo como extranjero, como de película, o algo así. El caso es que el prejuicio existe, está, y es una pena. A quién no le gusta la vida de hotel. La mezcla de culturas, la comodidad, la sofisticación y el exotismo. Quién no ha querido, de vez en cuando, pasar desapercibido; sentirse extranjero en su propia ciudad. La oferta hotelera de la ciudad crece, se diversifica, se adapta a nuevos gustos y haceres. Hay una celebración del disfrute, y sería una pena que nos la perdiésemos.
En esto pensaban desde el Hyatt Regency Hesperia Madrid cuando reabrieron sus puertas el pasado 14 de mayo en el Paseo de la Castellana número 57 tras unos meses duros para todos. El emblemático hotel madrileño había iniciado en octubre de 2019 una nueva etapa afiliado con la cadena hotelera americana y protagonizando el aterrizaje por primera vez en España de la marca Hyatt Regency. Antes Hesperia había sometido al hotel a una reforma integral con una misión: que los huéspedes palpasen la esencia de Madrid en sus paredes, sus techos –recreaciones de ese cielo que no deja de fascinar por mucho que sea rutina–, su comida, su arte.
Con el toque justo de costumbrismo, lo han conseguido. Dos pequeñas meninas de bronce esculpidas por Rosa Figul nos reciben a la entrada, donde también está Rodrigo Sorzano, un mexicano que venía a pasar seis meses en Madrid… hace 16 años –la vida y sus cosas– y ahora es jefe de ventas internacionales del hotel. Un poco más adelante, otra menina. Más grande y más reconocible, como esas repartidas por Madrid, pero diseñada por Antonio Asato para la nueva imagen del hotel. El bar se llama Mery Bárbola en honor a la menina ‘anónima’ (ya no) de la obra del cuadro de Velázquez.
Sus huéspedes viajan, sobre todo, por negocios. La afiliación a la cadena Hyatt trajo consigo al turista americano –que ya iguala en cifras al nacional– y de otros mercados más lejanos, como Filipinas, Australia o Singapur. Pero quieren que eso cambie, como hablábamos: quieren que el madrileño cruce la puerta. La oferta gastronómica ayudará, seguro. Además de la cocina mediterránea que caracteriza a su clásico La Manzana, el chef Dani García se ha apuntado a esta nueva etapa del hotel. La semana pasada abrió Leña, y ya va camino de convertirse en un steakhouse de referencia en la ciudad. El restaurante Santceloni seguirá también con ellos, y se reubicará en el atrio de la planta lobby, manteniendo toda su esencia.
Las habitaciones son acogedoras. La suavidad de los colchones de pluma se siente casi solo con mirarlos. Luz indirecta, enchufe europeo y americano en cada mesilla, una máquina de café Nespresso para cada huésped. Para la suite cuesta más sacar palabras que hagan justicia. Hay dos, en la última planta, y cada una de ellas tiene una terraza privada con un jacuzzi y vistas a todo el Paseo de la Castellana. Así es fácil enamorarte de Madrid.
Barcelona se posicionó como ciudad mundial desde las Olimpiadas de 1992, esas de Cobi y Petra. Sólo hay que pensar dónde se celebra el Mobile World Congress. Madrid ha ido, desde siempre, un poco a su bola. Pero eso, a juzgar por el el despliegue hotelero que llega con fuerza junto con la vacuna, puede estar a punto de cambiar.
Haz clic para ver imágenes del tour que realizamos por el Hyatt Regency Hesperia Madrid [vídeo: Eva Cubas | The Objective]:
