La riqueza que perderá Reino Unido si limita la entrada de los inmigrantes europeos tras el Brexit

A principios de octubre, la primera ministra británica, Theresa May, anunció las nuevas leyes relacionadas con la inmigración que entrarán en vigor en Reino Unido tras el Brexit. Estas nuevas normas darán prioridad a los trabajadores cualificados a la hora de entrar en el país y eliminarán la libre circulación de ciudadanos europeos.

Estas medidas, a pesar de que el Gobierno de May está convencido de que traerán beneficios al país, van a ocasionar grandes pérdidas a Reino Unido, en el ámbito económico y en el social.

Tanto por su aportación económica como por el color que aportan a la sociedad británica, los inmigrantes, entre ellos los europeos, son un gran valor para el país, que se está arriesgando a perderlos con las nuevas normas migratorias que quiere poner en marcha tras la entrada en vigor del Brexit.

Los inmigrantes europeos y la economía británica

Los inmigrantes en Reino Unido reciben muchos menos beneficios de lo que aportan con sus impuestos, según el último informe del Comité Asesor Migratorio. Y si nos centramos en los procedentes de la Unión Europea, el balance positivo es incluso mayor que lo que aportan los que llegan de terceros países.

Según estos datos, cada inmigrante del Espacio Económico Europeo haría una aportación de 78.000 libras a lo largo de su vida. En 2017, un inmigrante europeo adulto aportó una media de 2.370 libras más al Tesoro que la media de los adultos nacidos en Reino Unido.

“Los inmigrantes europeos tienen un impacto fiscal positivo”, explica a Carlos Vargas-Silva, profesor e investigador en la Universidad de Oxford y experto en economía y migraciones, a The Objective . Sin embargo, señala que este impacto, aunque beneficioso para la economía británica, es pequeño.

Pero por pequeño que sea, la aportación de estas personas beneficia al estado en varios aspectos, especialmente en lo que se refiere a servicios como la sanidad pública.

Debido a que estos inmigrantes suelen llegar a Reino Unido entre los 20 y los 30 años de edad, empiezan su vida en el país en su etapa laboral, en la que ya cotizan, y han ahorrado al estado mucho dinero en los servicios utilizados durante sus primeros años de vida, explica Vargas-Silva.

Además, los inmigrantes europeos son una parte muy importante de algunas industrias del país, cuyos trabajadores son mayoritariamente extranjeros. El sector servicios y la agricultura son un claro ejemplo de las industrias que tendrán serios problemas si se limita la entrada de inmigrantes europeos, añade el economista.

Por tanto, aunque es difícil saber cuál será el efecto concreto de la limitación de la inmigración europea, los expertos creen que es “casi seguro que tendrá un efecto negativo”. 

Las nuevas condiciones para entrar a Reino Unido

En la actualidad, los ciudadanos de la Unión Europea pueden instalarse y trabajar libremente en Reino Unido, pero esta situación cambiará cuando se termine el periodo de transición del Brexit, en diciembre de 2020, si finalmente se produce un acuerdo entre Londres y Bruselas sobre la salida de los británicos del bloque europeo.

Con las nuevas medidas, quienes quieran instalarse en Reino Unido lo van a tener bastante más complicado. La primera condición será contar con un contrato de trabajo que garantice un nivel de ingresos de entre 30.000 y 35.000 libras al año, como mínimo. Además, será necesario contar con una cualificación profesional, por lo que no será suficiente tener un puesto de trabajo con el salario requerido, explica Vargas-Silva.

Theresa May considera que estas medidas permitirán reducir la inmigración de personas “poco cualificadas” y evitar que los inmigrantes ocupen puestos “que podrían ser desempeñados” por la población británica.

Lo que esto supone en realidad es que solo podrán entrar en Reino Unido aquellos inmigrantes que tengan un puesto de trabajo en sectores muy concretos. Por ejemplo, en ciertas especialidades de medicina, puestos directivos en el sector tecnológico, ingenierías o la bolsa de valores, entre otros.

¿A quién perderá Reino Unido?

Las cifras económicas son un factor muy relevante a tener en cuenta, pero lo que más importa son las historias detrás de todos esos números. Importa gente como Patricia, Manuel y Rocío, gente que, por un motivo o por otro, decidieron emigrar a Reino Unido y que aportan al lugar en el que viven mucho más que dinero.

Patricia González es enfermera y emigró a Inglaterra hace cuatro años en busca de una oportunidad laboral que en España no parecía llegar. El Brexit no afectará a su vida laboral por el tiempo que lleva en el país, y podrá quedarse sin necesidad de obtener un visado, pero muchas personas como ella perderán la oportunidad de vivir una experiencia como la suya.

“Aunque fue duro por el idioma, y por la diferencia con España”, dice Patricia, emigrar a Reino Unido le dio la oportunidad “de abrir la mente viviendo en otro lugar y conociendo culturas diferentes”.

Además, considera que Inglaterra le ha permitido disfrutar de unas condiciones de trabajo que, en el momento en que se fue de España, no habría podido encontrar cerca de su familia y amigos.

Ella ha obtenido grandes beneficios, pero Inglaterra también se beneficia de su presencia en el país. En el caso del sistema sanitario, en el que trabaja Patricia, una gran cantidad de los trabajadores son extranjeros. “En la sanidad pública, si nos vamos, tendrían un problema”, asegura la enfermera.

Además, afirma que la comunidad de inmigrantes es una parte importante de Brighton, la localidad costera en la que vive, donde los españoles, por ejemplo, ocupan una gran cantidad de puestos de trabajo en la hostelería y la sanidad. “Si no voy al trabajo, yo puedo no utilizar el inglés en todo el día si quiero”, explica Patricia. “Si nos vamos, el país se quedaría un poco en bragas”.

Manuel Pérez también lleva cuatro años en Inglaterra. Es arquitecto técnico y, como a muchos otros, la crisis económica en España lo llevó a buscar una oportunidad laboral fuera de su país.

Cuando se fue de Córdoba, Reino Unido era el único país de habla inglesa en el que podía encontrar lo que buscaba sin necesidad de un visado o un permiso de trabajo, por lo que decidió empezar allí una vida totalmente diferente.

Igual que Patricia, Manuel ha decidido quedarse en el país al que llegó sin fecha de vuelta porque “España sigue naufragando en cuanto a empleo y a la situación política”, pero también porque vivir en Inglaterra le ha aportado “una forma más abierta de ver la vida”.

Tras años trabajando en el país, Manuel tiene claro que los extranjeros aportan con su trabajo “un gran empuje al desarrollo de Reino Unido”.

Rocío Lorente, una profesora murciana que lleva años viviendo en el extranjero, lleva tan solo unos meses en Londres. Cuando a su pareja le ofrecieron un puesto de trabajo en la capital de Inglaterra, Rocío dejó su puesto en París para empezar una nueva vida en Londres, donde asegura que está aprendiendo cada día porque le “aporta una visión diferente”.

Como Patricia y Manuel, Rocío tiene claro que, si Reino Unido limita la entrada de inmigrantes europeos, va a perder una gran riqueza. “Va a perder la multiculturalidad y parte de la juventud que tiene, además de a muchos trabajadores cualificados”.

Ni Patricia, ni Manuel ni Rocío tienen planes de irse de Reino Unido en un futuro próximo, y los tres confían en que la gran comunidad de inmigrantes que forma parte de la población británica siga existiendo, porque saben que, si se llevan a cabo estos cambios tras el Brexit, una de las grandes riquezas de Reino Unido está en peligro.