Sal y vecinea, la iniciativa para prevenir la soledad desde el barrio
La ONG Grandes Amigos y la red social de barrio ¿Tienes sal? se han unido para crear redes de vecinos, comunidades en las que las personas estén más implicadas con el de al lado y se luche contra la soledad.
El coronavirus ha empeorado bastante la soledad, que ya era un problema importante en nuestra sociedad. Un 45% de la población general ha notado falta de compañía, un 37% se ha sentido algunas veces aislado y el 25% se ha sentido excluido o discriminado por sus vecinos, según un estudio de la cátedra Contra el Estigma de Grupo 5 y la Universidad Complutense de Madrid.
Esto, aunque afecta a gente de todas las edades, es especialmente preocupante entre las personas mayores, quienes ven afectado su bienestar e incluso su salud por sufrir la soledad.
Pero, como ya nos contaron varias ONG, afortunadamente la pandemia también ha impulsado la solidaridad. Aprovechando la sensibilización de la sociedad con este tema y para tratar de ayudar un poco en esta situación, la ONG Grandes Amigos y la red social de barrio ¿Tienes sal? se han unido en el proyecto Sal y vecinea para crear redes de vecinos, comunidades en las que las personas estén más implicadas con el de al lado y se luche contra la soledad.
Así, conectan a personas que tengan ganas de compartir su tiempo con personas mayores de su barrio que se sienten solas o que necesitan ayudas en algunas tareas, a través de la app de ¿Tienes sal?, de los centros de salud y de las redes de comercios locales.
Paliar y prevenir la soledad
El principal objetivo de esta iniciativa es ayudar a paliar la soledad que viven muchas personas mayores, y algunas no tan mayores, desde su entorno más cercano. Pero al crear estas redes vecinales no solo ayudan a quienes sufren la soledad hoy, sino también a quienes la sufrirán en el futuro. «Hay que prevenir la soledad, ya no solo en las personas mayores de hoy, sino en las que mañana seremos mayores, que también es muy importante», dice José Ángel Palacios, portavoz de la ONG Grandes Amigos.
«La soledad hoy es un problema, pero seguramente lo sea aún más en la sociedad del futuro, con una sociedad mucho más envejecida», explica. «Hay nuevos modelos de familia, baja natalidad, ritmos y estilos de vida más solitarios, más individualistas, nos encaminamos a una sociedad en la que vamos a vivir mucho más tiempo y más solos».
Por eso, en Grandes Amigos creen que los barrios, los vecinos, son los que nos pueden ayudar a mantener una vida social en ese momento de la vida en que, por distintas circunstancias, la soledad puede llegar a ser un problema.
¿Cómo? Acompañando a algún vecino a dar un paseo, a cenar, incluso a hacer recados, acciones muy sencillas que pueden significar un mundo para quien se siente solo. «Entendemos que la mejor manera es provocar ese cambio a través de la acción individual en tu entorno más cercano», dice Palacios. «La conexión con el barrio es fundamental».
Sin estigmas ni prejuicios
Desde Grandes Amigos insisten en la necesidad de eliminar el estigma que existe en torno a la soledad. Hay que hablar de ella «sin ese estigma, sin ese drama que habitualmente tiene asociado», dice Palacios, que insiste en recordar la «diversidad de situaciones de las personas mayores que están solas», que a menudo no piden ayuda por esa etiqueta negativa que se ha creado en torno a esta situación.
Además, quieren eliminar los prejuicios que habitualmente se tienen sobre este grupo de la población. «Es importante que visibilicemos la diversidad de personas mayores, no todas son iguales ni responden a ese estereotipo de que son aburridas, son rígidas, no aportan nada, están sentadas en un banco viendo la obra o viendo la tele. Mentira, no es riguroso eso, es injusto, porque es una manera de discriminar a las personas mayores», critica Palacios.
Y señala que «la exaltación de la juventud y el rechazo social a cualquier signo de vejez, esos mensajes continuos antiarrugas, antiedad, de que hay que parecer joven, la felicidad, el éxito, parece que solo se vinculan a lo joven, a lo efímero y se rechaza todo lo que simboliza la experiencia, la profundidad en una charla».
Una imagen que considera «absurda» porque «estamos creando una discriminación por edad que la sufren las personas mayores de hoy pero también la vamos a sufrir quienes seamos mayores en el mañana».
Por eso, acercarnos a nuestros mayores, pasar tiempo con ellos y, sobre todo, aprender de su experiencia, puede ser una manera de ayudarlos, sí, pero también de acabar con ideas preestablecidas que no hacen más que apartarnos de quienes más podemos aprender.
¿Cómo me puedo sumar a la iniciativa?
Unirse a esta iniciativa es tan fácil como entrar en la app de ¿Tienes sal? o ponerse en contacto directamente con Grandes Amigos para ofrecer, simplemente, tiempo. Para quienes ofrecen ayuda es muy sencillo, pero es cierto que quizá, para quienes la buscan, las nuevas tecnologías sigan siendo una barrera.
«Hoy en día estamos viendo que hay una brecha digital muy importante», explica Palacios. «A día de hoy, la principal vía de entrada de personas mayores en los programas de acompañamiento y de socialización de Grandes Amigos son los servicios sociales y los centros de salud». «Esa colaboración entre lo público y la ONG es fundamental, porque muchas veces las personas mayores no conocen este tipo de recursos, de posibilidades, ya no incluso porque se sientan solas, sino por mera prevención, o porque les apetece».
También se están haciendo «rutas de mapeo de comercios y recursos en los barrios que tengan esa mirada sensible con la gente mayor, que faciliten el día a día a la gente mayor», para facilitar el acceso a estos servicios.