El Parlamento de Galicia ha aprobado, con los votos en contra de BNG y PSdeG, la reforma de la Ley de Salud gallega que establece multas de 1.000 a 600.000 euros para infracciones sobre la salud pública, entre ellas la «negativa injustificada» a la vacunación. El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo ha defendido que la ley no obliga a vacunase ni vulnera los derechos de nadie.
Lo más importante: esta reforma de la Ley de Salud de 2008, promovida por el Gobierno gallego pero presentada como proposición de ley por el PPdeG, establece como sanciones muy graves (con multas de más de 60.000 euros) los incumplimientos de la obligación de usar la mascarilla (un aspecto en el que Galicia fue pionera) o la «negativa injustificada» a la vacunación «cuando se produzca un riesgo o daño muy grave para la salud de la población».
La reforma también podrá multar a los ciudadanos que, estando obligados, se salten la cuarentena de forma «repetida o reiterada». Los partidos de la oposición han criticado esta «vacunación obligatoria» por considerar que solo servirá para «dar alas a los negacionistas» de la pandemia de coronavirus[contexto id=»460724″].
Por su parte, el PP, partido en el Gobierno, ha argumentado que «esa supuesta obligatoriedad de las vacunas» no es tal, sino que se limita a situaciones muy concretas. En este sentido, la diputada del PPdeG Encarnación Amigo ha expresado que la nueva normativa no es autoritaria, sino garantista.
La reforma, además, otorga el poder a las autoridades sanitarias de Galicia a «adoptar medidas preventivas de obligado cumplimiento cuando exista o se sospeche razonablemente la existencia de un riesgo inminente y grave para la salud de la población». Estas restricciones pueden ir desde la incautación de productos, hasta el cierre de empresas o la limitación de horarios.
Para el diputado del PSdeG Julio Torrado esta reforma es un «dislate absoluto» porque incluso «su encaje legal es más que discutible», ya que restringe derechos y libertades individuales que solo competen a la normativa estatal. «Los negacionistas que ustedes mismos alimentaron están ahí fuera haciéndole el caldo gordo al Gobierno», ha lamentado Torrado, quien ha argumentado que su partido no puede apoyar esta ley por «rigor, sensatez y por la convicción plena en la ciencia».
Según Iria Carreira, del BNG, el problema para la población gallega «no es que no quiera vacunarse sino que no puede» porque no hay suficiente vacunas que ponerles. Además, ha dicho que es «un grave error» enfocar un problema de salud pública como si fuese de orden público, en lugar de aprovechar la ley para reforzar el sistema sanitario de Galicia.
A la reforma de la Ley de Salud, que entró en el Parlamento el pasado mes de noviembre y fue tramitada por el procedimiento de urgencia, se presentaron 54 enmiendas de la oposición, pero solo se ha incluido en el texto final una del BNG referida a «revisar el lenguaje sexista» del texto.