Seis vinos jóvenes de mencía que se hacen en el Bierzo
Denominación leonesa en el límite con Galicia, Bierzo lleva unos años ganando posiciones y predicamento. Los suyos son vinos de terroir
Tierra de paso del Camino de Santiago, el Bierzo es una zona de tradición y minifundio, con un patrimonio vitivinícola que discurre en buena parte por pronunciadas pendientes, viñedos que en algunos lugares sorprenden por su radical verticalidad. Y es que el Bierzo es una de las cinco denominaciones españolas cuyo paisaje definen viñas situadas en impresionantes laderas con una inclinación de vértigo. Es por eso que se habla de viticultura heroica pues las vendimias (en Priorat, Montsant, Ribeira Sacra, Valdeorras y Bierzo) son pura hazaña. Atractivo geográfico y geológico y el valor de esa singularidad como seña de identidad de sus vinos.
A lo que en los últimos años han incorporado la zonificación del viñedo (han creado categorías en función del origen de las uvas) como medida de calidad. Luego, distribuida en pequeñas parcelas, gran parte de su viña es vieja, sobre suelos en los que abunda la arcilla y la pizarra cuanto más arriba se sitúa, con valles que miran a los cuatro puntos cardinales y lo que se traduce en diversidad de terroirs.
Presentado el lugar, la mencía es su uva autóctona principal en el apartado tinto, mientras la godello se impone en los blancos. Y son los primeros, los tintos, a los que hoy nos dedicamos. Una variedad con un carácter condicionado por el lugar en el que crece y las peculiaridades climáticas bercianas cuya orografía frena los vientos y favorece la maduración. En la copa, una uva aromática, intensa, con mucha frescura, tanino firme, muy mediterránea, con claros aromas balsámicos (eucalipto), de monte bajo, y notas minerales. Para el momento en que nos encontramos, pleno verano, una selección de jóvenes de la zona elaborados exclusivamente con mencía. Seis vinos frescos, con la fruta en primer plano pero arropados por algo de madera, en pro de la amabilidad, sin que falten frescura y acidez.
Baltos 2019 (8,90 €) es el tinto más joven que elaboran en Dominio de Tares con uvas de mencía en vaso de más de 40 años sobre suelos de arcilla, pizarra, caliza y esquistos. Hace la maloláctica en barrica y tiene una posterior crianza de unos seis meses en roble francés y americano. Muestra la cara más fresca y juvenil de la mencía con aromas de frutos rojos silvestres, florales, especiados, recuerdos de regaliz, propios de la variedad, minerales y fondo de montebajo. Con una boca muy aromática, fresca, fluida en el paso y un final marcado por su carácter frutal.
De la bodega Cuatro Pasos, fundada en 2003 por el grupo de origen gallego Martín Códax, Pizarras de Otero 2021 (7 €) es el vino más joven de la casa, de viñedos viejos sobre suelos pizarrosos localizados a los pies de Otero (Ponferrada, León). Marcada expresión varietal, con notas de frutas rojas, aromas de flores y recuerdo mineral. Boca jugosa, con equilibrada acidez y un paso largo donde vuelven las sensaciones de fruta fresca.
Pétalos 2020 (16,60 €) es el buque insignia de la bodega que el afamado Álvaro Palacios tiene en Bierzo junto a su sobrino Ricardo Pérez, otro de los enólogos de referencia en la zona. Están en Bierzo desde el año 1999 y trabajan bajo la filosofía biodinámica desde el principio. En el punto de partida, viñas muy viejas repartidas en minúsculas parcelas sobre suelos de pizarra muy empinados y rocosos, junto a otras en suelos arcillo-ferrosos. Las cepas se encuentran en vaso y se trabajan de forma tradicional, caballerías incluidas. En este vino la mencía (más del 90%) se acompaña de un pequeño porcentaje de otras variedades (tintas y blancas) que salpican los viñedos. Fue fermentado en tinas de madera y depósitos de acero inoxidable, y después de la maloláctica tuvo una crianza de ocho meses en barricas de roble francés. Un vino amable, fácil de beber, con notas de flores, fruta roja (fresa), especias. Boca con viva acidez, jugosa, equilibrada, fresca, muy agradable en el paso.
El siguiente es de la bodega familiar, Aurelio Feo Viticultor, con cuatro hectáreas de viñedo propio, de entre 60 y 100 años, situados a unos 550-600 metros de altura sobre suelos arcillo pedregosos y pizarrosos. En esta casa la elaboración más joven de mencía es Cruz de San Andrés 2020 (7,50 €), con un leve paso por barrica y del que salen 6.000 botellas a la venta. Un vino intenso, expresivo, con claras notas de frutos silvestres, sotobosque, especias, recuerdos de flores y minerales, con una boca aromática, frutal, fresca, fluida, con sensaciones balsámicas en el paso.
De Bodegas Peique, una de las clásicas bercianas, Ramón Valle Peique 2019 (8,50 €), un mencía con siete meses en roble francés y un homenaje al abuelo materno, pues fue Ramón Valle quien plantó los viñedos con los que se elabora. En vaso, con una edad entre 45 y 55 años, y a una altitud que oscila entre 450-580 metros. El resultado, un vino con aromas de frutillos rojos y negros, notas de montebajo y fondo mineral. Boca expresiva, con fruta, fresca, amable en el recorrido y con un final de nuevo balsámico e intenso.
El último es de uno de los proyectos más jóvenes llegados a la denominación. Se trata de Pago de los Abuelos y su artífice es el enólogo Nacho Álvarez, profesional de larga experiencia, asesor de varias bodegas y ahora centrado en las elaboraciones propias. El nombre se debe a que su proyecto se asienta en las viejas parcelas compradas a los abuelos de sus amigos, junto a la de su familia, que data de 1890. Por tanto, viñas con más de 100 años, en vaso y sobre suelos de pizarra. Pago de los Abuelos Viñedo Saturno 2021 (22 €) es el vino más joven que elabora, de mencía en caliza y con ocho meses de crianza. Antes ha hecho ambas fermentaciones (alcohólica y maloláctica) en roble francés. Se trata de un tinto expresivo, con aromas de fruta roja madura y flores, especias y notas tostadas. Fino en el paso, frutal, con frescura y buena persistencia.
LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN, EXCLUSIVAMENTE, A UN CRITERIO PROFESIONAL.