Buenos compañeros vinícolas para estas fiestas navideñas
Y además ninguno conocido en exceso porque incluso alguno tiene poquitos años de vida. Por eso, estupenda ocasión estos días para descubrirlos
Celebrado el primer tiempo, tenemos por delante estos cinco días para preparar el segundo acto de las navidades; despedir este año y recibir al nuevo con el mejor ánimo, los mejores propósitos y deseos. Una semana para volver a planificar contenido y continentes, por lo que de nuevo intentaremos contribuir a lo primero con estas seis botellas que no defraudan pero que tampoco son de las de ‘manejo’ habitual, esto es, que no son de las que se prodigan mucho públicamente. Por eso, qué mejor ocasión para situarlas en el foco y darlas a conocer a quien no tenga el gusto… Seguro que quienes contacten con ellas van a disfrutar.
En todo caso, en esta semana en la que el ritmo se ralentiza y hay más tiempo para dedicarlo a lo que más nos pueda apetecer, una buena opción es dedicar un ratito, sin prisa, a pasear por alguna de las muchas vinotecas que por suerte tenemos en España, dejarse llevar, curiosear, probar, descubrir… Pues eso, en definitiva, disfrutar eligiendo esos acompañantes vinícolas de las mesas que todavía nos quedan por compartir. Y para lo que, una vez más, les ponemos en la pista de seis vinos de procedencia, elaboración y perfil bien distintos porque ésta es una oportunidad como tantas otras para descubrir y tal vez sumar al listado de nuestros favoritos.
Para empezar por un espacio vinícola ajeno a los ‘populares’, este primer tinto procede del Bierzo y pertenece a uno de los proyectos más jóvenes de la zona que es el del enólogo Nacho Álvarez. Un experimentado profesional, asesor de bodegas hasta hace uno demasiado tiempo pero ahora ya centrado en su bodega, Pago de los Abuelos, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión y cuyo nombre responde al origen de su proyecto, la adquisición de parcelas viejas compradas a los abuelos de sus amigos, aparte de las de su familia: todas viñas centenarias en vaso sobre suelos de pizarra. De los distintos vinos que elabora éste es el más joven, Pago de los Abuelos Viñedo Saturno 2021 (22 €), un monovarietal de mencía (es ésta su segunda añada), a una altura de 550 metros, que ha fermentado en roble francés (fermentación alcohólica en depósitos troncocónicos y maloláctica en barricas) y después ha tenido una crianza de ocho meses en barricas también francesas. Intenso en aromas, con notas de frutillos rojos, flores, tostados, y una boca marcada por una fresca acidez, el carácter frutal, y la finura en el paso.
Sin abandonar la denominación berciana pero ahora un apunte blanco. Casar Godello Fermentado en Barrica 2020 (21 €) el vino ecológico que la destacada firma Casar de Burbia, con el entusiasta Isidro Fernández al frente y también su creador. Se trata de un estupendo godello fermentado en barrica, con una crianza de 12 meses en roble francés con sus lías, y uvas procedentes de una parcela de godello en altura, con mucha pizarra y cuarzo, con lo que las notas minerales son una de sus señas de identidad. Complejo en la nariz, donde aparecen aromas de fruta madura y cítrica (pera, pomelo), notas ahumadas y especiadas, flores blancas y fondo mineral. Carnoso, con amplitud, cremosidad, equilibrio, una buena acidez y un final persistente donde reproduce los aromas de la nariz.
Otra elaboración blanca pero ahora de una de sus zonas de referencia, Rías Baixas. Se trata del albariño Nicolás Tricó 2018 (23,50 €) de la Compañía de Vinos Tricó. Una maravillosa sorpresa plena de sensaciones aromáticas pues muestra la albariño en su máxima expresión. E importantísimo, no tiene contacto con la madera en ningún momento sino que su crianza la realiza íntegramente en el depósito de acero inoxidable, durante un año. Procede de una sola finca y sólo sale en años que consideran excepcionales. Un albariño con potencial de envejecimiento, compleja nariz, muy intensa, frutal, balsámica, con toques de flores y sensación mineral. Boca estructurada, elegante, sabrosa, untuosa y con largo recorrido.
Para seguir con un par de tintos, una referencia de Ribera del Duero y otra de la denominación catalana Costers del Segre. El primero es un tempranillo de Bodegas y Viñedos Pradorey, un vino de parcela (situada entre 815-830 metros de altitud) con 14 meses de crianza en roble francés y seis más en conos de madera. Se trata de PradoRey Élite 2019 (32 €), un vino en el que sobresale la fruta madura, las especias, ciertos tostados y un toque mineral. En la boca es corpulento, sabroso, con la amabilidad de esas frutas maduras pero sin que le falte frescura, y una buena persistencia en el paso. Destacar que sale al mercado envuelto en un papel traslúcido en el que lleva impresos los viñedos.
El siguiente es una de las elaboraciones top de la Familia Torres en Costers del Segre, Purgatori 2020 (31,50 €), una etiqueta emblemática compuesta de garnacha y cariñena con algo de syrah que sale como ecológica a partir de esta añada. Lo hacen en la comarca de Les Garrigues, en Lérida, en una finca, Purgatori, donde los benedictinos ya hacían vino en el año 1770. Tiene una crianza de entre 15 y 18 meses en barricas francesas, dependiendo de las condiciones de cada añada, y resulta un vino muy mediterráneo, fresco y poderoso. Muestra intensos aromas de frutas silvestres, en licor, especias, monte bajo y minerales. Corpulento, con frescura al tiempo que goloso (recuerdos de repostería), con una noble tanicidad y por eso con capacidad para seguir creciendo en la botella.
Y como los espumosos son el invitado obligado en estas fechas, la sexta etiqueta procede de la cavista Vilarnau, en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). Vilarnau Gran Reserva 2014 (17 €) se elabora con un 40% de macabeo, 30% de parellada, 25% de chardonnay y un 5% de pinot noir procedentes de los viñedos más elevados de la comarca del Penedès. Ha permanecido en rima más de 36 meses y resulta un cava de gran complejidad aromática, con buena presencia frutal en convivencia con las notas propias de la larga crianza sobre lías (frutos secos, panadería, fruta madura). Equilibrado, fresco, sabroso, con una agradable acidez y fino amargor en el paso de boca.
Sólo nos queda desear que disfrutemos lo mucho que queda por delante y celebrar la vida como merece. Y por mi parte, ¡Feliz Año Nuevo!, nos vemos por aquí el año que viene.
LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN, EXCLUSIVAMENTE, A UN CRITERIO PROFESIONAL.