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Gastronomía

Ocho reseñables vinos espumosos de origen gallego para tener en cuenta

Hace justo una década que la denominación Rías Baixas sacaba al mercado sus primeros espumosos con la uva albariño como protagonista principal

Ocho reseñables vinos espumosos de origen gallego para tener en cuenta

Espumosos gallegos. | Imagen de la DO Rías Baixas

Más allá de las marcas que pueden resultar más conocidas, por el momento los vinos con burbujas que se elaboran en Rias Baixas se consumen principalmente en el territorio, además de que se trata de producciones limitadas. No obstante, son alternativa que va al alza (pues no han dejado de crecer en marcas y volumen) a tener en cuenta por eso de conocer otros espumosos que se hacen en lugares bien distintos de las zonas habituales de sobra conocidas. 

Entre las primeras conclusiones fruto de los vinos catados, dieciséis, es que la acidez inicial es uno de sus rasgos característicos (atributo principal de la uva albariño), razón por la que son mayoría los brut (recordemos, espumosos con una cantidad de azúcar entre 6 y 15 gr/litro) porque con una controlada dicción de azúcar se intenta ‘compensar’ esa viva acidez. Además, son pocos los que incorporan la añada de lo que se deduce que el vino base es una combinación de cosechas; de otro modo serían millesimé y llevarían el año en la etiqueta. 

Por normativa de la denominación gallega, las burbujas de Rías Baixas se elaboran por el método champenoise; recordamos, la segunda fermentación en la botella y momento en el que aparece el carbónico (las burbujas) de manera natural. Y luego, se pueden emplear cualquiera de las uvas blancas y tintas admitidas por el Consejo Regulador. Luego, al igual que en el resto de espumosos que se hacen en nuestro país, los gallegos se distinguen según la cantidad de azúcar que llevan: brut nature (sin azúcar), extra brut (entre 3 y 6 gramos por litro), brut, extra seco, seco, semiseco y dulce (con la mayor cantidad de azúcar). Entre los requisitos que desde el Consejo Regulador de la denominación se exige a las bodegas, un mínimo de nueve meses de crianza, además que los vinos base deben tener un grado alcohólico mínimo de 10%.

A partir de aquí, en su perfil aromático abundan frutas blancas, cítricos, pan tostado, cremas (de la crianza con lías) y minerales en algunas elaboraciones además de notas salinas. Bodegas As Laxas, Eidosela, Altos de Torona, Señorío de Rubiós, Adega Valdés, Martín Códax, Mar de Frades, Adegas Valtea, Tomada do Castro, Eladio Piñeiro, Paco & Lola, Terra de Asorei… son algunas de las firmas que vienen elaborando espumosos desde hace algún tiempo –unas más que otras–. Y de entre todas, esta muestra puede entenderse como una buena carta de presentación de las burbujas que se están haciendo bajo el paraguas de la denominación Rías Baixas. E insisto, la mayoría de ellos sin añada. 

Adegas Valtea es de las casas que ofrece dos espumosos, y ambos tienen su atractivo: Valtea Brut Nature (BN) y Valtea Cuvée Especial. Para la ocasión, el Valtea BN (15,40 €) es una buena opción como vía de entrada. Un monovarietal de albariño con aromas tostados junto a notas de fruta fresca (pera, manzana) y toque herbáceo. Boca con untuosidad, frescura, acidez frutal y recuerdo salino en el paso.  

Bodegas As Laxas también tiene dos espumosos, Sensum Laxas y Sensum Laxas Albariño Selección Familiar (15.95€), el elegido para esta entrega. En su caso se trata de un brut con una crianza de 24 meses en rima, y un tiempo que queda patente a través de las notas de pastelería, frutos secos junto a aromas de fruta blanca madura. Resulta cremoso, con volumen, buena frescura en la boa y un final con cierto amargor que le imprime identidad. 

De las burbujas que elabora Bodegas Eidosela el albariño Eidosela Burbujas del Atlántico Extra Brut (P.V.P 15 €), con nueve meses de crianza. En nariz predominan las notas de fruta de hueso fresca, cítricos y fondo de frutos secos. Un vino fino, amble, con una marcada frescura (también cítrica) y frutal en el paso. 

Los espumosos de Señorío de Rubiós se caracterizan porque son los únicos que se elaboran con mezcla de uvas blancas dentro de la DO. Señorío de Rubiós BN (16 €).

Es una combinación de treixadura y albariño, en su mayor parte, a las que suman loureiro, torrontés y godello, todo uvas autóctonas del Condado de Tea, donde se localiza la bodega. En nariz presenta notas maduras, de fruta de hueso, especias dulces y tostados agradables. Luego, la boca es carnosa, cremosa, con equilibrio y una frescura que permanece en el postgusto. 

De entre los más conocidos no puede faltar el Brut Nature de Mar de Frades (25,30 €), de la bodega del mismo nombre (Mar de Frades), un albariño con más de un año con sus lías en rima, que resulta expresivo y fino. Frutas y flores blancas, nota balsámica y fondo tostado.  Cremoso, jugoso, con frescura cítrica y toque amargo que invita a seguir tomando. 

Luego, la ya famosa firma Paco & Lola ha elaborado por primera vez un espumoso. Se trata del monovarietal de albariño Paco & Lola Brut (32 €), con una crianza de 24 meses y de los de mayor precio de esta selección. Pero lo cierto es que en conjunto es de los sobresalientes. Notas de panadería, fruta blanca (manzana), toques florales y cítricos (limón) junto a un recuerdo mineral. Boca sabrosa, con cuerpo, donde repite las sensaciones aromáticas junto a un frescor herbáceo y una marcada nota salina en el paso. 

Junto a estos dos anteriores –por eso de proceder de firmas muy conocidas–, de la emblemática bodega gallega Martín Códax su Martín Códax Brut Edición Limitada (22 €), en su caso otro monovarietal de albariño con una de las más largas crianzas pues permanece 30 meses con sus lías. Expresivo, aromático: fruta blanca madura, nota ahumada, fondo herbáceo (hierbas aromáticas). En la boca hay estructura, untuosidad, frescura herbácea y persistencia amarga que contribuye a darle recorrido. 

Y para el final uno de los espumosos que sí incluyen añada, lo que quiere decir que está elaborado con uvas de esa cosecha: albariño de 2018. Se trata de Frore de Carme Millésime Brut Nature 2018 (32 €), con 36 meses en rima y de las mejores burbujas de la zona procedente de la bodega familiar Eladio Piñeiro, para el que eligen viñas de maduración tardía. No llegan a 3.700 botellas. Inicialmente vinoso, se muestra intenso en aromas con notas de manzana madura, membrillo, panadería y recuerdos de flores. La boca es muy fresca y sápida hasta el final, pero también encontramos fruta madura y  herbáceos. Final persistente y muy fresco. 

Una selección de ocho etiquetas que se podría completar con unas pocas más, aunque las presentes son una buena representación de los espumosos con calidad que se están haciendo en Rías Baixas.

LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN, EXCLUSIVAMENTE, A UN CRITERIO PROFESIONAL.

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