La uva tinta más borgoñona en cinco vinos españoles
Es la pinot noir, principal de la Borgoña francesa y sinónimo de riqueza aromática, delicadeza, fluidez, elegancia. Eso sí, su adaptación no es sencilla en nuestro territorio
De las uvas más apreciadas en el mundo, la pinot noir se asocia con vinos elegantes pero en España su uso no está autorizado en todas las zonas, entre otras razones porque a causa de sus características no se adapta bien a cualquier región vitivinícola. Porque es una uva bastante delicada, muy sensible a las condiciones climáticas; donde mejor lo pasa es en los lugares fríos, con altitud, que le aseguran bajas temperaturas a la vez que poca humedad y viento. Dado que su brotación es temprana en las zonas más mediterráneas exige que se vendimie pronto porque madura muy rápido. Su nombre es la unión de dos palabras francesas: pine, que significa «piña» y se debe a que los racimos de esta uva son muy apretados y presentan una forma entre cilíndrica y cónica, y noir por ser una variedad negra.
Tinta por excelencia de la Borgoña es además una de las principales en la elaboración de champán, con la que se hacen los blancs de noirs, o lo que es lo mismo, vinos (espumosos) blancos de uvas tintas. En nuestro país la pinot noir aparte de ser protagonista destacada en variedad de tintos es empleada para hacer burbujas rosadas, y en la denominación Cava desde el año 2007 está también admitida para hacer espumosos blancos (es decir, blancs de noirs).
La uva en sí ofrece un color de media intensidad, lo mismo que sucede con la acidez. Lo suyo es la sutileza, la amabilidad, la fluidez, la finura. Elaboraciones con buena carga frutal (fruta roja principalmente como cerezas, fresas, frambuesas…); vinos más aromáticos que estructurados, más delicados que carnosos. Aparte de ser la pinot noir una variedad que se entiende bien con la crianza.
Algunos de los pinot españoles más representativos son los que componen esta selección, con procedencias muy distintas y por ello vinos diferentes. Pero todos monovarietales, y no son demasiados los existentes.
Enrique Mendoza Pinot Noir 2021 (10,20 €) puede considerarse de sus mejores representantes del Levante español. Lo elabora Bodegas Enrique Mendoza, en la DO Alicante, una de las más emblemáticas de la denominación. Se trata de un vino de parcela procedente de viñedos en la ladera del Cabezo de la Virgen de Villena, una montaña que roza los 700 metros de altitud. Ha tenido una crianza de medio año en roble francés y presenta aromas de frutillos rojos frescos, flores, especias dulces, además de recuerdos minerales y tostados. En boca es frutal, amable, con viveza y estructura a la vez que sutil y fluido en el paso.
En el Penedès el aclamado y prestigiado Carlos Esteva firma Ad Fines 2019 (31,50 €) en su bodega Can Ràfols dels Caus. Antes de nada hay que apuntar que la llegada de Esteva a la zona –en concreto a la comarca barcelonesa del Garraf– supuso una revolución porque introdujo nuevas variedades en el viñedo además de novedosos métodos de cultivo para finales de los setenta (él se instala en 1979). Desde entonces, su bodega y sus vinos tienen personalidad propia…la suya. De vuelta el vino que nos ocupa, se trata de un estupendo pinot noir mediterráneo, cuyo nombre responde a una expresión latina que se traduce como «en el confín» pues supone todo un reto, de viñas a unos 300 metros de altitud y que sale únicamente en las añadas que considera las mejores. De viñas viejas de pinot noir, fermenta en barricas francesas donde después tiene una crianza de seis meses. Complejo en nariz, con aromas de sotobosque, bayas silvestres, ahumados, montebajo (balsámicos). Equilibrado, elegante, envolvente, con acidez, sedoso en el paso y final con recuerdos de frutas del bosque.
De las burbujas más destacadas de pinot noir es la que Pablo Ossorio elabora en Bodegas Hispano-Suizas, dentro de Cava pero identificados como «Cava de Requena», y es que el territorio valenciano les imprime identidad. Pero además la justicia ha vuelto a dar la razón a los elaboradores requenenses permitiéndoles emplear la referencia a la zona en la que producen (Requena) en la comercialización de sus espumosos. Y de allí procede Tantum Ergo Rosé 2020 (26 €), un brut nature (es decir, entre 0 y 3 gramos de azúcar por litro) de pinot noir, con una crianza mínima de 22 meses sobre lías, aromático, cargado de fruta roja junto a notas procedentes de esa crianza (frutos secos, especias, panadería, tostados). En la boca es fresco, cremoso, con toques de fruta en licor y buena persistencia.
Bodegas Alta Pavina, bajo la indicación geográfica Vino de la Tierra de Castilla y León, elabora Alta Pavina Citius 2018 (20 €), un monovarietal de pinot noir procedente de La Parrilla (Valladolid), a casi mil metros de altitud, con una crianza de año y medio en roble francés. Es el vino más emblemático de la casa donde conviven expresividad aromática, frescura, elegancia y delicadeza. En la nariz destacan notas de frutos rojos, balsámicos, especias y recuerdos florales, a las que siguen una boca con equilibrada acidez, toques minerales, fluida en el paso y con largo final.
De la poco conocida, ni muy mediática, denominación mallorquina Pla i Llevant este último pinot noir de otra figura reconocida y ‘artista’ vinícola, Miquel Gelabert, un artesano del vino. Vinya des Moré 2016 (18,55 €) es una de las elaboraciones que realiza en Vins Miquel Gelabert, en el municipio de Manacor. Un tinto que ha hecho la fermentación maloláctica en barrica, donde después ha permanecido un año para su crianza. Intenso, con aromas de frutos rojos, fruta madura, ahumados, sotobosque, hierbas aromáticas y recuerdos de especias. En boca es carnoso, equilibrado, envolvente, con carácter frutal, amable, sedoso y persistente en el paso donde reproduce las notas de la nariz.
LOS VINOS SELECCIONADOS RESPONDEN, EXCLUSIVAMENTE, A UN CRITERIO PROFESIONAL.