Siete vinos que estrenan añada en la Ribera del Duero burgalesa
Este lunes, Primero de Mayo, fiesta en casi todo el mundo, es un día estupendo para celebrar. Y estos ‘ribereños’ de altura buenos acompañantes para hacerlo
Hace unas cuantas semanas que al hablar de vinos referimos la importancia que viene adquiriendo en la Ribera del Duero el viñedo burgalés. La razón de peso, la reseñable altitud que tienen gran parte de sus viñedos y por lo que disfrutan de la mejor localización frente al cambio climático. Sin olvidar que son además un gran patrimonio vitícola dada la cantidad de años que tienen muchos de ellos. Zonas límite para el cultivo por las dificultades que conlleva situarse por encima de los 800 metros en muchos casos. Pero a día de hoy territorio en el que no dejan de posarse las miradas.
Pues de estas tierras y con esa altitud proceden estos siete vinos y las uvas con las que están elaborados. Etiquetas en las que se impone el tempranillo (tinta del país) como variedad principal, a excepción de los dos vinos con los que comienza esta selección, pues en el rosado participa casi un 25% de uva blanca, y le sigue un monovarietal de albillo mayor, la única variedad autorizada desde el Consejo Regulador para elaborar sus blancos. Salud y feliz Día Internacional de los Trabajadores, una jornada que merece una buena y gustosa celebración.
Vinos de la Ribera del Duero burgalesa
Pagos de Anguix El Rosado 2022
Anguix y Olmedillo de Roa son los dos pueblos en los que se sítúan los viñedos de Pagos de Anguix, al norte de la Ribera burgalesa. Pagos de Anguix El Rosado 2022 (17,25 €) es el vino que elaboran con un 78% de tinto fino junto a un 22% de albillo mayor de viñedos en altura y todo ecológico. Un vibrante rosado con el que rinden homenaje a los históricos claretes que se hacían en la Ribera del Duero y que consistían en una combinación de uvas tintas y blancas.
El Rosado de Anguix estuvo tres meses en barricas antes de llegar al mercado. Un vino que es expresivo, aromático, amplio, todo fruta roja, frescura, nervio, viveza… que perdura en la boca. Una vitalidad, en definitiva, con la que va a seguir creciendo en botella y al tiempo domando ese nervio. Por tanto, jugoso si lo disfrutas ahora y sorprendente si lo dejas reposar unos meses más. Y en esa espera, recurrir a la añada anterior (El Rosado 2021) es muy buena opción porque se encuentra en un estupendo momento de consumo.
La Retama 2020
El blanco lo firma Bodegas Balbás, en La Horra y una de las casas familiares históricas de la Ribera del Duero –data de 1777– que, aseguran, participó en la creación de la denominación de origen. La Retama 2020 (37,60 €) es uno de sus vinos parcelarios. Procedente de la finca La Retama, de producción limitada, fermentado en barrica y que ha tenido una crianza de un año en roble francés previa estancia en hormigón con sus lías. Elaborado exclusivamente con albillo mayor plantado a unos 800 metros de altura, muestra aromas de fruta de hueso madura, notas cremosas y un fondito tostado. En la boca resulta untuoso y sabroso, tiene una fina frescura además de ligeros toques almibarados.
Áster El Espino 2020
Los dos siguientes tintos son estrenos en sus respectivas casas. Áster El Espino 2020 (33 €) es un vino de finca de la bodega Áster. Procede de una selección de parcelas de esa amplia finca en la que reúnen 87 hectáreas de tempranillo, a una altitud de 800 metros. El nombre de El Espino responde a que es de esa parcela de donde proceden la mayor parte de las uvas con las que ha sido elaborado. La mitad del vino hizo la fermentación maloláctica en roble francés de segundo uso, a lo que siguió una crianza de un año en barricas también francesas ya de todo el vino. El resultado, un tinto aromático, donde destaca la fruta negra (ciruela), aromas de café, caramelo, especiados y florales junto a un fino recuerdo balsámico. Muy fresco en la boca, vibrante, con cuerpo, noble tanino y buena persistencia.
Legaris Gumiel de Mercado 2019
De la vallisoletana bodega Legaris es el siguiente vino, elaborado con uvas del pueblo burgalés de Gumiel de Mercado y nueva incorporación a su colección ‘Vinos de Pueblo’. Legaris Gumiel de Mercado 2019 (35 €) es otro de sus vinos de altura. Nace en viñas situadas a 910 metros, sobre suelos muy pobres, en este pequeño pueblo donde se localizan algunos de los viñedos en altitud más valorados de la zona.
Hay que recordar que en Gumiel hay un afamado barrio histórico con más de cien bodegas subterráneas y 69 lagares. Este Gumiel de Mercado 2019 es un tempranillo con una crianza que ronda el año en barricas. De él salen algo más de 3.800 botellas. Un vino expresivo, amplio, carnoso, con notas de fruta negra madura, especias, tostados, aromas cremosos y una boca elegante, fina, pero con un firme tanino y buena frescura. El músculo por el que seguirá creciendo en la botella.
La colección Vinos de Pueblo de Legaris reúne vinos elaborados con tempranillo y marcados por la singularidad de los pequeños municipios en los que nacen, altitud incluida. Una colección con la que su artífice, Jorge Bombín, demuestra las diferentes maneras en que se expresa la misma variedad en función del pueblo del que procede y con ello la riqueza y diversidad que hay en la Ribera del Duero.
Finca la Mina 2018
Entre los vecinos de este pueblo burgalés también se cuenta la bodega Pradorey cuyos vinos elabora exclusivamente con uva propia, pues disponen de 520 hectáreas en propiedad y Finca la Mina 2018 (24 €) es el reserva de la familia, procedente del único pago del que recibe el nombre, situado entre 800 y 820 metros sobre el nivel del mar. Un tempranillo fermentado en madera y con una posterior crianza de 14 meses en roble francés. El resultado, un tinto elegante, aromático y con vida por delante en el que predominan aromas de fruta madura, compotados, notas especiadas, balsámicos y recuerdos ahumados. Sensaciones que se reproducen en la boca, donde también resulta untuoso y con un paso sedoso.
Bosque de Matasnos Edición Limitada 2018
El siguiente tempranillo procede del pueblo burgalés de Peñaranda de Duero donde se localiza Bosque de Matasnos, la bodega que lo firma y cuyas viñas se encuentran a 950 metros. Se trata de un vino que solo elaboran cuando consideran que la añada es excepcional, Bosque de Matasnos Edición Limitada 2018 (40 € aprox), y de hecho no salió en las dos cosechas anteriores. Éste lleva menos de un año en el mercado y tiene una crianza de un año en barricas francesas. Intenso, potente y elegante, presenta aromas de fruta negra madura, cacao, notas balsámicas, de especias e hierbas aromáticas. Con un tanino pulido y largo recorrido.
Como curiosidad, contar que el nombre de la bodega se debe a que en los sesenta morían en el referido bosque cantidad de asnos debido al esfuerzo de cargar, en unas condiciones climáticas extremas, con la madera de los árboles deforestados de la zona.
López Cristóbal La Linde 2021
Por último, el más joven de esta selección que elaboran en Bodegas López Cristóbal, vecinas de Roa de Burgos, su López Cristóbal La Linde 2021 (9,75 €) otro tempranillo con un pequeño porcentaje de la francesa merlot, de viñas a 770 metros, y que ha permanecido tres meses en roble francés. Un vino intenso en el que destacan las notas de frutillos del bosque junto a toques florales y especiados. En la boca resulta sabroso, fresco y con una persistencia frutal.
Los vinos seleccionados responden exclusivamente a un criterio profesional.