Denominaciones que buscan su espacio y cuatro vinos que las representan bien

En España se cuentan por decenas las denominaciones de origen existentes (concretamente 101 entre DDOO y VT –Vinos de la Tierra–), pero  la fuerza y presencia la tienen las cuatro ‘erres’ por todos conocidas (Rioja, Ribera del Duero, Rueda y Rías Baixas). Porque la realidad es que es difícil competir con su capacidad de posicionamiento en muy distintos mercados. Dicho esto, también es verdad que hay otras tantas que no le van a la zaga, si bien tienen una producción en botellas mucho más limitada lo que sin duda les condiciona bastante el hecho de contar con esas fuerza y presencia mencionadas (que disfrutan ‘las R’s’).

Lo importante para el consumidor es que hay muchísima vida vinícola más allá de la que acontece en esos territorios más famosos (siempre valores refugio), y son bastantes las pequeñitas zonas que poco a poco van consiguiendo cierto eco como dignos competidores desde la singularidad y con calidad, que también la tienen. Además, zonas que aunque reducidas cuentan con denominaciones de origen propias. He aquí cuatro de ellas tres de las cuales tienen el mérito de intentar ganar su espacio dentro de grandes comunidades autónomas en las que compiten con una cantidad importante de DDOO con larga tradición y prestigio. 

DOP Arlanza (Castilla y León)

Es el caso de Arlanza, una de las más pequeñas y jóvenes de su región y por eso de las que hace poco ruido… sin olvidar lo dura que es la competencia vinícola en el territorio castellano leonés. Se crea hace 17 años y es vecina de Ribera del Duero, ¡para más inri! Ocupa el centro de la provincia burgalesa y llega al sureste de Palencia, y se vertebra en torno al río que le da nombre, el Arlanza. Reúne un total de 450 hectáreas de viñedo, muy parcelado y la mayoría en manos de proyectos familiares y pequeños. Se caracteriza por climas extremos, con contrastes términos entre el día y la noche; sus viñas se localizan en altura, a partir de los 850 metros (lo que favorece la frescura y acidez en los vinos) y la tempranillo es su variedad principal, al igual que en su denominación vecina. 

El Temido 2014

Precio: 27 euros

Este primer vino tinto es un monovarietal de tempranillo de la bodega Sabinares y Viñas, un joven proyecto que nace de la amistad de cuatro profesionales del vino (Luis Martin, David González, Béquer Prieto y Juan Antonio Leza). De viñedos antiguos recuperados en el paraje natural de los Sabinares del Arlanza, tuvo una crianza de un año en barrica y huevo de hormigón. Un vino expresivo, con destacados aromas de fruta negra madura, especias, notas balsámicas y toques ahumados. Con cuerpo en la boca, equilibrio y longitud en el paso. Los suyo son todo producciones limitadas y elaboraciones especiales por personales.

DOP Cangas (Asturias)

Lo primero que puede definir a la única denominación vinícola asturiana es la viticultura heroica que en ella se practica. Pero también que es una gran desconocida porque además es muy pequeñita; a día de hoy la componen ocho bodegas. Aunque se trata de un territorio que puede presumir de singularidad porque sus vinos son de alta montaña, con buena parte del viñedo situado en pronunciadas pendientes y uvas que reciben la influencia directa del Atlántico.

Su zona de elaboración se encuentra en el suroccidente asturiano, en los valles de los ríos Navia y Narcea, y limita al oeste con la provincia de Lugo y al sur con la leonesa. La denominación tiene tan solo siete años y en las variedades autóctonas tiene otra de sus señas de identidad más relevantes. Las cuatro principales, por abundantes y con una media de 80 años de edad, verdejo negro, albarín negro, carrasquín y el albarín blanco, conocido como ‘blanco lexítimo’. No alcanzan todavía las cien hectáreas y, al abrigo de la Cordillera Cantábrica, disfrutan de un microclima que les supone más horas de sol y menos lluvia que en el resto de Asturias. En el suelo, pizarras y esquistos. En general, vinos frescos, con acidez, salinos y poco grado. 

Valdemonje Verdejo Negro 2020

Precio: 19 euros

El Monasterio de San Juan Bautista de Corias (1044), hoy Parador Nacional, es determinante en la historia de los vinos asturianos, y ahora da nombre a su bodega más potente, Monasterio de Corias. Éste es uno de sus monovarietales más destacados, procedente de viñas centenarias de verdejo negro sobre suelos de pizarra y con doce meses de crianza en roble francés. Salen finos aromas de fruta roja, monte bajo y flores, y continúa con una boca fresca, jugosa, muy frutal y fluida en el paso.

DOP Pla de Bages (Cataluña)

De nuevo, otra denominación que tiene que abrirse hueco en una región en la que abundan también las DDOO. Por eso infinita la competencia y otro gran lío de cara al consumidor. Pla de Bages está en la provincia de Barcelona, en la comarca del Bages y frontera con la denominación Penedès. A día de hoy cuenta con 17 bodegas (casi todas familiares) pero aseguran que a finales del siglo XIX este territorio era el que más viñedos tenía en Cataluña. En su abanico varietal hay convivencia de uvas autóctonas tintas y blancas con diversas variedades francesas. En cuanto al clima es continental mediterráneo, de media montaña, con bajas precipitaciones, fuerte oscilación térmica, y suelos por lo general arcillosos y calcáreos. 

Abadal Picapoll 2022

Precio: 13,90 euros

En este caso se trata de un singular vino blanco elaborado por Bodegas Abadal (de las firmas más destacadas de la denominación) y que pone en valor una variedad minoritaria y originaria del territorio como es la picapoll. Fue el primer vino elaborado con esta uva que llegó al mercado, y una referencia que se caracteriza por su singularidad. Con una leve crianza de tres meses sobre lías. Amplio, fresco, con aromas de fruta exótica y de hueso, junto a recuerdos de hierbas aromáticas y florales. Con cuerpo y viva frescura en la boca.

DOP Uclés (Castilla-La Mancha)

Los dominios de esta última denominación se localizan entre las provincias de Cuenca y Toledo si bien la mayor parte de sus viñas están en el pueblo conquense de Tarancón. En su caso se trata tan sólo de cinco bodegas las que por ahora conforman esta pequeña DO nacida en 2006. También en sus viñedos comparten protagonismo un amplio repertorio de variedades nacionales con las más populares francesas, aunque es la cencibel (el nombre de su tempranillo) la que se impone entre las tintas. Por último, apuntar que disfruta un clima continental, con no demasiadas lluvias al año y donde los periodos secos caracterizan la época estival, lo que sin duda influye en sus viñas y se refleja en los vinos. 

Quinta de Quercus 2019

Precio: 14,90 euros

De nuevo un tinto, se trata de uno de los importantes de la zona. Es el baluarte de Bodegas Fontana, una de las casas más destacadas de la denominación. Este Quercus es un tempranillo que ha permanecido doce meses en barricas francesas y americanas. En el origen, uvas de más de 30 años escogidas de las mejores parcelas de la bodega, a 800 metros de altura y sobre un suelo calcáreo y pedregoso. El resultado, un tempranillo expresivo y potente, con aromas maduros de frutillos del bosque, especiados, hierbas aromáticas y finas notas de su paso por barrica. Sabroso, con estructura en la boca y agradable en el recorrido. Buena persistencia.