Planes en torno a la mesa para quien se queda en Madrid
Opciones que además pueden ser complemento de las semanas verbeneras que vive la capital
En esta jornada festiva nacional que es el 15 de agosto, Madrid está inmersa en la celebración de sus populares fiestas de la Virgen de la Paloma, la más destacada y grande de las que se vienen encadenando estos días; empezó con San Cayetano, han seguido las de San Lorenzo y las de la Paloma terminarán este próximo fin de semana. Hasta entonces la zona del centro capitalino será un ir y venir de gente, locales y visitantes, porque las verbenas de verano son grandes puntos de encuentro.
Pero en la ciudad siguen siendo variadas las alternativas para quien no sea practicante ni aficionado de tan arraigadas y tradicionales celebraciones. Planes para cuando cae la tarde y se apacigua el calor, pero también ideas para hacer cosas que salgan de la rutina habitual. Porque también en Madrid se pueden hacer vacaciones.
Brunch dominical
A priori seguro no les suene novedoso por eso de ser un brunch, pero en esta ocasión es una propuesta de inspiración mexicana. Y es que su artífice es el mexicano Juan Matías, cocinero al frente de Iztac (Plaza de la República de Ecuador, 4) y restaurante reconocido como uno de los mejores de gastronomía mexicana de la ciudad. Por eso en su brunch invita a un viaje por los sabores más auténticos de su país natal, elaboraciones que entran primero por la vista por coloridas y llamativas.
Lo mejor de su brunch es que se puede personalizar acorde a los gustos del cliente, pues están los que no renuncian bajo ningún concepto a su pieza de bollería y la pueden tener también. Aunque lo suyo es animarse a probar los huevos rancheros, las quesadillas de maíz, las chilaquiles (tortillas de maíz cortadas en triángulos, la mayoría de las veces fritas y bañadas de salsa picante) o la cochinita pibil y acompañarlo con unos (cócteles) margaritas. ¿Se puede ser más rompedor? Es una propuesta inicial para los domingos de verano, de 11 a 15.30 horas, que parece van a extender hasta el otoño. Eso sí, es imprescindible reservar en la web del restaurante o a través de su teléfono (910 090 235).
En una lujosa terraza
Un clásico del verano en Madrid son sus terrazas con el valor añadido de las que ofrecen vistas o se localizan en lugares que suponen un atractivo en sí mismo. Y la de Numa Pompilio (Velázquez, 18) es una de ellas, uno de los espacios interiores más bonitos para comer o cenar en la ciudad. Ahora propiedad del Grupo Paraguas, donde desarrolla una propuesta de cocina italiana, desde sus orígenes (pues ha tenido varios propietarios) ha sido una de las mejores, más bonitas, elegantes y apetecibles terrazas de la capital. Con una estética y decoración cuidadas hasta el más mínimo detalle, sentarse en Numa Pompilio es llegar a un oasis, sin ruidos y estupenda temperatura gracias a la cantidad de vegetación que lo acompaña y viste. Sin dudarlo, el sitio ideal para quien busque una velada con cierta intimidad.
A pie de campo
La Casa de Campo es otro de los lugares recurrentes en estos meses del año por el microclima que ofrece y con ello los diversos locales que se han ido concentrando en la zona. En plena naturaleza y bordeando el lago, este pulmón madrileño se han convertido en lugar de encuentro principal en cualquier época del año pero es en verano cuando los restaurantes aquí reunidos viven su mejor temporada. Entre los que destaca Villa Verbena, con los chefs de TriCiclo entre sus propietarios e ideólogos y a lo que debe gran parte de su rotundo éxito. En la mesa una cocina reconocible y bien elaborada, y el lugar un plan para también disfrutar con los más pequeños de la familia.
No muy lejos de aquí también está LaFinca Grand Café, el complejo abierto hace menos de un año en la localidad de Pozuelo de Alarcón (Av. de Luis García Cereceda, 5) y lujoso centro comercial en el que confluyen varios restaurantes. Algunos de ellos con mesas al pie del lago y vistas al campo de golf y la sierra de Madrid. Es el caso de Mena, un gran espacio en el que combinan alta restauración con ocio pues permanece abierto a lo largo de toda la jornada. En su cocina mandan la parrilla para las carnes y el horno de leña -traído desde Nápoles- en el que preparan las pizzas, otro de sus reclamos. A partir de media tarde es de los locales de referencia para tomar una copa… en ocasiones acompañados de música en directo.
Un momento helado
Porque quien se considere un amante de los helados y del yogur griego tienen una nueva dirección en el barrio de Salamanca. Se trata de la heladería griega Myka (Calle Ortega y Gasset, 44) en un espacio acorde con la estética tradicional de las islas de este país europeo. La receta: kéfir, yogur griego y una veintena de toppings para acompañar (aceite de oliva, miel artesana, frutos secos, naranja amarga, frutas confitadas, pistacho…). Todo elaboraciones suaves y cremosas, sin aditivos, con ingredientes naturales y frescos. Preparan también algún sorbete con frutas de temporada.
Referencia en las alturas
Porque la recoleta terraza del lujoso hotel Urban (Carrera de San Jerónimo, 34) fue el primer rooftop de hotel con vistas de la capital y donde se daba cita todo el que quería ver y ser visto. Si bien ahora se ha multiplicado y mucho la competencia, la azotea del Urban continúa siendo una referencia para un tardeo en la ciudad, donde contemplar el atardecer desde el centro de Madrid mientras bebemos y picamos algo (croquetas, bocata de calamares con emulsión de ajo, ceviche cítrico, mini hot dogs de pulpo y kimchee casero, etc.). La batuta gastronómica la llevan en esta nueva etapa los jóvenes cocineros del albaceteño Cañitas Maite (Javier Sanz y Juan Sahuquillo), quienes también dirigen el restaurante del Urban, Cebo.
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