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Gastronomía

Descubre cual fue el primer plato que nos enseñó a cocinar Arguiñano en televisión

El chef vasco hizo su debut televisivo con una receta con ingredientes de temporada sencilla, económica y sabrosa

Descubre cual fue el primer plato que nos enseñó a cocinar Arguiñano en televisión

Revuelto de ajetes. | Nestlé Cocina

Karlos Arguiñano es uno de los chefs más queridos y reconocidos de la televisión en España. Desde el inicio de su carrera en la pequeña pantalla, allá por 1991, ha mantenido su lugar como referente de la cocina casera. Con su estilo cercano, simpático y siempre acompañado de un chiste o comentario ocurrente, Arguiñano ha conquistado a generaciones de espectadores, enseñando que cocinar no tiene porque ser complicado y que con ingredientes económicos se pueden crear platos cuyo resultado sea digno de un restaurante.

El plato con el que Karlos Arguiñano debutó en televisión y marcó el inicio de su prolífica carrera como el chef más famoso de la pequeña pantalla fue el revuelto de ajetes. Un plato sencillo, económico y sabroso ideal para quienes disfrutan de los sabores frescos y los productos de temporada.

Revuelto de ajetes. 
Unsplash
Revuelto de ajetes. Unsplash

El revuelto de ajetes

El revuelto de ajetes no es solo el primer plato que Karlos Arguiñano cocinó en televisión, sino también una muestra clara de su filosofía culinaria, basada en aprovechar al máximo los productos frescos y de temporada. Así el cocinero optó por una receta sencillas pero deliciosa.

El revuelto de ajetes es la clara demostración de que los platos de Karlos Arguiñano no pasan de moda, ya que actualmente se puede encontrar como primer plato en muchos restaurantes. Además, debido a las pocas calorías que contienen los ajetes se convierte en una receta ideal para una comida rápida y ligera, pero llena de sabor.

Primera receta de Arguiñano: revuelto de ajetes

Ingredientes necesarios

Los ingredientes básicos son para hacer un revuelto de ajetes para unas cuatro personas son: un manojo de ajetes tiernos (ajetes frescos o cebolletas jóvenes), cuatro huevos frescos, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal al gusto y un toque de pimienta negra molida.

Preparación del plato

Mise-en-place

El primer paso para preparar este delicioso revuelto es limpiar bien los ajetes. Se trata de brotes jóvenes del ajo que se distinguen por su sabor suave y algo dulce, pero manteniendo ese toque aromático característico del ajo. Tendrás que lavar los ajetes bajo el grifo de agua fría para eliminar cualquier resto de tierra que puedan tener, y después sécalos con un paño limpio.

Ajetes. 
Unsplash
Ajetes. Unsplash

Una vez limpios, córtalos en trozos de aproximadamente de uno a dos centímetros. Es importante utilizar la parte más tierna de los ajetes, que es la zona blanca y verde clara, desechando las puntas más oscuras y fibrosas, que pueden resultar duras al masticar. En una sartén amplia, calienta un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Cocinado

Una vez que el aceite esté caliente, añade los ajetes cortados y sofríelos a fuego medio. Removiendo lentamente para que no se peguen, puesto que el objetivo es que los ajetes se ablanden y adquieran un tono ligeramente dorado, pero sin llegar a quemarse, lo que podría amargar el plato. Los ajetes tienen que está en el fuego entre cinco y siete minutos.

Mientras los ajetes se cocinan, bate los huevos en un bol aparte. Añade una pizca de sal, y si te gusta, un toque de pimienta negra molida para darle un poco más de sabor a la receta. El truco para conseguir un revuelto cremoso y jugoso está en no batir demasiado los huevos, solo lo justo para que las yemas y las claras se mezclen.

Cuando los ajetes estén bien sofritos, baja el fuego al mínimo y vierte los huevos batidos sobre los ajetes en la sartén. Aquí es donde entra en juego la destreza de cada cocinero. Para que los huevos queden jugosos y no se sequen, es importante remover constantemente la mezcla con una espátula de madera o una cuchara, siempre a fuego lento.

Toque final

El revuelto debe cocinarse lentamente, con movimientos suaves para que los huevos cuajen de manera uniforme pero mantengan una textura cremosa. Este proceso dura unos pocos minutos. El truco consiste en retirarlo del fuego justo antes de que los huevos estén completamente cuajados, ya que con el calor residual de la sartén seguirán cocinándose durante unos segundos más.

Una vez que el revuelto de ajetes esté listo, sírvelo de inmediato antes de que el huevo se cuaje. Es recomendable servirlo como plato principal acompañado de una rebanada de pan crujiente o como guarnición de otros platos más contundentes. Su versatilidad lo convierte en una opción ideal tanto para el desayuno, el almuerzo o la cena.

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