De Rioja y Ribera del Duero, seis vinos con entidad que nunca fallan
Desde las dos zonas más influyentes del panorama vinícola nacional, seis tintos que siempre resultan un valor seguro
Es inevitable no tener en mente las fechas en que nos encontramos y es una de las razones que justifican esta selección de vinos. Grandes elaboraciones, prestigiadas, reconocidas en su trayectoria y con el aval de las importantes bodegas que están detrás. Además, se trata de seis tintos procedentes de Rioja y Ribera del Duero, los dos únicos territorios vinícolas que pueden presumir de fidelidad (¡todavía!) entre los consumidores.
Con la uva tempanillo como uva principal en los seis, son vinos considerados referentes y alguno incluso reconocido como clásico por la historia que ya tiene a sus espaldas. Lo que comparten en su definición es que tienen una calidad incuestionable y son etiquetas que nunca fallan, por lo que cualquiera de ellos es recomendable para acompañar las celebraciones navideñas que mañana inauguramos.
Como en tantas ocasiones sucede, podrían ser bastantes otros los que los acompañasen, pero no es menos cierto que los elegidos son buenos abanderados (desde esa calidad) de sus territorios de procedencia y del perfil de vinos de que se trata, los seis en una gama alta. En cualquier caso tintos muy ricos -¡lo más importante!-, por eso con capacidad para satisfacer los gustos más variados, aparte de enfrentar sin achicarse la contundencia de muchos de los platos que en estos días tendremos en la mesa.
Por cierto, cada uno de ellos se presenta junto al que podría considerarse como su (vino) hermano mayor… ¡Para quien se pueda animar, feliz Navidad!
Seis vinos con entidad para Navidad
Prado Enea Gran Reserva 2016
Precio: 75 euros
Es uno de los tintos top de la riojana Bodegas Muga, una combinación de tempanillo con en torno a un 20% restante de garnacha, mazuelo y graciano, esto es, la mezcla tradicional de los vinos riojanos. Procede de los viñedos que más tarde se vendimian, sobre suelos arcillo-calcáreos y aluviales; fermenta en tinos de roble y tiene una crianza de 36 meses en barricas francesas y americanas. Porque es esta una de las señas de identidad de la casa, el hecho de que todas las fermentaciones y crianzas se realizan en madera.
Y Prado Enea es un ejemplo de éxito de la larga crianza porque además, tras ser embotellado, permanece otros tres años reposando en la bodega antes de salir al mercado. Un tinto elegante, potente, expresivo, cono notas de frutillas rojos y negros, especias dulces y recuerdos tostados. Continúa en una boca con volumen cremosa, donde muestra una frescura armoniosa y textura sedosa (tanino pulido). Muy largo en el paso y con capacidad de guarda.
El súper top de la casa es Aro 2021 (270 euros), un tinto que sólo elaboran en las añadas que consideran especiales y se compone de tempanillo y un 30% de graciano de viñedos propios de más de 60 años.
Aalto 2022
Precio: 39 euros
Con una estupenda relación calidad-precio, este tinto es una de las mejores etiquetas de la Ribera del Duero obra del reconocidísimo enólogo Mariano García, en la vallisoletana Bodegas y Viñedos Aalto. Se trata de un monovalente de tinto fino (tempanillo), en su mayoría de viñas muy viejas de viñedos localizados en nueve municipios diferentes de Burgos y Valladolid. Un vino con 17 meses de crianza en barricas de roble francés y americano. Intenso y franco en aromas, con presencia destacada de fruta roja, notas espaciadas, balsámicos, florales y fondo mineral. En boca es amplio y envolvente, elegante, con una fresca acidez y larga persistencia.
En esta bodega el hermano mayor es Aalto PS 2022 (89 euros), procedentes de “Pagos Seleccionados”, a lo que responden las letras PS de su nombre. También de tempanillo, de viñas de más de 60 años, sólo sale en las cosechas cuya calidad consideran excepcional.
Viña Ardanza Reserva 2017
Precio: 28,5 euros
Se trata de uno de los reservas de referencia y más laureados entre las elaboraciones riojanas, convertido en emblema a nivel internacional, y cuya larga crianza equivaldría a la de un gran reserva. El nacimiento de Viña Ardanza se fecha en 1942 cuando aparecía la primera añada del que iba a convertirse en buque insignia de La Rioja Alta, una de las casas emblemáticas de Haro (Logroño). Un tinto que representa muy bien lo que ha sido este territorio desde el punto de vista vinícola, un vino de mezcla de parcelas y uvas, en su caso de tempanillo con un 20% de garnacha.
Después cada variedad tiene un tiempo de crianza en roble americano, la tempanillo 36 meses y la garnacha 30, a lo que sigue tres años de botellero. Un rioja elegante, intenso en aromas, expresivo, con notas de frutillas, frutas rojas, especias, toques balsámicos, recuerdos de bombón y tabaco. Boca con estructura, sabrosa, con buena frescura, equilibrio, paso fluido y un largo final donde aparecen sensaciones amables de su crianza.
Después, en la gama alta se sitúa uno de los considerados entre los vinazos del país, el Gran Reserva 890 (180 €), en la actualidad en la añada 2010. Tempanillo con un 2% de mazuelo y otro 3% de graciano de viñedos propios, con un envejecimiento de seis años en barrica americana.
Pago de Santa Cruz 2021
Precio: 54 euros
Hermanos Sastre, en la pueblo de La Horra, es una de las grandes bodegas y veteranas de la Ribera burgalesa. Una familia de larga tradición vitícola, viticultores en origen y sobre todas las cosas, como le gusta recordar siempre a Jesús Sastre, enólogo y director general de esta casa en la que distinguen sus elaboraciones entre vinos de pueblo y vinos de parcela, pero todos fruto de una agricultura ecológica.
Este Pago de Santa Cruz forma parte de los segundos pues su nombre se corresponde con la parcela de la que procede. Es un monovalente de tempanillo de un viñedo de 80 años situado en las laderas del Duero, a más de 810 metros de altitud sobre suelos arcillo-calcáreos. Con una crianza de año y medio en barricas nuevas de roble americano resulta un tinto aromático, complejo, de taninos maduros y con largo recorrido. En nariz presenta notas de fruta roja madura, en confitura, balsámicos, especias dulces y recuerdos florales. Amplio en la boca, sabroso, con noble tanino, buena acidez, recuerdos de fruta y final de larga persistencia.
En esta casa es Pesus 2018 (375 euros) la referencia premium para tirar la casa por la ventana. Un tempanillo de viñas de más de cien años que complementan con un 10% de cabernet sauvignon y un 5% de merlot. En su caso, la crianza la realiza en roble francés.
Marqués de Riscal Gran Reserva 2018
Precio: 57 euros
De vuelta a Rioja, en esta ocasión a la rioja alavesa (pueblo de Elciego), este gran reserva de Herederos del Marqués de Riscal, que elabora esta prestigiosa bodega desde su fundación en el siglo XIX, es un buen representante del clasicismo riojano. Un vino atemporal cuyas mejores añadas aguantarán en botella durante décadas… como bien demuestran muchas de las referencias que se conservan en el botellero histórico de la casa.
Procede de viñedos de más de 80 años, con la uva tempranillo como variedad principal, y tuvo una crianza de 28 meses en barricas de roble francés, a la que siguieron tres años más en botella hasta su comercialización. Un tinto donde hay complejidad, potencia, equilibrio. Nariz expresiva, con aromas frutales, de monte bajo y notas tostadas. A continuación es musculoso en la boca, cremoso, con un tanino presente, pero no molesto, y largo recorrido al que regresan las sensaciones especiadas.
En la casa la joya de la corona es Barón de Chirel 2019 (110 euros) cuya primera añada nacía en el año 86 y que procede de la selección de uvas de viñas muy viejas, de entre 80 y 110 años de edad. El coupage es una combinación de 70% tempranillo y un 30% de otras, que se corresponde con la diversidad de variedades que convivían en origen en los viñedos. Se puede decir además que fue el pistoletazo de salida para que en la zona se empezaran a hacer vinos de alta gama que las bodegas comenzaron a incorporar a sus clásicos.
Alión 2020
Precio: 90 euros
Tiene el mismo nombre que la bodega en la que se elabora, Bodegas Alión, vecina de la milla de oro de la Ribera del Duero y a poca distancia de la casa madre y hermana, la emblemática Vega Sicilia. Porque Alión nacía en 1991 con la idea de crear un ribera moderno, de calidad pero más ‘accesible’ en comparación con los Único (de Vega Sicilia). Y lo cierto es que con el tiempo se ha convertido en una buena forma de tomar contacto con esta familia vinícola, si bien es una vía de entrada por otra puerta bien grande. Porque Alión es un gran vino desde todos los ángulos, elaborado con viñedos propios si bien comparte equipo enológico con Vega.
Se trata de un tempranillo de viñas con una edad media de 40 años, de pagos seleccionados en municipios de la zona, con una crianza de un año en barricas de roble (en torno a un 14% americanas) y depósitos de cemento. Un tinto expresivo y poderoso, balsámico, con aromas de monte bajo, frutillos rojos y destacado carácter especiado. Jugoso y con estructura en la boca, carnoso, con reseñable frescura y larga persistencia. A primeros de año saldrá la siguiente añada pero en este momento esta 2020 está para disfrutar, ahora y por unos cuantos años más.
Aunque resulte obvio por lo ya explicado, reiteramos que el capricho se localiza en Vega Sicilia, ya sea con Único 2014 (415 euros aprox.) o con Valbuena 5º Año 2019 (190 euros). Y es que en Bodegas Alión sólo elaboran a nuestro protagonista.
Los vinos seleccionados responden, exclusivamente, a un criterio profesional y de calidad.