Pudín o tostas de aceite de oliva: el aperitivo de Dabiz Muñoz y Pepe Rodríguez con pan duro
Con estas dos recetas de aprovechamiento estos famosos cocineros prepararan dos tentempiés

Pudín. | (Canva)
En el mundo de la alta cocina, el ingenio no se limita a ingredientes exóticos o técnicas vanguardistas. A veces, lo más revolucionario está en lo más cotidiano como un buen aperitivo. Así lo han demostrado dos de los chefs más mediáticos y admirados de España, Dabiz Muñoz y Pepe Rodríguez.
Puede que no se trate de un plato de alta cocina con ingredientes exóticos ni de una técnica molecular sofisticada, pero las tostas de pan con aceite o el pudín de pan duro tienen algo que muchos platos de autor no pueden ofrecer aprovechar un ingrediente que ya no vamos a consumir. ¿El resultado? Dos recetas sencillas y deliciosas que convierten las sobras en auténticos manjares.

Pan duro
El pan ha sido, durante siglos, un alimento básico en la dieta mediterránea. Sin embargo, también es uno de los productos que más se desperdicia. Muchas veces, al endurecerse tras uno o dos días, se desecha sin pensar en su potencial gastronómico. En respuesta a este problema común, chefs como Muñoz y Rodríguez reivindican la cocina de aprovechamiento, donde nada se tira y todo se transforma.
Este enfoque no solo refleja una conciencia ecológica y económica, sino que también rescata técnicas tradicionales que durante generaciones han permitido sacar el máximo partido a los ingredientes más simples, creando un aperitivo delicioso.
Tostas con aceite de oliva: el aperitivo de Pepe Rodríguez
Pepe Rodríguez, chef del restaurante El Bohío y jurado de MasterChef, apuesta por una de las fórmulas más clásicas y efectivas para reutilizar el pan duro: las tostas. «El pan duro, bien cortado y tostado en el horno, puede convertirse en un aperitivo riquísimo con solo un buen aceite de oliva virgen extra encima», señala el cocinero.
La clave está en cortar el pan en rebanadas finas, colocarlas sobre una bandeja de horno y hornearlas a temperatura media hasta que queden doradas y crujientes. Una vez fuera del horno, se añade un buen chorro de aceite de oliva virgen extra —preferiblemente de calidad, aromático y con carácter—. Estas tostas pueden servirse solas, como un snack rápido, o acompañadas de tomates cherry, queso curado, aceitunas, embutidos o cualquier otro ingrediente al gusto.
Dabiz Muñoz y el pudín como aperitivo
Por su parte, Dabiz Muñoz, el chef madrileño galardonado con tres estrellas Michelin por su restaurante DiverXO y conocido por su cocina transgresora, ofrece una visión algo más elaborada, pero igualmente práctica: el pudín de pan duro.
El pudín es un clásico de la repostería tradicional, y su origen está precisamente en la necesidad de aprovechar el pan seco. Muñoz lo reinventa con un toque contemporáneo, mezclando sabores y texturas. La base de su receta es simple: pan duro, leche, huevos y azúcar. A partir de ahí, las variaciones son infinitas. Se puede añadir canela, ralladura de limón, frutos secos, chocolate, frutas deshidratadas o incluso un toque de licor para aromatizar.
La preparación consiste en remojar el pan en leche hasta que esté húmedo, añadir los huevos batidos con azúcar y los aromatizantes deseados, y verter la mezcla en un molde previamente caramelizado. Luego, se hornea al baño maría hasta que el pudín cuaje. El resultado es un postre suave, dulce y reconfortante, ideal para acompañar un café.
Cocina de aprovechamiento
Reutilizar el pan duro es apenas un ejemplo de lo mucho que se puede hacer con sobras o ingredientes olvidados en la despensa. Croquetas con restos de carne, sopas con verduras o tortillas con legumbres del día anterior, la cocina de aprovechamiento no solo reduce residuos, sino que también recupera el sabor de lo auténtico, de las recetas de abuela, del ingenio popular.
En tiempos en los que la gastronomía busca reconciliarse con la tierra, el entorno y el bolsillo del consumidor, propuestas como las de Pepe Rodríguez y Dabiz Muñoz son más que una moda: son una declaración de principios. Porque en la cocina, como en la vida, lo más humilde puede ser también lo más extraordinario. Y la próxima vez que tengas pan duro en casa, ya sabes: no lo tires. Dale una segunda vida. Porque, como han demostrado estos chefs, el sabor está en lo que sabemos transformar.