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Gastronomía

Cinco vinos con la garnacha como uva principal llegados de Rioja, Almansa, Toledo y Cebreros

Sigue siendo uno de los varietales tendencia para toda clase de vinos, razón por la que no deja de ser protagonista

Cinco vinos con la garnacha como uva principal llegados de Rioja, Almansa, Toledo y Cebreros

Finca la Verdosa, origen de los vinos de Arrayán.

Con marcadas diferencias de carácter dependiendo del lugar del que proceda, la garnacha ha conquistado al consumidor gracias a las estupendas elaboraciones que está protagonizando fruto del trabajo de la nueva generación de enólogos y viticultores, responsables últimos de su cambio de imagen. Porque la garnacha ha dejado de ser esa variedad asociada en otro tiempo a vinos con poca entidad, rudos, alcohólicos y sin capacidad de evolución para convertirse en la uva que todo el que puede quiere tener y elaborar. De hecho no paran de aumentar sus plantaciones, allí donde se permite, y tampoco dejan de aparecer referencias que la tienen como principal en cualquier tipo de vino (tranquilos y espumosos; blancos, rosados y tintos). 

Aragonesa de origen, como certifican los estudios más recientes, su cultivo se ha extendido por el extenso viñedo español y por supuesto mundial. En lo que nos atañe, es principal en los territorios catalanes de Priorat y Montsant; en la Sierra de Gredos, seña de identidad y zona donde se muestra fina y fluida; también propia de los navarros, donde la están recuperando; con presencia destacada en La Rioja más oriental, y por supuesto protagonista en las elaboraciones de Aragón (Cariñena y Somontano), en este caso con un perfil muy distinto pues aquí resulta corpulenta y potente. Pero además de extendida, es que se presenta diversa pues la garnacha no es una, tenemos la tinta, la blanca, la garnacha gris, la garnacha peluda y la garnacha tintorera. Un repertorio por el que la variedad ofrece múltiples posibilidades, sin olvidar el hecho de que se adaptan fácilmente a los climas cálidos y secos, especialmente en suelos pobres y pedregosos, lo que supone un valor de futuro. Eso sí, convertirse en tendencia también se viene traduciendo en precios, en ocasiones, un tanto desorbitados… pero es el consumidor, al final, el que da y quita razones. De momento, la garnacha parece imparable.

Arrayán Garnacha Blanca y Gris 2022  

Precio: 22 €

Es la más reciente creación de la enóloga Maite Sánchez en Bodegas Arrayán, en el pueblo toledano de Santa Cruz del Retamar. Un blanco de producción limitada, tan sólo 4.000 botellas, elaborado con un 55% de garnacha gris y un 45% de garnacha blanca, dos uvas minoritarias en la zona pero plantadas, sobre suelos arenosos, junto a otras variedades que están recuperando entre árboles e hierbas silvestres. Tras la fermentación, el vino ha tenido una crianza crianza de ocho meses en barricas de 300 y 500 litros. Un blanco que presenta aromas de fruta blanca, toques minerales (mina de lápiz) y un fondo cremoso. Luego, en la boca tiene equilibrio, buena acidez, un paso fluido y media persistencia en el postgusto.

Botella de Arrayán Garnacha Blanca y Gris 2022.

Ramón Bilbao Garnacha 2015

Precio: 95 € 

De las populares bodegas riojanas, este monovarietal del garnacha es el más caro de la terna pero tienen sus razones: se trata de una edición limitadísima que salía a finales del pasado año con motivo del primer centenario de Ramón Bilbao; ha tenido una crianza de cien meses en depósitos de hormigón, y su producción se reducía a 2.153 botellas. El punto de partida son garnachas procedentes del Monte Yerga, en el corazón de la Rioja Oriental por encima de los 600 metros de altitud. Un tinto sorprendente por su frescura y buena presencia frutal, ¡y es que estamos hablando de un vino con diez años!. Intenso en aromas, con notas de frutillos silvestres, hierbas aromáticas, balsámicos ,toque floral y especiados. Envolvente, con media estructura en la boca, buena acidez, fruta, tanino amable y un fino y largo final.

Botella de Ramón Bilbao Garnacha 2015.

La Bien Plantá 2023

Precio: 9 €

Con certificación ecológica y biodinámica su precio lo sitúa en el extremo opuesto al anterior. En su caso es el joven monovarietal de garnacha de Bodegas Atalaya (grupo jumillano Gil Family Estates) dentro de la albaceteña denominación de Almansa y poca distancia de este municipio manchego. Se trata de la primera añada de esta elaboración biodinámica de viñas de garnacha tintorera -típica de la zona- procedentes de viticultura ecológica localizadas a unos 700 metros sobre el nivel del mar y sobre suelos mayoritariamente calizos. Un vino que muestra el perfil más fresco, frutal y delicado de la variedad en el territorio. Presenta aromas de frutas rojas, flores, notas de hierbas silvestres. En la boca resulta sabroso, tiene amplitud, una acidez equilibrada y un paso sedoso con una persistencia sorprendente.

Botella de La Bien Plantá 2023.

Lo Imposible Gredos 2021

Precio: 25 €

Éste es un recién llegado de Gredos, como ya adelanta el nombre, y es la primera elaboración del proyecto Lo Imposible (Grape Estates) que nace desde el propósito es elaborar allí donde encuentren viñas que les conquisten. El objetivo, adelantan, «crear vinos que hablen del origen». Ese primer viñedo lo localizaron en Cebreros, municipio abulense de la Sierra de Gredos. Cepas de garnacha en vaso de más de 80 años, plantadas a 950 metros de altitud, sobre suelos de granito. Respecto a la elaboración, ha tenido una crianza de 14 meses en tinas de roble. Un tinto aromático, con notas de fruta fresca, hierbas silvestres, toques florales y recuerdo cítrico. Boca fina, con buena frescura y fluidez en el paso, donde reaparecen las sensaciones silvestres que lo alargan.

Botella de Lo Imposible Gredos 2021 .

Finca el Foro 2022

Precio: 54 €

Otra limitadísima producción, tan sólo 2.240 botellas, y otro riojano procedente de la Sierra de Yerga, pero en su caso compuesto por un coupage varietal entre las que impera un 60% de garnacha a la que añaden un 30% de mazuelo y un 10% entre otras variedades presentes en el viñedo (como viura o garnacha gris), a más de 600 metros de altura. Lo elaboran en Bodegas Arizcuren, el proyecto personal de Javier Arizcuren a partir del patrimonio que suponen los viñedos viejos de su familia (algunas viñas con más de noventa años) y que se ha propuesto conservar e incluso recuperar. Las variedades fermentan de forma conjunta en depósitos de acero inoxidable abiertos y el vino ha tenido una crianza de año y medio en barricas francesas de 500 y 225 litros. Un tinto profundo y expresivo, con aromas de fruta roja , balsámicos, regaliz, fondo especiado (especias dulces). Corpulento en la boca, con equilibrada acidez y largo recorrido en el paso.

Botella de Finca el Foro 2022.

LOS VINOS REFERIDOS RESPONDEN EXCLUSIVAMENTE A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD

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