La superficie dedicada a viñedos ecológicos crece un 33% en cuatro años

El vino ecológico crece en España desde hace unos años. Entre 2017 y 2021, el número de hectáreas dedicadas al viñedo ecológico creció un 33%, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y recogidos en el «Informe de relevancia económica y social del sector vitivinícola en España 2023», elaborado por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE).  Así, desde 2017 se han sumado más de 30.000 hectáreas con cultivos de este tipo.  

En total, hay 142.100 hectáreas de viñedo ecológico para vinificación, lo que supone el 15,3% del total destinado a este fin en el país. Es también el 5,4% del total de superficie ecológica cultivada a escala nacional. En total, 1.334 bodegas y embotelladoras desarrollan la actividad industrial vinculada a la producción ecológica de vino, según estos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 

De lo que no hay datos publicados es de cuánta producción sale de estas hectáreas de viñedo ecológico, una información que los productores piden a Agricultura que se haga pública, según explica en una conversación con THE OBJECTIVE Francisco Robles, gerente propietario de Bodegas Robles, que elabora vinos de este tipo. 

«En otros países sí lo hay, pero en España no hay ese dato», explica Robles, que señala que es «una de las cosas que hemos demandado siempre al ministerio, que hubiese una diferenciación» con el vino convencional. En la actualidad, los vinos ecológicos se contabilizan dentro de su denominación de origen, por especificidad geográfica, y no por su tipología, por lo que los datos solo están disponibles a través de los organismos certificadores de cada comunidad autónoma. 

España, líder en viñedo ecológico 

España es el país líder en viticultura ecológica, «un referente», según apunta Robles, que augura un crecimiento aún mayor de este sector. «Esta ha sido una evolución natural. Nos vamos a encontrar ahora con un crecimiento casi exponencial en superficie», vaticina.  

Las condiciones meteorológicas son uno de los motivos principales de este liderazgo de España, ya que el clima, especialmente en las regiones mediterráneas, facilita el cultivo agrícola sin productos químicos. Así, en Baleares, Cataluña y Murcia, el peso relativo de este tipo de cultivo es sustancialmente mayor que la media española, según se puede ver en el informe de la OIVE. 

En estas comunidades, la superficie de viñedo ecológico supera el 40% del total. Les sigue la Comunidad Valencia, donde estos viñedos ocupan el 26% de la superficie total dedicada a viticultura, con Castilla- La Mancha y Castilla y León por detrás, con un 14% y un 12%, respectivamente. 

«España es un país bueno para trabajar la agricultura ecológica«, dice a este periódico Alberto Saldón, director de marketing de Bodegas LAN, del grupo Sogrape, una empresa que está ampliando su producción de vino ecológico en los últimos años. Esto se debe, explica, a que hay menos lluvias que en otros países, puesto que la humedad favorece la aparición de hongos que ponen en riesgo la salud de las viñas. «Cuanto más secas sean las condiciones climáticas, sin llegar a extremos, mejor, y si además tienes unas buenas condiciones de viento, la aireación de los viñedos hace que se seque» y previene también la aparición de estas plagas, explica Saldón. 

La demanda de vino ecológico también crece

Aunque no hay datos exactos de producción de vino ecológico y, por tanto, no se puede calcular exactamente cuánto se vende, los productores sí afirman claramente que la demanda está creciendo y el consumidor cada vez más pide un producto sostenible y responsable con el medioambiente. 

«En España, el consumidor está cada vez más alineado» con la filosofía del cultivo ecológico, afirma Saldón. En el mismo sentido, Robles apunta que «la tendencia desde el año 2000 ha sido un crecimiento constante tanto de la superficie como del mercado de consumo ecológico».

«En un vino ecológico no solamente hay aspectos como la calidad organoléptica, sino que hay otros cómo la forma de desarrollar esos vinos y el consumidor cada vez le da más importancia a esto», señala Robles. 

«Los que llevamos ya muchos años hablamos ya no solo de la no utilización de productos químicos, sino que también hay aspectos de compromiso social, de regeneración de los suelos, de disminuir las emisiones de CO2, de aprovechamiento del agua como recurso limitado», explica. «Hemos ido aprendiendo la importancia de aplicar esos valores al modelo sostenible agrario, en este caso a la viticultura, y justamente esto hace que seamos diferentes». 

«Como agricultores creemos que tenemos que tener los viñedos lo más sanos posibles, pero haciéndolo de la forma más natural para sacar las mejores uvas y hacer los mejores vinos», apunta por su parte Saldón. 

En cuanto al precio de este tipo de productos, desde ambas bodegas aseguran que este no es un freno para el consumidor, y es que afirman que no hay apenas diferencia con el vino convencional si se compara con botellas de la misma calidad. «Un producto ecológico no tiene por qué ser más caro que un buen producto convencional», defiende Robles, que apunta además que en esta tipología de vino «hay pocos low cost«.

«Creemos que poco a poco el consumidor va a entender que estos vinos tienen algo más y cada vez se van a beber más que otros más baratos», añade Saldón.