Mi abuela es de Valladolid y cada Semana Santa prepara hojuelas crujientes
El origen de las torrijas es más antiguo que el de este postre que se toma en Valladolid cada Semana Santa

Un plato de hojuelas, el plato típico de Semana Santa. | (Canva)
Cada Semana Santa, mi abuela, como vallisoletana que echa de menos sus raíces, preparar las hojuelas crujientes típicas de su pueblo. Se trata de un postre que a ella le recuerda a su juventud y a nosotros nos encanta. Y es que, en esta provincia las hojuelas son un dulce que tiene tanto protagonismo como las torrijas.
Las hojuelas son finas láminas de masa frita, endulzadas con azúcar o miel, que se deshacen en la boca, dejando una sensación crujiente y dulce. En este artículo vamos a aprender a preparar la receta original de este postre más ligero y menos contundente y calórico que las torrijas.

Receta de las hojuelas típicas en Valladolid
Ingredientes
- un huevo
- 75 gramos de aceite de oliva suave
- 40 mililitros de licor de anís
- 250 gramos de harina de trigo
- una pizca de sal
Elaboración paso a paso
- Batir el huevo.
- Añadir: el aceite de oliva suave, el licor de anís y la sal.
- Mezclar los líquidos.
- Tamizar la harina.
- Remover la mezcla hasta incorporar por completo la harina tamizada.
- Envolver la masa en papel transparente.
- Meter en la nevera.
- Dejar que repose durante 30 minutos.
- Extender la masa con un rodillo.
- Cortarla en cuadrados, tiras o rombos.
- Freír las hojuelas.
- Espolvorear azúcar glas o miel.
No te pierdas ningún detalle en el proceso de elaboración
- En un bol amplio, batir el huevo y añadir el licor de anís, el aceite y la pizca de sal. Mezclar bien.
- Tamizar la harina sobre la mezcla y remover hasta obtener una masa homogénea y no pegajosa. Si es necesario, añadir más harina poco a poco.
- Envolver la masa en film transparente y refrigerar durante 30 minutos.
- Tras el reposo, tomar porciones de masa y estirarlas sobre una superficie enharinada hasta que queden muy finas.
- Cortar en formas deseadas (tiras, cuadrados, rombos).
- Añadir abundante aceite en una sartén y freír las porciones de masa a fuego medio-alto hasta que se doren por ambos lados.
- Escurrir el exceso de aceite colocando las hojuelas sobre papel absorbente.
- Servir espolvoreadas con azúcar glas o rociadas con miel, según el gusto.
Información nutricional
En cuanto al contenido calórico, las hojuelas son un dulce energético debido al aceite y al azúcar añadido. Se estima que una porción de 65 gramos aporta alrededor de 156 calorías. Por ello, se recomienda disfrutarlas con moderación dentro de una dieta equilibrada.

Origen de las hojuelas
Se cree que tienen raíces sefardíes. Las comunidades judías en la península ibérica elaboraban dulces similares antes de su expulsión en el siglo XV. Esta herencia se ha mantenido viva en Castilla y León, especialmente en Valladolid, donde la receta ha pasado de generación en generación.
Hojuelas vs torrijas
Al comparar las hojuelas con las torrijas, encontramos que ambos tienen una larga tradición. Sin embargo, las torrijas, según algunos registros, ya aparecían en recetarios de la antigua Roma, donde se preparaban remojando pan en leche, vino o miel. Por lo tanto, es probable que las torrijas tengan un origen más antiguo.
Durante cuánto tiempo se conservan en buen estado
Para conservar las hojuelas en óptimas condiciones, es recomendable guardarlas en un recipiente hermético a temperatura ambiente. De esta manera, se mantienen crujientes y sabrosas durante cuatro días. Evitar la humedad es clave para preservar su textura característica.
Qué beber si vas a comer hojuelas
En nuestra familia, solemos acompañar las hojuelas con una copa de limonada tradicional de Cuaresma, una bebida compuesta de vino, frutas, azúcar y canela, cuyo origen se remonta a la Edad Media en el reino de León. Esta combinación realza los sabores y crea una experiencia gastronómica completa.
Preparar hojuelas con mi abuela no solo es una oportunidad para disfrutar de un manjar delicioso, sino también para conectar con nuestras raíces y celebrar las tradiciones que nos definen. Cada bocado es un homenaje a la historia familiar y a la riqueza culinaria de Valladolid.