Patatas al ajillo: la receta más andaluza de Celia Villalobos que conquista por su sabor
Este plato de tradición familiar que preparaban la abuela y la madre de la expolítica sirve como aperitivo o guarnición

La ex diputada Celia Villalobos. | (EP)
Las patatas al ajillo son un clásico de la cocina andaluza, un plato humilde que ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a su sencillez y sabor inconfundible. Celia Villalobos, exministra y apasionada de la gastronomía, ha rescatado esta receta tradicional que aprendió de su abuela y su madre. Y la ha compartido con el público a través de su canal de YouTube: En lo de Celia. En sus palabras, es: «una receta de pastores, como las migas», que se prepara en muchas casas andaluzas.
Este plato, que combina ingredientes económicos como patatas, ajo, pimentón y vinagre, es una muestra de cómo la cocina tradicional, es rápida y fácil de preparar. Villalobos destaca que es un plato que con su versión personal, añade un toque especial que lo convierte en una delicia irresistible. Y es que, el asado de los ajos que se emplean en el majado, le confiere a las patatas un gusto diferente.

Receta de las patatas al ajillo de Celia Villalobos
Ingredientes
- tres patatas medianas
- dos huevos
- aceite de oliva
- cuatro dientes de ajo asados
- una cucharadita de pimentón dulce
- una cucharadita de pimentón picante
- cuatro cucharadas de vinagre
- dos cucharadas de caldo de pollo
- comino en polvo al gusto
- orégano al gusto
- una pizca de sal
Elaboración paso a paso
- Pelar patatas.
- Asar los dientes de ajo.
- Aromatizar el aceite con los ajos asados en la sartén.
- Freír las patatas.
- Preparar el majado: machacar en el mortero el pimentón dulce y picante, los ajos asados y el vinagre.
- Sofreír el majado.
- Incorporar las patatas.
- Agregar el caldo de pollo.
- Hervir durante cinco minutos.
- Añadir la sal, el comino y el orégano.
Asar los ajos antes de preparar el majado
- Para comenzar vamos a preparar las patatas. Hay que pelarlas y cortarlas las en rodajas muy finas. Si dispones de una mandolina quedarán aún mejor. Villalobos prefiere no remojarlas para conservar su almidón natural.
- Para aromatizar el aceite, en una sartén, calienta aceite de oliva y añade los dientes de ajo previamente asados. Sofríelos durante 30 segundos para que el aceite se impregne de su sabor, y luego retíralos.
- A continuación, en el mismo aceite aromatizado, fríe las patatas a fuego medio hasta que estén ligeramente doradas. Después, retíralas y colócalas sobre el papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Par el majado, en un mortero, machaca los ajos junto con el pimentón dulce, el pimentón picante y las cuatro cucharadas de vinagre hasta obtener una pasta homogénea.
- Entonces, retira el aceite de la sartén y, cuando esté caliente, vierte el majado. Sofríelo brevemente, añade una cucharada de vinagre y el caldo de pollo, y remueve bien.
- Añade las patatas fritas a la sartén con el majado, espolvorea con orégano y comino, y hierve durante cinco minutos a fuego medio para que se impregnen bien los sabores.
- Mientras tanto, si quieres presentar el palto como Celia: prepara tres huevos poché en agua con sal durante diez minutos. Una vez cocidos, coloca sobre las patatas.
Las patatas al ajillo guarnición
Las patatas al ajillo son un acompañamiento versátil que combina perfectamente algunos cortes de carne y pescados concretos por su textura y matices de sabor. Puedes servirlas junto a un jugoso filete de ternera, las chuletas de cerdo y el pollo asado. En cuanto a pescados, maridan bien con la dorada, la merluza y el bacalao a la plancha. Su sabor intenso y especiado realza cualquier plato principal, aunque también se pueden tomar como aperitivo. O como plato único acompañadas de un huevo poché, tal y como hace Celia Villalobos.
¿Se pueden consumir al día siguiente?
Sí, pueden conservarse en el refrigerador. Pero, para mantener su textura y sabor, es recomendable calentarlas después en una sartén a fuego medio, añadiendo un poco de caldo o agua si es necesario para evitar que se resequen. De esta manera, conservarán su jugosidad, textura y sabor característico.
Perfil nutricional y calorías
Este plato es una fuente de carbohidratos complejos gracias a las patatas, proporcionando energía sostenida. Los huevos aportan proteínas de alta calidad, mientras que el aceite de oliva virgen extra es rico en grasas monoinsaturadas saludables. El ajo y las especias no solo añaden sabor, sino también compuestos bioactivos beneficiosos para la salud.
En cuanto a las calorías, un plato de patatas al ajillo con huevo poché puede aportar aproximadamente 400 calorías, dependiendo de la cantidad de aceite utilizada.
Beneficios para la salud
Además de ser delicioso, este plato ofrece varios beneficios para la salud:
- Ajo: que, contiene alicina, un compuesto con propiedades antibacterianas y antioxidantes.
- Aceite de oliva virgen extra: rico en ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a reducir el colesterol LDL y aumentar el HDL.
- Patatas: son una fuente de vitamina C, potasio y fibra, contribuyen a la salud cardiovascular y digestiva.
- Huevos: que proporcionan proteínas completas y nutrientes esenciales como la colina, importantes para la función cerebral.
Origen de la receta de las patatas al ajillo
Las patatas al ajillo tienen sus raíces en la cocina rural andaluza, siendo un plato típico de pastores y agricultores. Su preparación sencilla y con ingredientes accesibles lo convirtió en una comida habitual en el campo. Con el tiempo, esta receta se ha transmitido de generación en generación, manteniendo viva una parte importante del patrimonio gastronómico andaluz.

Tradición familiar del plato en la casa de Celia Villalobos
Celia Villalobos aprendió esta receta de su madre, quien la preparaba con frecuencia en su casa. Para Villalobos, las patatas al ajillo no solo representan un receta deliciosa, sino también un vínculo con sus raíces y recuerdos familiares. Al compartir esta receta, busca preservar y difundir una tradición culinaria que forma parte de la identidad andaluza.
Lánzate a prepararlas, ya que no solo disfrutarás de un plato delicioso, sino que también rendirás homenaje a una herencia gastronómica que ha perdurado en el tiempo.