La ensalada sin tomate que me hago todas las noches: «En 20 minutos, refrescante e hidratante»
Este plato nos recuerda que la magia está en lo simple. La combinación de pocos ingredientes, pero bien seleccionados

Ensalada sin tomate | Canva Pro
Cuando el verano se instala con todo su rigor, y las temperaturas no bajan ni de noche, encontrar platos frescos y ligeros que ayuden a combatir el calor se convierte en una prioridad. En esos días en los que meterse en la cocina parece una misión imposible, una ensalada sencilla, rápida y muy hidratante puede ser la mejor solución. Esta ensalada sin tomate, que se prepara en menos de 20 minutos, combina ingredientes frescos y sabrosos que refrescan el cuerpo y aportan ese alivio que el calor intenso exige. Una receta fácil, saludable y sorprendentemente adictiva, perfecta para las noches de calor.

Ensalada sin tomate
Ingredientes
- 300 gramos de melón
- 1 unidad de pepino
- 1 unidad de aguacate
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de miel o sirope de ágave
- 1 cucharadita de sal al gusto
- 1 hoja de menta o albahaca
Elaboración paso a paso
- Corta el melón en dados medianos y colócalos en un bol frío.
- Pela el pepino si prefieres, retira las semillas y córtalo en rodajas o medias lunas finas.
- Añade el pepino al bol con el melón.
- Corta el aguacate por la mitad, retira el hueso y saca la pulpa con una cuchara.
- Corta el aguacate en dados grandes o machácalo ligeramente.
- Añade el aguacate al bol justo antes de servir para evitar que se oxide.
- En un recipiente pequeño, mezcla el zumo de lima, el aceite de oliva, la miel y la sal hasta emulsionar bien.
- Vierte la vinagreta sobre la ensalada y remueve suavemente para integrar los sabores.
- Añade las hojas frescas picadas.
- Si quieres, incorpora dados de queso o bolitas de mozzarella.
- Sirve inmediatamente o conserva en la nevera hasta el momento de comer.
Un plato flexible y nutritivo
Esta ensalada se puede servir tal cual o enriquecerse con otros ingredientes según las necesidades o el gusto de cada quien. Añadir dados de queso feta, queso fresco tipo Burgos o bolitas de mozzarella le da un plus de proteína y transforma el plato en una comida completa. También se puede incorporar alguna semilla, como sésamo tostado o pipas de calabaza, para sumar textura y nutrientes. La vinagreta también puede ajustarse al momento. A mí me gusta combinar zumo de lima, un buen aceite de oliva virgen extra, un chorrito de miel o sirope de ágave, sal y unas hojas de menta o albahaca fresca. Todo ello realza los sabores sin taparlos, y da al plato un perfil aromático irresistible.

Rápida, sana y adictiva
Con los ingredientes ya fríos, esta ensalada se prepara en apenas 15 o 20 minutos, sin necesidad de encender el fuego ni complicarse con elaboraciones largas. Es perfecta como cena ligera, como acompañamiento de una barbacoa o incluso como comida de tupper para llevar a la oficina. En cualquier caso, resulta refrescante, saciante, hidratante y muy fácil de repetir noche tras noche. Porque no hay necesidad de complicarse la vida cuando el termómetro se dispara. A veces, lo más simple es también lo más sabroso. Y esta ensalada, sin duda, lo demuestra.