Ni de fresas, ni de frambuesas: la mermelada que se acaba en un santiamén en mi casa
Prueba esta receta dulce con un queso fresco, un yogur natural o como relleno de un bizcocho esponjoso

Mermelada de castañas. | Canva
Cuando pensamos en mermeladas, lo primero que se nos viene a la cabeza son las clásicas de fresa, frambuesa, durazno o ciruela. En mi casa, en cambio,, nos encanta la mermelada de castañas. Suave, cremosa y con un sabor intenso que no deja indiferente a nadie.
Además, no solo se unta sobre pan tostado con mantequilla, también funciona de maravilla como relleno de bizcochos, acompañante de quesos suaves, glaseado para carnes o incluso base para postres más sofisticados.

Mermelada de castañas
Ingredientes
- un kilo de castañas
- 250 gramos de azúcar
- una vaina de vainilla
- 500 mililitros de agua
- sal
- ron
- coñac
Elaboración paso a paso
- Coloca las castañas peladas en una olla con agua hirviendo durante unos cinco minutos.
- Después vuelve a colocar las castañas peladas en una olla grande con agua limpia y una pizca de sal. Cuece a fuego medio durante unos 30 minutos.
- En otra olla, vierte el agua junto con el azúcar y la vaina de vainilla abierta a lo largo. Y cocina a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva,
- Añade las castañas cocidas al almíbar y mezcla bien. Cocina todo junto durante 15 minutos, removiendo con frecuencia para evitar que se pegue al fondo
- Si quieres darle un toque especial, añade el chorrito de ron o coñac y cocina unos minutos más para que el alcohol se evapore.
- Esteriliza previamente los frascos de vidrio Llénalos con la mermelada caliente, ciérralos bien y colócalos boca abajo hasta que se enfríen por completo. Así crearás el vacío necesario para su conservación.
Trucos para una mermelada perfecta
- Si la piel interna no se retira bien, la mermelada quedará amarga. Un truco es mantener las castañas calientes y pelarlas poco a poco, así se desprende mejor la piel.
- No dejes que la mezcla se seque demasiado en la olla; la mermelada de castañas debe ser cremosa, no pastosa. Si se espesa demasiado, basta con añadir un poco más de agua caliente.
- La vainilla es el clásico, pero puedes experimentar con ralladura de naranja, canela o incluso una pizca de nuez moscada. Eso sí, siempre en pequeñas cantidades para no enmascarar el sabor natural de la castaña.
- Si prefieres un resultado ultrafino, pasa la mermelada por un colador después de triturarla.
Así que, la próxima vez que veas castañas en el mercado, no lo dudes y atrévete a preparar esta mermelada. Te aseguro que, como en mi casa, desaparecerá en un santiamén.