Recuperados más cuerpos sin vida del hotel italiano sepultado por un alud
Mientras prosiguen las operaciones de rescate, la justicia italiana investiga lo ocurrido para determinar si la catástrofe se podría haber evitado en el hotel Rigopiano, situado en la zona montañosa de los Abruzos, en el centro de Italia. Un día después de que una enorme lengua de nieve sepultara el edificio, se abrió una investigación por homicidio involuntario para escalrecer si se tuvieron en cuenta todos los riesgos posibles. El viernes y sábado, los socorristas rescataron a varios supervivientes que explicaron haber pasado más de 48 horas en la oscuridad, con frío y en silencio, comiendo nieve para calmar la sed. Pese a haber abierto nuevos puntos de acceso, las operaciones avanzan desde entonces lentamente, a menudo sin máquinas para evitar un derrumbe interior del edificio arrasado por la avalancha.
Tres cadáveres más fueron recuperados este martes entre los escombros del hotel sepultado la semana pasada por una avalancha de nieve en el centro de Italia, con lo que el número de víctimas asciende 15 y el de desaparecidos a 14. Las tareas de salvamento prosiguen sin que entre los socorristas se haya perdido la esperanza de encontrar supervivientes, además de los 11 que ya han sido rescatados con vida, entre ellos, varios niños, desde que se produjo la avalancha la semana pasada. Además, en las últimas horas fueron rescatados tres perros cachorros.
Mientras prosiguen las operaciones de rescate, la justicia italiana investiga lo ocurrido para determinar si la catástrofe se podría haber evitado en el hotel Rigopiano, situado en la zona montañosa de los Abruzos, en el centro de Italia. Un día después de que una enorme lengua de nieve sepultara el edificio, se abrió una investigación por homicidio involuntario para escalrecer si se tuvieron en cuenta todos los riesgos posibles.
El viernes y sábado, los socorristas rescataron a varios supervivientes que explicaron haber pasado más de 48 horas en la oscuridad, con frío y en silencio, comiendo nieve para calmar la sed. Pese a haber abierto nuevos puntos de acceso, las operaciones avanzan desde entonces lentamente, a menudo sin máquinas para evitar un derrumbe interior del edificio arrasado por la avalancha.